Monday, July 20, 2020
SP -- LARRY ROMANOFF -- "Toca la bocina si amas a Jesús" -- July 19, 2020
Larry Romanoff - 19 de Julio, 2020
Ya sabemos que los americanos tienen y atesoran
muchas libertades, pero no es muy conocido que la libertad de los americanos
(blancos) de matar a los negros con impunidad es en realidad sólo un
subconjunto de una mayor libertad, la libertad de religión. Es esta conexión
esencial entre Dios y el asesinato la que permite a un policía americano matar
a tiros a una joven madre embarazada y luego escapar del castigo con la
afirmación de estar "elevando al marido y a los hijos con la
oración". Si no eres americano, no entenderás esto.
La violencia de la derecha se nutre en gran medida
de la religión, de la convicción de ser "una raza divina"
(japoneses), de ser "el pueblo elegido de Dios" (judíos), de haber
sido creados a imagen de Dios y por lo tanto tener a Dios "de mi
lado" (países cristianos). La religión y la beligerancia son fundamentales
para una sociedad de derechas, y el amplio apoyo del gobierno a las religiones
más disfuncionales del mundo siempre ha sido una parte importante de la
política americana, siendo la iglesia evangélica cristiana de extrema derecha
prominente en todo el país. Mientras que el Dios occidental es alabado como un
Dios de amor y tolerancia, se han cometido más guerras trágicas y más
atrocidades contra los derechos humanos en nombre de Dios y de la religión que
de cualquier otra fuente.
No es raro ver a los americanos conduciendo una
camioneta llena de armas que lleva una pegatina en el parachoques que dice:
"Toca la bocina si amas a Jesús". Esta ubicua simplicidad parece no
ser consciente de la grave desconexión entre la violenta realidad de su
naturaleza y su imaginario "amor a Dios". La música marcial americana
a menudo contiene letras que cantan las alabanzas de su dios mientras marchan
hacia otra injustificable guerra de agresión, engañándose a sí mismos sobre la
rectitud de sus masacres de civiles inocentes, aplaudiendo su propia virtud
moral mientras presumen de la bendición de su dios.
Ya he criticado la naturaleza retorcida y patológica
del cristianismo americano y de la religión en general, pero echemos un vistazo
a algunos rasgos específicos, empezando por su libertad de religión tan
conmovedoramente adoptada por Hillary Clinton como una exportación americana de
primer orden. Ya hemos visto que los no-esclavos que emigraron al Nuevo Mundo
lo hicieron muy a menudo para evitar su persecución por las versiones del
cristianismo creadas por brujas. Eso no ayudó mucho. Fueron perseguidos con la
misma intensidad, y por las mismas buenas razones, después de su llegada al
Nuevo Mundo al igual que lo habían sido en el Viejo Mundo, y no sólo por las
autoridades, sino también entre ellos mismos. Dada esta historia, no es una
sorpresa que lloraran por la "libertad de religión". Para estas
personas, la libertad de religión significaba que dejáramos de secuestrar a los
sacerdotes de los demás y de quemarlos en la hoguera como brujos.
Históricamente, esto no tenía nada que ver con lo
que podríamos llamar "libertades" hoy en día, y ciertamente no se
trataba de libertad de consciencia, sino que era principalmente un grito de
llanto por una tregua de la violencia religiosa, y en segundo lugar por el
reparto del poder político entre estas sectas heréticas. China nunca en su
historia ha experimentado las violentas tragedias infligidas por las religiones
occidentales, en particular por el cristianismo occidental, ni tampoco ha
experimentado persecución religiosa porque, salvo la ocasional infiltración
santa de Occidente, las religiones en China se han limitado a la religión y no
a la política. Por lo tanto, nunca fue necesario legislar una carencia de
amarga persecución, la verdadera fuente del deseo americano de esa libertad
particular. Los chinos siempre han respetado sus propias tradiciones y las de
los demás que no fueran de naturaleza sediciosa, mientras que los países
occidentales y especialmente los Estados Unidos nunca han respetado nada. China
ya es un líder mundial en libertad religiosa, y me gustaría enfatizar la verdad
esencial de que la libertad de religión incluye la libertad de religión.
Si miramos la historia, la libertad de religión va
realmente sobre el respeto a las tradiciones de los demás. San Francisco
Javier, al intentar abrir una misión en China, describió el país en 1552 como
"un inmenso imperio, que goza de una profunda paz, y que es superior a
todos los estados cristianos en la práctica de la justicia y la equidad".
Cuando el budismo entró en China, abrazó las tradiciones locales,
transformándose e integrándose en la tradición local, pero el cristianismo
americano, tan profundamente impregnado de violencia, trata de derribar las
tradiciones chinas. ¿Se trata realmente de la libertad de religión, o de la
colonización de la supremacía blanca y el genocidio cultural? Los americanos
promulgan una especie de "temporada de caza abierta" para sus
religiones en China, presentando estas premisas como verdades evidentes, pero
nadie se detiene a examinar cuán evidentes son realmente, y de hecho si son
"verdades" o simplemente una ideología depredadora. ¿Por qué todos
los países deberían permitir la libertad de cada religión, y por qué el
Cristianismo Americano es la única religión verdadera que requiere la libertad
de comercialización exclusiva en China? Hillary tendría un ataque catatónico si
China abriera sus puertas a la religión y todos se convirtieran en musulmanes.
Los americanos ven esta llamada libertad como un
importante elemento constitutivo de su sociedad, pero para los chinos nunca ha
sido un problema, y tiene tanto sentido como protestar en las calles por la
"libertad de estacionamiento". Estas ruidosas, y a veces socialmente
violentas, búsquedas de diversas "libertades" sólo tienen sentido
cuando se ven a través de una lente histórica o cultural particular. La libertad
de aparcamiento no significa nada para nosotros, pero si imaginamos una ciudad
que tiene tales problemas, tal vez con un injusto racionamiento gubernamental,
podemos imaginar a la gente finalmente protestando y exigiendo menos
racionamiento, o contra el racionamiento sólo para favorecer a una clase sobre
otra. Puede tener sentido, pero sólo en un contexto particular, y ese contexto,
para la religión, nunca ha existido en China, no importa lo que te diga el New
York Times. En esta analogía, el verdadero problema y la verdadera fuente del
problema, se produce cuando un grupo de personas (lamentablemente blancas) se
infectan con una ilusión masiva de superioridad y creen que eso les permite ver
la historia de todos a través de este derecho básico de "libertad de
aparcamiento".
Un americano se quejó de que, como geólogo que
trabajaba para una empresa china, su director de exploración le dijo que no era
asunto suyo cuántas personas murieron en la Revolución Cultural. Su reacción
fue de incredulidad y ofensa, y de ser víctima de un gran error moral. Dijo que
se sentía "como un Judas Iscariote" -un despreciable traidor a su
Dios y a su religión-, por no forzar el asunto con su gerente. Pero si acepto
un trabajo en una empresa americana y le pregunto a mi gerente a cuánta gente
torturó su gobierno hasta la muerte en Guantánamo, ¿qué diría? Me diría que me
callara, que me ocupara de mis asuntos y que hiciera mi trabajo. Pero no es así
para los americanos, porque empapados en el racismo supremacista de su retorcido
cristianismo, tienen no sólo el derecho sino también la santa obligación de
desafiar a otras naciones sobre cualquier error real o imaginario, cargando a
cada americano con una misión dada por Dios para asegurar que todos los
individuos en todos los demás países le confiesen sus errores abiertamente a él
personalmente. Después de todo, es un americano.
Su ideología religioso-política les ha dotado de una
especie de manto de superioridad con el que se cubren a sí mismos como un orden
natural de cosas, sentados en sus hogares y oficinas democráticos y amantes de
la libertad, empapándose de sus derechos humanos mientras brutalizan a la
mayoría de las demás poblaciones del planeta. Estas actitudes de intolerancia,
incapacidad de adaptación y superioridad son parte del racismo, todo ello
derivado de la misma retorcida herejía cristiana, que luego se mezcla con su
particular versión disfuncional de la política multipartidista, y coronada con
una bandera para formar la religión americana. Todo esto y más es parte de un
mismo conjunto que abarca la definición americana de "democracia".
Al igual que en los viejos tiempos, cuando estos
cristianos entran en un país surgen los problemas, porque creen que tienen el
derecho de dividirse el poder político con el emperador en sus propios
términos, a través de la lente de la ideología, la cultura y la historia
occidentales. Dado que los cristianos son la encarnación del "bien",
responden a una autoridad superior a la de los gobiernos nacionales, y utilizan
ese poder sobre sus seguidores para ejercer el control político. Los EE.UU. no
consagraron su "separación de la iglesia y el estado" por nada; fue
enteramente para evitar que la religión tomara el control, y no fue tanto una
separación como un destierro. "Te dejaré vivir si te quedas en tu iglesia,
pero te mataré a tiros si vuelves a entrar en la casa del Congreso".
Sólo los países cristianos de derechas han
evangelizado y hecho proselitismo de la religión con tanta fuerza, y hoy en día
son casi exclusivamente los EE.UU. los que presionan el tema. Y sin embargo,
todo es hipocresía por parte de los americanos. Mientras regañan a China para
que abran sus puertas a las religiones americanas, los EE.UU. no se dan cuenta
de que muchos de sus amigos como Israel y Arabia Saudita no tienen esas puertas
abiertas. Aún más, el gobierno americano, los medios de comunicación
americanos, el gobierno secreto, gran parte de la América judía y todo Israel,
están unidos en la condena de todos los musulmanes como terroristas, usando la
religión para manchar a todos los pueblos árabes con un cepillo terrorista y
justificar aún más guerras para solidificar la supremacía militar de Israel en
Oriente Medio. Si esto no es hipocresía, no puedo imaginar lo que podría ser.
En China no se restringe la creencia en Dios, sino
la práctica de una religión en particular, muy extranjera y totalmente
política. Todos los países intentan protegerse de lo que consideran factores
desestabilizadores de la sociedad, pero los EE.UU. hipócritamente pretenden
tener la única definición "verdadera" de lo que podría incluirse en
esta categoría, y condenan rotundamente a los que se niegan a capitular. Varios
autores se han subido recientemente a este carro, presentando extrañamente al
cristianismo como el próximo salvador de China, pintando un cuadro tan
generoso, benevolente y bondadoso de esta religión que parecen preguntarse:
"¿Cómo puede alguien tener un espíritu tan mezquino como para impedir que
esta hermosa cosa entre en China y les infecte como una plaga?
El cristianismo occidental es sólo superficialmente
una religión. Las llamadas "libertades" que exige incluyen la
libertad de atraer, hacer proselitismo y adoctrinar a un número ilimitado de
personas sin supervisión en cuanto a la intención o el contenido. La libertad
incluye la capacidad ilimitada de organizar a cualquier sector de la población
para cualquier propósito, de recaudar una cantidad ilimitada de dinero por
cualquier medio, excepto el robo descarado, pero incluyendo amenazas de
condenación eterna, la libertad de gastar ese dinero sin supervisión, incluso
de los donantes, pero sobre todo de adquirir vastas propiedades. La libertad
religiosa significa estar libre de impuestos. Significa la libertad de
adoctrinar a los crédulos y dependientes de una ilusoria lealtad suprema a la
institución y a sus líderes. A cambio de lo cual, sus seguidores tienen el
confort psicológico de estar en el equipo ganador. Nada de esto es religioso en
ningún sentido; todo es político y está impulsado por el dinero. Una prueba fácil
de esta afirmación sería permitir que las religiones extranjeras entrasen en
China, pero prohibirles que soliciten o acepten dinero u otros activos de
cualquier tipo, y ver cómo su interés por China se evapora de la noche a la
mañana.
Viene a colación aquí una nota sobre el dinero. Es
generalmente aceptado que las dos mejores maneras de hacerse rico en América
son iniciar una organización de caridad o una religión. Ambas están libres de
impuestos, ambas sin supervisión; ambas tienen un enorme potencial para
satisfacer las demandas de hasta el corazón más lujurioso. Ignoraré las
organizaciones benéficas aquí, excepto para afirmar que la mayoría de las
organizaciones benéficas de los EE.UU., incluyendo las más grandes y conocidas,
normalmente distribuyen sólo el 20% de sus fondos a sus supuestos
beneficiarios, como los pobres, con un 80% que desaparece en los altos
salarios, oficinas de lujo, coches caros, viajes envidiables y enormes cuentas
de gastos. Normalmente no se le hace contabilidad a nadie, y las religiones son
peores.
Puede que no sepas esto, pero las iglesias
cristianas, la Iglesia Católica entre ellas, poseen más centros comerciales de
cinco estrellas y edificios de oficinas en el mundo que cualquier compañía de
administración de propiedades, además de cantidades ilimitadas de otras
propiedades que producen ingresos. Cuando estaba en la universidad, había
muchas jóvenes que se graduaban como profesoras y enfermeras que también eran
miembros de una u otra secta cristiana, a menudo católica. Diez o doce de estas
chicas se unían, ahorraban todos sus salarios durante seis meses y usaban el
dinero para el pago inicial de una casa en una de las zonas más exclusivas de
la ciudad. Viviendo juntas frugalmente y juntando sus ingresos, podían pagar
una casa de un millón de dólares en sólo unos años, en ese momento cederían la
casa a su iglesia, y lo repetirían, a veces durante décadas. Esta actividad se
llevaba a cabo en cada pueblo y cada ciudad de cada país, una práctica que se
extendió durante generaciones, con la totalidad de los ingresos libres de
impuestos. El inmenso portafolio de propiedades sería vendido más tarde con una
gran ganancia, para ser invertido en acciones, bonos, propiedades comerciales y
otras inversiones. Nadie conoció nunca los totales.
Las principales religiones cristianas son todas
iguales, siendo los católicos los más ricos. Su "oficina central" -la
Ciudad del Vaticano, en Roma- es un país en sí mismo, y ha estado recolectando
dinero durante casi 2.000 años, resultando en una riqueza acumulada de
desconocidos trillones de dólares, muchos de ellos almacenados en los propios
grandes bancos internacionales del Vaticano. Todo ese dinero ha sido
recolectado de un público crédulo que espera asegurarse una transición suave a
la vida después de la muerte. Extorsión a gran escala con la más poderosa de
todas las amenazas -la condenación eterna-. Si me das suficiente dinero,
hablaré bien de ti a Dios; si eres tacaño, estás solo. No es una elección
fácil. Hasta ahora, el único resultado visible son las organizaciones
religiosas con acumulaciones de riqueza casi inimaginables.
La así llamada "religión" mormona es
probablemente aún peor. Esta es la estúpida secta a la que pertenece el ex
embajador de EE.UU. en China, Jon Huntsman, y para la que fue misionero en
Taiwán durante unos diez años. La iglesia mormona exige que los seguidores le
den el 10% de todos sus ingresos a la iglesia de forma regular. Y deben ser
escrupulosos con esto, porque no es bonito engañar a Dios. Gracias a Huntsman,
probablemente hay decenas de miles de taiwaneses tontos que aún sacrifican sus
ingresos a una religión iniciada no hace mucho por un hombre al que los ángeles
le dieron unas tabletas de oro que enterró en un campo, y que luego, por
desgracia, no pudo encontrar, por lo que no tenía pruebas de su visita. Pero
puedes confiar en mí. Nadie sabe la disposición de todo ese dinero, pero se
informa que los ancianos mormones de América no se mueren de hambre. Los EE.UU.
tiene por lo menos muchos cientos, si no muchos miles, de estas religiones de
un solo hombre, algunas de las cuales se expanden a nivel nacional o incluso
internacional, aspirando enormes sumas de dinero que son devueltas a América y
que permiten a los soldados designados por Dios vivir vidas de lujo.
El problema de China hoy en día con las religiones
occidentales no es de persecución sino de política, con las llamadas religiones
financiadas por la CIA y NED, como ChinaAid de Bob Fu y el culto del Relámpago
Oriental, que son simplemente "organizaciones políticas que enarbolan una
bandera de conciencia", como escribió tan perfectamente Allen Yu. No puede
ser una sorpresa para la gente pensante de cualquier lugar que China no acepte
amablemente la traición política disfrazada de religión. Es más que obvio para cualquiera
que lo mire, que el producto que se comercializa es la ideología política
americana, y no la religión. Son el Departamento de Estado de los EE.UU.,
USAID, la CIA y NED, con el gran misionero Jon Huntsman proporcionando apoyo
moral, los que mantienen sesiones durante toda la noche en Washington pensando
en nuevas formas de "derribar a China".
Tengo copias de cables del consulado americano en
Guangzhou que detallan muy bien la participación política y de otro tipo del
gobierno de los Estados Unidos en el proselitismo de sus supuestas religiones,
y el ojo vigilante que mantienen sobre los éxitos y las actividades que llaman
la atención de las autoridades chinas. Uno pensaría que los americanos estarían
demasiado ocupados emitiendo visados o espiando, pero no. Parece que tienen
mucho tiempo para supervisar a estos misioneros de los dioses, especialmente
los verdaderos cultos mentales escamosos que han introducido, y tiempo para
registrar en un detalle aparentemente exhaustivo el número de embaucados atraídos
y la cantidad de problemas políticos que han causado. En esos cables, los
funcionarios consulares de los EE.UU. parecen sorprendentemente conocedores del
culto ilegal del "Relámpago de Oriente", y extrañamente también lo
apoyan.
En cualquier caso, y esto será un trago amargo para
Hillary, no hay hordas de chinos protestando en las calles con pancartas que
digan "Queremos Religión". De hecho, es todo lo contrario. En su
lugar tenemos múltiples religiones americanas, innumerables ONGs de los EEUU,
todos los medios de comunicación occidentales y todo el gobierno de los EEUU,
pidiendo a gritos manos libres para entrar en China para venderle las
religiones occidentales al pueblo chino. Después de todo, la religión es sólo
otro producto y los americanos son buenos en el marketing. Para evitar que el
gobierno chino supervise el contenido sedicioso de las religiones americanas en
China, la posición americana es que China no tiene derecho a restringir estas
"ventas". Los EE.UU. afirman que tienen el derecho dado por Dios de
entrar en China para vender estos productos, y que independientemente del
contenido fuertemente politizado y del propósito sedicioso, sólo los chinos
individuales (y desprevenidos) tienen algo que decir sobre el asunto, y el
gobierno de China tiene prohibido "interferir" en estas ventas
americanas. Por último, como alguien señaló tan perfectamente, "La
suposición y la expectativa de que una China más próspera seleccionará y se
beneficiará naturalmente del monoteísmo occidental es errónea, ignorante,
arrogante y espiritualmente imperialista. Las culturas monoteístas tienden a
ser los tipos de militantes violentamente competitivos que son un anatema para
los chinos."
Volviendo a los cristianos americanos, su ferviente
adhesión a lo que eran en su mayoría ideales mal concebidos que se pudren en
mentes enfermas resultó en su convicción de que eran especiales, más cercanos a
su Creador que cualquier otro ser vivo, convicción que les imbuía de un
imaginario con un hedor muy contagioso
de rectitud moral que invadió el ADN de cada presidente, del personal de la
Casa Blanca, de todo el Congreso y, finalmente, de toda la población.
"Para entender a los americanos, primero
debemos entender que ellos creen que son `buenos´". No buenos en el
sentido de que se comportan de acuerdo con la idea abstracta del bien (que de
hecho no lo hacen), sino que son la encarnación del bien -el bien encarnado-.
Esto es una corrupción de la idea de Calvino de los Pecadores Justificados,
pero su efecto en la mente americana significa que, por definición, todo lo que
los americanos hacen es "bueno", y que cada vez que los americanos
cristianos eligen hacer algo, por muy intrínsecamente malo que sea, sus
acciones siguen siendo moralmente justas. Además, no sólo los americanos creen
que son buenos, sino que cualquiera que no se adhiera a su marco de ideas
religiosas, políticas o comerciales es primitivo o una aberración, y no sólo
está "equivocado" sino que probablemente sea "malo"."
Por supuesto que están locos, pero esto es América. Como esta es la principal
característica del cristianismo americano, es el aspecto que más requiere
exposición y análisis. No fue por nada que Charles Larson escribió "El
problema es que los americanos obtienen su religión del mismo lugar de donde obtienen
todo lo demás -de su ignorancia y de su credulidad-".
Es esta "bondad" inherente la que permite
a un policía americano matar a tiros a una madre o a un niño inocente, meterle
100 balas a un hombre desarmado y no violento, entrenar a sus perros para que
ataquen los genitales de los negros, y golpear a los estudiantes universitarios
por protestar contra Wall Street. Es la justicia que fluye de esa bondad la que
permitió a Zimmerman disparar y matar a un Trayvon Martin desarmado y llamarlo
luego "error judicial" cuando fue acusado de asesinato. Zimmerman
cargó su arma porque era bueno, siguió y abordó a Martin porque era bueno,
luego le disparó y le mató por esa misma bondad. Obama estaba enviando aviones
teledirigidos a Pakistán para matar a miles de niños y de familias porque era
la encarnación del bien, por lo que incluso sus actos más viles y malvados
eran, por tanto, buenos y agradables a los ojos de su dios.
Madeleine Albright mató deliberadamente a más de
500.000 niños iraquíes porque era buena. Hillary Clinton se rió de forma tan
famosa en la televisión nacional del brutal asesinato del Presidente de un país
inofensivo (Khaddafi) porque lo quería muerto, y porque tanto su deseo como su
celebración del cumplimiento eran "buenos". Del mismo modo, el USS
Vincennes derribó un avión civil iraní matando a casi 300 personas y George
Bush se negó incluso a pedir disculpas, porque sabía en su corazón que sus
acciones, por muy equivocadas y malvadas que fueran, seguían siendo
"buenas". En el mismo sentido, los americanos dijeron que incluso si
invadir y destruir Siria fuera ilegal según todas las definiciones, seguiría
siendo "lo correcto", y eso es porque los americanos son
"buenos" y, por definición, cualquier cosa que quieran hacer también
debe ser "buena". De nuevo, por supuesto que están locos. Pero son
americanos.
Es esta misma bondad la que produce la avalancha de
artículos sobre China por parte de los medios de comunicación de los EE.UU. y
de periodistas americanos residentes en China. Sus tergiversaciones de la
verdad son necesarias para hacer el bien. Cuando Wal-Mart cerró finalmente
algunas tiendas en China, después de su 25ª violación de las leyes, John Bussey
escribió un artículo en el WSJ lamentándose de la maldad del gobierno chino
"acosando" a inocentes negocios americanos, y quejándose de que
Wal-Mart, la mayor víctima del mundo, no tuvo más remedio que
"arrodillarse". Por supuesto que Bussey era plenamente consciente de
lo equivocado y retorcido de su historia, pero eso es perdonable porque estaba
haciendo el bien. Cuando el senador Schumer o el columnista del NYT Paul
Krugman hacen sus declaraciones deshonestas y engañosas sobre el tipo de cambio
del RMB de China, lo justifican porque son "buenos" y están
castigando a un pecador que "no es bueno". A veces, para hacer la
santa obra de Dios, es necesario decir mentiras perversas sobre la gente, pero
como soy bueno y actúo sólo para hacer el bien, Dios lo aprobará.
El estúpido mito del excepcionalismo americano
proviene de la misma fuente: Los americanos, al ser buenos, tienen un mandato
natural de su dios para influenciar, controlar y determinar el destino del
mundo. Y si eligen hacer esto con el cañón de un arma, ya sabemos por nuestro
amigo predicador de arriba, que Dios y las armas son una combinación natural y
bendita. Las incontables millones de muertes, los cientos de millones de
inocentes que viven en la miseria infernal por la participación americana, son,
por definición, el resultado de hacer el "bien". Los horrores, el racismo,
la miseria y la pobreza, fueron todas cosas buenas hechas por gente buena
haciendo el bien. Incluso la tortura ha sido llevada a la corriente principal
de la vida política americana, hasta el punto de que las películas ahora la
glamorizan como un valor americano, por lo que aprendemos que la tortura ahora
también es "buena". Para ver todo esto apropiadamente, sólo debemos
adoptar la profunda creencia de que los americanos, y sólo los americanos, son
"buenos".
Podríamos preguntarnos por qué, al menos a veces, no
hay lugar para el compromiso, para evitar Vietnam, por ejemplo, o Irak, y la
miseria de la destrucción total, pero la respuesta es que la Derecha Religiosa
no puede comprometerse con el mal, con lo que ellos y, por extensión, su dios,
determinan lo que son "pecados". Un país latinoamericano que quiere
redistribuir la tierra y los ingresos, que quiere educación y atención
sanitaria, es un mal aberrante con pecados que constituyen una amenaza
existencial para los capitalistas americanos que son "buenos", y Dios
no quiere que sus hijos "excepcionales" se involucren con paganos
pecadores. Esto puede parecer injusto, pero ¿quiénes somos nosotros para
cuestionar la voluntad de Dios?
El ciego encaprichamiento de los americanos con su
corrupta y disfuncional democracia proviene en parte de la misma raíz y opera
desde el mismo manual de política religiosa que todas sus otras locuras y
violencia. En su libro "Falsa Herencia", Michael Rice escribió:
"... con
el declive de la creencia religiosa y el debilitamiento de los lazos sociales
que la religión impone, ha habido una marcada tendencia a investir a los
movimientos políticos con muchos de los elementos de la fe religiosa. La
gestión social que representan (los movimientos políticos) no se diferencia en
nada de las exigencias absolutas de fe impuestas por la iglesia medieval."
El camino a seguir está claro: si esto es algo que
los americanos quieren, debe ser "bueno", en el sentido del bien
encarnado, y cualquier otro sistema de gobierno es, por definición, una aberración
pecaminosa que debe ser destruida, ya que los hijos de Dios no pueden
implicarse en el mal. Es interesante pensar que si los americanos un día se dan
cuenta de la estupidez de su sistema de gobierno lo reemplazarían al instante,
y presumiblemente Dios cambiaría de opinión en el mismo momento. Pero, mientras
lo quieran, no sólo es "bueno", sino que es un valor universal que
refleja los anhelos de toda la humanidad.
Cuando se consideran estas observaciones, está claro
que el estilo de democracia de los EE.UU. encaja firmemente en esta teología, y
evoca la misma ideología ciega e irracional que cualquier otra parte de la
religión americana. Es esta teología patológica la que otorga a los americanos
la superioridad que se deriva de su herencia divina, y la que produce el
fanatismo y el racismo que ve a todas las demás naciones compuestas por
sub-humanos dignos de exterminio. Desde antes de la época medieval, las
religiones que adoptaron esta patología no dudaron en usar su ejército para
matar a todos los que no estaban de acuerdo con ellos. Estas eran todas, por
supuesto, las naciones coloniales brutalmente salvajes, incluyendo a Japón e
Israel. Y para que no quede sin decir, el comercio americano está arraigado en
la misma teología criminal que la política americana.
La Máscara de la Utopía se encuentra por todas
partes en América, pero en ningún lugar es más evidente que en las cosas
relacionadas con la religión, en esa "bondad". Podemos preguntarnos
que cómo es posible que personas pensantes ejecuten actividades criminales tan
masivas, propaguen tantas falsedades, causen tanto sufrimiento visible y, sin
embargo, sean incapaces de ver el inmenso abismo entre sus ideales y sus
acciones, y sigan afirmando que son "buenos". Tienen ante ellos los
Diez Mandamientos, que creen que les fueron entregados por su Dios, uno de los
cuales dice "No darás falso testimonio contra tu prójimo". Pero dicen
miles de grandes y destructivas mentiras acerca de todos los que no les gustan,
incluyendo especialmente a Rusia y a China hoy en día, y no ven ninguna
desconexión. Madeleine Albright tenía el Mandamiento que dice "No
matarás", entregado a ella por su dios, y luego se propuso matar
deliberadamente a medio millón de niños inocentes mientras le decía al mundo, "Los
Estados Unidos son 'buenos'". Obama profesó un profundo cristianismo
mientras mataba a miles de familias y de niños inocentes de la manera más
cobarde imaginable.
Las religiones occidentales y la miseria humana han
sido compañeros constantes durante al menos dos milenios. Steven Weinberg
escribió, "Con o sin religión, tendrías gente buena haciendo cosas buenas
y gente mala haciendo cosas malas. Pero para que la gente buena haga cosas
malas, se necesita la religión." Noah Millman escribió, "Después de
todo, el número de países cristianos en la historia que han sido gobernados
según los principios de la no violencia es exactamente cero. Mientras tanto,
son (los Judíos) quienes escribieron el Salmo 137, una oración de venganza que
termina con alegría ante la idea de “estrellar los cerebros de nuestros
enemigos contra las rocas." Son los judíos de extrema derecha en Israel
quienes afirman: "Es la voluntad de Dios que matemos a todos los
palestinos". Es difícil entender cómo la gente cuerda puede trastocar su
religión hasta el punto de que incluso la tortura y el asesinato se vuelvan
moralmente justos, pero se las arreglan. Siempre son los extremistas religiosos
de extrema derecha, ya sean cristianos, judíos o musulmanes, los que exhiben
todo el fanatismo, el racismo, el odio y la ideología ciega. Son ellos los más
peligrosos. Durante miles de años, la religión se ha utilizado como medio para
controlar a la población y justificar todo tipo de atrocidades. ¿Quién puede
olvidar las Cruzadas, las Inquisiciones, todas las "Guerras Santas"?
Irak y Libia no fueron mejores.
En un artículo de 2014 en Counterpunch, el autor y
director de cine, Andre Vltchek, escribió una condena feroz de la violenta
historia de la religión occidental, sobre todo del cristianismo, comenzando con
lo que llamó el "archi-criminal Cristóbal Colón", escribiendo que
"naciones enteras fueron puestas en el altar de los sacrificios" y
destruidas. Y así fue. Esta fue la historia de la gente que vino al Nuevo
Mundo. Desde sus primeros días, fue la religión la que alcanzó niveles tan
absurdos de brutalidad con tanto desprecio y rencor por los seres humanos,
tanto racismo y fanatismo. "Los que sostenían la cruz estaban demasiado
intoxicados por la vil rectitud; estaban demasiado abrumados por la codicia, demasiado
sádicos. La gran mayoría de la gente del llamado Nuevo Mundo simplemente
desapareció. Los que no fueron asesinados fueron salvajemente brutalizados. En
un momento dado, la aristocracia española estaba tan horrorizada con el
cristianismo, que envió sus barcos a África y rogó a los ejércitos musulmanes
que liberaran a España del terror cristiano. Lo cual sucedió. Ningún dogma,
ninguna ideología, ha esclavizado al mundo como el cristianismo. Ninguna
religión o ideología ha asesinado a más gente."
¿Y cómo podemos olvidarnos de Chris Kyle, el mayor
francotirador americano de todos los tiempos? Este hombre era tan querido por
los americanos que se erigieron estatuas de bronce en su honor. Hubo un tiempo
en que las películas de Hollywood imaginaban a los francotiradores como los más
cobardes de todos los criminales de guerra, pero ya no. Kyle, según sus propios
informes, mató a unas 100 personas. Leí un informe en el que Kyle afirmaba que
su muerte favorita era volarle los sesos a un bebé mientras lo sostenía en brazos
su madre a unos 1.000 metros de distancia. En su autobiografía Chris Kyle
escribe: "Me encantaba matar. Sólo desearía haber podido hacer más
eso". Pero el punto es que Kyle tenía una cruz tatuada en su hombro
"porque quería que todos supieran que era cristiano".
El dios cristiano, y el dios judío también, es un
dios de amor, de tolerancia, de paz y de perdón. "Haz a los demás lo que
quieras que te hagan a ti. Pon la otra mejilla. El que esté libre de pecado que
tire la primera piedra. Mira la viga en tu propio ojo antes de criticar la paja
en el ojo de tu vecino". Pero cuando vimos a americanos ignorantes
desfilando por las calles contra el Saddam Hussein de Irak, llevando pancartas
y gritando "Colgad a ese hijo de puta", no es dios el que habla, es la
religión. Los americanos se han engañado a sí mismos con que sus versiones del
cristianismo provienen de su dios, pero en su retorcida ignorancia sacan sus
ideales utópicos del Cielo mientras que sus acciones son todas sacadas del
Infierno. Se dicen a sí mismos que su Biblia es santa, pero no lo es para
ellos; la han subvertido para servir a sus propios fines, para justificar y
poner una cara moral a cada acción maligna que planean cometer, encontrando en
este libro sagrado evidencias de la aprobación de todo por parte de su dios,
desde la esclavitud hasta la represión brutal y el genocidio, usando el engaño
como una especie de herramienta preventiva para eliminar al dios real de sus
vidas y sustituirlo por una deidad mítica que los considera "buenos".
Por último, es necesario comprender que Dios y la
religión son en realidad tan distintos entre sí que casi no están relacionados.
Dios es un destino; la religión es un vehículo. Como analogía, si los
ciudadanos chinos quieren viajar a la Capital para venerar la tumba del
Presidente Mao, bien, pero no adoran el tren que los lleva a Beijing. En
Occidente, todo se trata del tren, mientras que el conductor, ausente de toda
evidencia, reclama su designamiento divino, y por lo tanto su justificación
para el control de nuestras vidas. Eso no sería tan malo, pero el control está
casi totalmente centrado en el dinero y en la guerra, por lo que prácticamente
todas las religiones occidentales son obscenamente ricas, y por lo que cada
guerra de consecuencias y cada matanza de civiles inocentes desde el Imperio
Romano han sido iniciadas por cristianos o judíos. O, más exactamente, iniciada
por judíos y ejecutada por cristianos.
Copyright © Larry Romanoff, Moon of Shanghai, 2020
Traducción: PEC
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Sincerely,
Luisa Vasconcellos
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What part will your country play in World War III?
By Larry Romanoff, May 27, 2021
The true origins of the two World Wars have been deleted from all our history books and replaced with mythology. Neither War was started (or desired) by Germany, but both at the instigation of a group of European Zionist Jews with the stated intent of the total destruction of Germany. The documentation is overwhelming and the evidence undeniable. (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) (11)