El
fraudulento "experimento" del arroz dorado de la Universidad de Tufts
en China
Por Larry
Romanoff – 17 de septiembre de 2020
Traducción: AIX
CHINESE ENGLISH NEDERLANDS PORTUGUESE
SPANISH
El
Departamento de Agricultura de los EE.UU. en colaboración con el ejército de
los EE.UU. tomaron la Universidad de Tufts como instrumento con el pretexto de
realizar unas inocentes investigaciones sobre salud alimentaria, para llevar a
cabo un experimento ilegal, deplorable y fraudulento con armas biológicas sobre
niños de origen chino sin su consentimiento. Esto es parte de esa historia.
Muchos
grupos han experimentado con la tecnología de la manipulación genética,
insertando ADN foráneo en diferentes semillas. Hubo un caso en
Canadá, en el que un departamento del gobierno descubrió un gen
"anticongelante" contenido en la sangre de los peces que viven en las
aguas del Ártico y que les permite sobrevivir en aguas de temperaturas
inferiores a cero. Los científicos insertaron este gen en varios cultivos de
trigo canadienses, lo que permitió que el trigo soportara temperaturas de
congelación sin sufrir daños. En otra ocasión, un laboratorio de investigación
americano insertó genes de luciérnagas en plantas de tabaco, produciendo un
campo de tabaco que brillaba en la oscuridad. Estos ejemplos pueden parecer
inofensivos, pero otros lo son mucho menos.
El
Departamento de Defensa de los EE.UU. ha invertido enormes sumas en
investigación dirigida a insertar genes letales en semillas de cultivos
modificados genéticamente, incluyendo la viruela, los virus de la gripe aviar y
la gripe porcina, la peste, el SIDA y muchos más. Como arma militar, esta
ciencia no tiene precio. ¿Por qué involucrarse en una guerra a tiros cuando
Monsanto puede venderles arroz, maíz y soja que contienen viruela y el virus
H5N1? Una vez que la semilla es cosechada y pasa al suministro de alimentos de
la nación podría, en pocas semanas, exterminar al 50% o más de la población sin
haber disparado un solo tiro y sin riesgo para el agresor. He visto documentos
militares de los EE.UU. que incluso incluían un gráfico de "coste por muerte",
demostrando que las semillas son mucho más baratas y efectivas que las bombas
en la búsqueda de la dominación militar. En el informe también se señalaba que
"Las armas genéticas también pueden ser dispersadas de muchas maneras utilizando insectos o bacterias infectadas por virus o insertadas en semillas modificadas genéticamente, etc. Estas armas son difíciles de detectar e identificar, y un tratamiento o una vacuna puede tardar años en desarrollarse." (1)
No
son pocas las pruebas que señalan que las semillas modificadas genéticamente
fueron concebidas, financiadas y desarrolladas por el ejército de los EE.UU.,
junto con el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA), para su posible
uso como arma biológica o, más concretamente, como sistema de distribución de
armas. La capacidad de insertar patógenos en semillas modificadas genéticamente
es actualmente indiscutible, constituyendo una parte significativa dentro de
los programas de desarrollo de guerra bioquímica del ejército de los
EE.UU. (2) Una
pregunta que nadie parece haberse planteado es por qué, durante más de 50 años,
el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército
de los EE.UU. (AMRIID) ha formado parte de los notorios laboratorios de armas
biológicas del ejército de los EE.UU. en Fuerte Detrick, Maryland, con el
pretexto de investigar enfermedades "infecciosas". Esta fue la fuente
del ántrax armificado del ejército de los EE.UU., además de otros muchos
patógenos.
Todo
el programa americano del Arroz Dorado fue financiado por el ejército de los
EE.UU. a través del USDA, un departamento conocido por cooperar frecuentemente
con el ejército de los EE.UU. especialmente en la producción y el desarrollo de
armas biológicas. El USDA no sólo estaba muy involucrado en la financiación de
la investigación sobre el arroz dorado, sino que también cultivaba
clandestinamente sus propias cepas indocumentadas de este arroz modificado
genéticamente en sus propios sistemas hidropónicos, cepas que posteriormente
fueron probadas en poblaciones desconocidas. Los peligros de las semillas modificadas
genéticamente para uso militar fueron reconocidos hace décadas. En 1998, la
revista Time publicó un artículo que detallaba cómo la búsqueda mundial de
material genético podía ofrecer notables aplicaciones militares. (3) (4)
•Vitamina
A
La
vitamina A no es una sola cosa, sino un gran grupo de elementos nutricionales
relacionados que incluyen retinoides y carotenoides, retinol, ácido retinoico y
componentes como el β-Caroteno (beta-caroteno). Entre los alimentos con alto
contenido en vitamina A encontramos las batatas, las zanahorias, las verduras
de hoja oscura, los pimientos, el pescado, el hígado y las frutas tropicales.
Muchos de estos alimentos forman parte de la dieta diaria en China, y no
requieren de suplementos artificiales; por lo que la mayoría de los ciudadanos
chinos obtienen todo lo que necesitan simplemente siguiendo su dieta habitual.
Como
la mayoría de las vitaminas, la vitamina A es esencial para la salud del
cuerpo, pero ésta es única en muchos aspectos ya que su presencia afecta al
sistema inmunológico y al funcionamiento genético del cuerpo. Regula la
transcripción genética, lo que implica romper los vínculos y separar las dos
cadenas del ADN del cuerpo y recombinar y empalmar los núcleos de las células,
por lo que desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de éstas.
Ciertas partes de la vitamina A y sus compuestos relacionados son utilizados
como medicamentos para modular las funciones genéticas del cuerpo. Esto no es
algo trivial, ya que se trata del objeto de estudio de gran parte de la
investigación de la más alta tecnología biológica en la actualidad. También es
cierto que, si bien incluso las dosis masivas de otras vitaminas pueden no ser
perjudiciales, el exceso de vitamina A es tóxico para el cuerpo humano,
especialmente para las mujeres embarazadas, y dadas sus extraordinarias
funciones genéticas en el ADN y sus efectos en el sistema inmunológico del
cuerpo, no es una sustancia química que se deba tomar en exceso ni en defecto.
•El
Arroz Dorado
Este
alimento MG (modificado genéticamente) sembró controversia durante más de una
década, debido a las preocupaciones de que, como muchos otros alimentos MG,
puede ser inseguro. Los alimentos MG son especialmente controvertidos en China,
donde no hay consenso sobre su seguridad, están bajo una estricta regulación, y
dadas las importantes cuestiones de confianza que implican, lo son aún más
cuando participan entidades o investigadores extranjeros. El llamado
"Arroz Dorado" (por su color amarillo) fue desarrollado para ser rico
en vitamina A y por lo tanto aparentemente beneficioso sobre todo para los
niños. En realidad, el arroz no contiene ninguna vitamina A, sino más bien
β-Caroteno (a veces llamado pro-vitamina A) que el cuerpo humano sintetiza en
la vitamina. El arroz dorado fue desarrollado conjuntamente a principios de
1990 por un profesor suizo de fitología llamado Ingo Potrykus y un profesor
alemán de biología celular llamado Peter Beyer, con el apoyo financiero de la
Fundación Rockefeller. Esta última información es tan desalentadora como
aterradora. Aquí hay una explicación de un comentarista de Internet:
"Estas son las mismas personas que dejaron morir a millones de personas en los EE.UU. durante un período de 30 años por una simple falta de Niacina. ¿Dónde estaban entonces? Si los Rockefeller querían salvar las vidas de los más pobres, ¿Por qué no empezaron por su propio país, especialmente cuando era ampliamente conocido que la enfermedad [la Pelagra] era fácilmente curable? De toda la evidencia disponible, y a pesar de toda la propaganda y el revuelo, no he visto nada que me diga que el Instituto Rockefeller haya estado interesado en algo más que en planes para la reducción de la población. Y eso significa que si están financiando proyectos para insertar beta-caroteno en el arroz, será como ayuda para otras técnicas de esterilización MG".
Me
veo obligado a estar de acuerdo con la afirmación anterior, ya que es
indiscutiblemente cierto que la Fundación Rockefeller ha estado durante casi un
siglo a la vanguardia de la elaboración de planes de control de la natalidad en
todo el mundo, de la reducción de la fertilidad y de la esterilización en todos
los países no occidentales, todo ello con el propósito declarado de reducir
sensiblemente la población del mundo subdesarrollado. También es cierto que,
durante muchas décadas, la Fundación Rockefeller (y el gobierno de los EE.UU.)
observaron que millones de personas morían en los EE.UU. por una simple falta
de niacina (vitamina B3 o ácido nicotínico), y podrían haberse dedicado
fácilmente recursos a la eliminación de este flagelo ya que la causa era bien
conocida. Decidieron ignorarlo porque las muertes se produjeron casi en su
totalidad en poblaciones pobres y negras.
•El
Tren de la Propaganda del Arroz Dorado
La
promoción de este Arroz Dorado y el activo apoyo del público en sus ensayos de
campo y experimentos con humanos, no sólo surgen de la Fundación Rockefeller,
Syngenta y su llamada Junta Humanitaria del Arroz Dorado, sino también de la
lista habitual de sospechosos que incluye a Monsanto y Bayer, y la Fundación
Bill y Melinda Gates. Varios autores han señalado que el arroz dorado ha sido
altamente promovido por estos importantes agentes de las industrias de la
modificación genética y de reducción de la población, pero el arroz alcanzó su
principal fama por exhibir lo que los científicos denominan "resultados
salvajemente erráticos".
A
pesar de que Syngenta y otros partidarios a veces se ensañen con sus
detractores, la mayoría de los organismos de ayuda y un gran número de
científicos de renombre han afirmado sistemáticamente que "el Arroz Dorado
es una solución técnica y peligrosa para un problema inexistente", ya que
las vitaminas necesarias pueden ser fácilmente suministradas por las verduras
comunes. Como escribió el Dr. Brian John,
"Aunque la industria de los organismos genéticamente modificados pregona que el Arroz Dorado es el salvador de la humanidad y el posible preventivo de millones de casos de ceguera o de muerte, incluso el Banco Mundial ha declarado que el consumo de frutas y verduras locales de hoja verde ha reducido drásticamente durante más de 20 años cualquier deficiencia de vitamina A "de manera muy barata y eficiente". (5)
La
FDA de los EE.UU., quizás de manera sorprendente, declaró que el Arroz Dorado
modificado genéticamente no tiene ningún valor nutritivo, que el beta-caroteno
de las zanahorias y las espinacas es de 40 a 50 veces mayor y se absorbe más
fácilmente y de manera más segura. También señaló que el beta-caroteno del
Arroz Dorado tiene una vida muy corta, que es excepcionalmente inestable en
presencia de oxígeno y que se degrada en un 90% en unos dos meses. (6)
Según
David Schubert, del Instituto Salk de Ciencias Biológicas de La Jolla
(California), el Arroz Dorado puede ser particularmente peligroso debido a las
impredecibles mutaciones enzimáticas y a que muchos efectos clínicamente
tóxicos ni siquiera pueden ser identificados o medidos con la tecnología
actual. Se afirmó además que el exceso de ácido retinoico es "sumamente
peligroso, en particular para los niños y durante el embarazo", ya que
puede acumularse en el cuerpo y causar diversos defectos de nacimiento. Los
resultados de estos y otros muchos estudios a largo plazo indican que "la
modificación genética es intrínsecamente peligrosa". Parece ser que sólo
la industria biotecnológica considera consistentemente que las semillas y los
alimentos modificados genéticamente son seguros, tal vez en gran parte debido a
sus estudios a muy corto plazo, mientras que muchos otros investigadores de la
industria han encontrado en sus ensayos con animales una patología casi
constante relacionada con el consumo de esos alimentos.
Este
Arroz Dorado transgénico ha sido fuertemente promovido en todo el mundo por una
estrategia de inducir a la culpa y fomentar el miedo. Nos dicen que millones de
niños sufren de ceguera cada año y que millones más mueren por una simple
deficiencia de vitamina A. El Arroz Dorado transgénico, el salvador de los
niños del mundo, puede prevenirlo. Es una cuestión de vida o muerte. Si
rechazas el arroz transgénico en tu país o frustras los intentos de Bill Gates
y los Rockefeller de consumirlo libremente en todos los países (pobres), serás
personalmente responsable de esos millones de pequeñas tragedias. El hecho de
que esos niños podrían haber sido salvados por espinacas o por zanahorias es
irrelevante; ni las espinacas ni las zanahorias han sido designadas por Dios o
Bill Gates para salvar al mundo; sólo el Arroz Dorado tiene esa impronta.
Incluso si no quieres que la soja o el maíz transgénicos alimenten a tus cerdos
y despueblen tu país, ¿cómo puedes ser tan cruel como para rechazar el Arroz
Dorado transgénico que evitará millones de muertes y lesiones? En este
contexto, el Arroz Dorado tiene un valor propagandístico sustancial porque
puede funcionar como el niño del cartel de los alimentos MG, curando
enfermedades mientras alimenta al mundo, una afirmación que no puede ser
fácilmente hecha por otros alimentos MG.
Pero
el Arroz Dorado tiene un segundo y más importante propósito, que es funcionar
como una especie de caballo de Troya. Por si no lo saben, esta metáfora surgió
de una historia sobre la guerra de Troya entre la antigua Grecia y Troya. Los
griegos habían asediado la ciudad durante una década pero no pudieron
someterla, así que construyeron un enorme caballo de madera que llenaron con
soldados, dejaron el caballo en la puerta de la ciudad aparentemente como un
regalo de despedida, y fingieron que navegaban alejándose. Los troyanos
ingenuamente arrastraron el caballo a su ciudad y, durante la noche, los soldados
griegos salieron, vencieron a la resistencia y abrieron las puertas de la
ciudad al ejército griego que había navegado tranquilamente de vuelta a Troya.
Los griegos destruyeron Troya (desde el interior, más que por un ataque
externo) y ganaron la guerra. Y esta es la verdadera función del Arroz Dorado:
obligar a las naciones, por el miedo y la culpa, a abrir sus puertas a todos
los alimentos modificados genéticamente, eliminando las restricciones a la
importación bajo la apariencia de ayuda humanitaria y superando internamente lo
que no puede ser superado por un ataque externo directo.
El
“Journal Science” publicó un artículo, escrito por un grupo de respetados
científicos internacionales, en el que se afirmaba que los EE.UU. debía
justificar mejor la participación militar en la creación de semillas
modificadas genéticamente, en lugar de que el Departamento de Estado de los
EE.UU. se limitara a afirmar que "el proyecto tiene fines pacíficos y no
viola la Convención sobre armas biológicas". Guy Reeves, biólogo del
Instituto Max Planck de Biología Evolutiva en Alemania, y uno de los autores,
dijo que esta tecnología "es más viable como arma -para matar-... que como
herramienta agrícola". Otro co-autor, Todd Kuiken, investigador de la
Universidad Estatal de Carolina del Norte, dijo que, "El mero hecho de que
este sea un programa militar naturalmente plantearía... preguntas". (7)
•El
Experimento de la Universidad de Tufts
El
discurso oficial del Arroz Dorado se basa en que puede proporcionar a los
ciudadanos de las naciones más pobres sus necesidades diarias de vitamina A. En
2012, la Universidad de Tufts en Massachusetts conspiró junto con el
Departamento de Agricultura de los EE.UU., el Departamento de Estado de los
EE.UU. y otros organismos desconocidos, para llevar a cabo un experimento con
el Arroz Dorado utilizando niños de origen chino y llevado a cabo en China,
aparentemente como un ensayo de campo para probar estas afirmaciones. Sin
embargo, se desarrolló como un experimento organizado y realizado en secreto
que ya había sido incluso prohibido anteriormente por las autoridades
sanitarias de China, y que estaba plagado de deplorables éticas e ilegalidades.
Es una preocupación más que habitual que el gobierno de los EE.UU. y una
universidad americana presuman de realizar un ensayo encubierto, claramente
poco ético e ilegal con un alimento modificado genéticamente en niños de origen
chino. (8)
Para
este estudio, los investigadores de Tufts siguieron el modelo estándar
americano utilizado para sus pruebas en "China", que consistía en
reclutar a un investigador chino nativo entre su personal con el objetivo de
que tomara contacto con funcionarios de bajo nivel en una provincia china
desfavorecida y conseguir así su cooperación en un proyecto de investigación
americano cuyo propósito real era rara vez revelado. Sé por experiencia que
esos funcionarios locales suelen ser engañados en cuanto a la verdadera
intención de esos estudios, pero son también sin excepción los que se
emborrachan, cenan y probablemente a menudo también pagados. Además, en
prácticamente todos los casos que he examinado, los participantes de origen
chino en estos estudios (suelo referirme a ellos como "víctimas")
nunca fueron informados del hecho de que el ensayo era un experimento, a veces
no se les informaba del ensayo en absoluto, sino que simplemente eran
participantes involuntarios, y por lo tanto no estaban ni una sola vez en
condiciones de dar su consentimiento, ya fueran informados o no. Este caso no
fue distinto. De hecho, periodistas chinos encontraron un correo electrónico
dirigido al equipo de investigación en el que se instaba a los organizadores a
"no hablar abiertamente" del hecho de que los niños estaban siendo
alimentados con alimentos modificados genéticamente, porque se consideraba que
el tema era "demasiado delicado" para revelárselo a los padres de los
niños. (9)
Para
llevar a cabo las pruebas, la Universidad de Tufts envió a China a personal no
identificado, que podía haber sido o no personal de la Universidad de Tufts,
pero si haber sido empleado por el USDA, una empresa farmacéutica de los
EE.UU., u otra rama del gobierno de los EE.UU. que podría incluir incluso al
ejercito. Llegaron a acuerdos con funcionarios locales de un distrito escolar
desfavorecido para alimentar con su Arroz Dorado a un grupo de unos 100 niños
diariamente durante varias semanas, durante y después de lo cual les realizaron
análisis de sangre y otros análisis ni identificados ni determinados, para
luego archivar sus datos y regresar a los EE.UU.
Tufts
y el USDA podrían haber escapado con su falsedad y engaño de no haber sido
porque Greenpeace se percató de un artículo publicado en agosto de 2012 en “The
American Journal of Clinical Nutrition”, que afirmaba que el Arroz Dorado MG
había sido utilizado en una prueba experimental en niños de la ciudad de
Hengyang, perteneciente a la provincia china de Hunan. Greenpeace informó a los
CDC de China sobre las pruebas, afirmando que "los padres probablemente no
estaban al tanto o estaban mal informados" del hecho y/o el propósito del
estudio, acusación que resultó ser cierta. Cuestionando la legitimidad del
ensayo y condenando la investigación por exponer a los niños a riesgos contra
su salud, Greenpeace dijo que el ensayo infringía una decisión adoptada por el
Ministerio de Agricultura de China en 2008 de abortar los planes para el
proyecto, ya que se trataba de una violación de la ética científica y médica, y
pidió al gobierno que iniciara una investigación. Fang Lifeng, de Greenpeace,
dijo que era "increíblemente perturbador" pensar que una institución
americana había utilizado a niños de origen chino como sujetos de su
experimento. "Las autoridades agrícolas chinas detuvieron el mismo ensayo
hace cuatro años. ¿Cómo se revivió la investigación después de esa enfática
prohibición?"
Los
funcionarios locales negaron inicialmente las afirmaciones, alegando que en su
lugar se había llevado a cabo un estudio sobre la transformación del caroteno
vegetal en vitamina A en niños, y que el estudio había sido realizado por el
CDC chino en su sucursal de Hunan. Según Xinhua News, los funcionarios
declararon además que en el estudio no había participado ninguna institución
americana, que se había notificado a todos los padres y les habían aprobado el
"experimento", que el estudio "no incluía arroz u otros
alimentos genéticamente modificados", que todos los alimentos utilizados
en el experimento se habían comprado localmente y, por último, que todos los
resultados del estudio se habían presentado inmediatamente al CDC de China una
vez terminado. Según ellos, el estudio fue aprobado por el comité de examen
ético de la Academia de Ciencias Médicas de Zhejiang, y tanto los padres como
los alumnos dieron su consentimiento para participar en el estudio.
El
gobierno chino investigó el asunto de inmediato y el CDC de China realizó una
investigación que duró tres meses e incluyó el envío de representantes a los
EE.UU. para entrevistar a los investigadores de la Universidad de Tufts y
obtener copias de las muestras de sangre y otros datos que fueron retirados de
China sin autorización. Tras el descubrimiento de los hechos, el gobierno
aplicó severas sanciones contra las personas involucradas y proporcionó una
compensación sustancial a los padres e hijos enfurecidos que fueron víctimas de
este experimento clandestino. Varios científicos chinos que participaron en la
estafa fueron despedidos de sus cargos, incluidos dos miembros del propio
personal de la CDC y el jefe de ciencia y tecnología de la Academia de Ciencias
Médicas de Zhejiang.
https://www.researchgate.net/profile/Guangwen-Tang
La supuesto líder de este experimento, una ciudadana china nativa llamado Tang, era la directora del Laboratorio de Carotenoides y Salud (financiado por el USDA) de
la Universidad de Tufts. Cuando el CDC de China comenzó su investigación, Tang
insistió en que el estudio se había realizado con toda la aprobación
regulatoria requerida, por lo que se le pidió a Tang que proporcionara un
informe detallado de su investigación y también materiales de apoyo para
documentar su autorización. El CDC descubrió que Tang no presentó la solicitud
necesaria al gobierno para llevar a cabo su experimento, ni solicitó la
evaluación ética del estudio, sino que fabricó (es decir, falsificó) todos los
documentos de aprobación del gobierno.
Otra
violación ética grave se dio con los formularios de consentimiento, ya que no
mencionaban el arroz transgénico y a los padres se les mostró sólo la página de
la firma del formulario de consentimiento. Además, parece que fueron utilizados
de forma deshonesta al menos algunos formularios de consentimiento de un
estudio nutricional local para apoyar este estudio ilegal de Tufts, y que
muchos otros formularios de consentimiento y la documentación de apoyo
necesaria también habían sido datados con carácter retroactivo o
falsificados en su totalidad. El CDC también descubrió que tanto la Universidad
de Tang como la Universidad de Tufts habían traído su Arroz Dorado de los
EE.UU. a China ilegalmente, sin declararlo en la aduana china ni a otras autoridades
pertinentes. El CDC declaró que los colaboradores americanos, en su pequeña
conspiración, "ocultaron meticulosamente la realidad" de que el
experimento se refería al Arroz Dorado. En resumen, el CDC acusó a todos los
participantes de Tufts de ocultar los hechos principales, velar la verdad,
crear repetidamente interferencias a la hora de esclarecer los hechos, y
obstruir ilegalmente la investigación.
Todo
el programa de Arroz Dorado Americano de Tufts fue financiado por el ejército
de los EE.UU., a través del Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA),
desde donde se originaron los experimentos ilegales llevados a cabo en China.
Aún más, el USDA estaba cultivando clandestinamente cepas indocumentadas de
este arroz GM en sus propios sistemas hidropónicos. Fue en cooperación con el
Departamento de Agricultura de los EE.UU., y tal vez bajo su directiva
específica, que los investigadores de Tufts iniciaron el estudio con los niños
de origen chino, presentado como un proyecto de investigación académica
independiente de Tufts para ocultar su verdadero origen y propósito.
Además,
y aún más grave, la USDA no fue el único organismo gubernamental involucrado en
este experimento con niños de origen chino. Otro departamento de salud del
gobierno de los EE.UU., llamado NIDDK, estuvo muy involucrado en la
financiación y la defensa pública de este experimento, y por lo tanto también
en la estrategia y planificación. El mismo NIDDK reveló que el Departamento de
Estado de los EE.UU. había dado la aprobación y autorización para este
experimento después de revisarlo por "cualquier implicación potencialmente
negativa en la política exterior". Esta última cita tiene una enorme
importancia, ya que el Departamento de Estado nunca se involucra en tales
asuntos, salvo en condiciones que implican ilegalidades internacionales o la
contravención de la soberanía nacional, o tal vez la perspectiva de una
revelación pública de subterfugios militares como, por ejemplo, el ensayo
clandestino de un patógeno biológico en ciudadanos de una nación extranjera.
El
hecho de que este ensayo médico que, a primera vista, era aparentemente inocuo
y casi trivial, haya requerido y obtenido la aprobación de la Casa Blanca y el
Departamento de Estado es una prueba prácticamente irrefutable de que estaba
ocurriendo algo mucho más importante que la absorción de vitamina A.
Debo
señalar que la cita del Departamento de Estado anteriormente enunciada no es
única. Se ha utilizado en situaciones en las que el ejército de los EE.UU. ha
planeado experimentos con armas biológicas y pruebas de campo con un público
involuntario, a veces en países extranjeros y a menudo contra ciudadanos
americanos. Cuando el Secretario de Defensa de los EE.UU. Robert McNamara
planificó y ejecutó sus diferentes 150 programas simultáneos y de armas
biológicas de alto secreto a finales de la década de 1960 y principios de 1970,
el relato de entonces era el mismo. Como señalé en otro lugar, McNamara ordenó
a la Junta de Jefes del Estado Mayor "que consideraran todas las posibles
aplicaciones" de estos agentes contra naciones enemigas en un plan
coherente para una total "capacidad de disuasión biológica y
química", un plan que incluyera estimaciones de costes y una
"evaluación de las consecuencias políticas internacionales". No me
cabe la menor duda de que la revisión anterior del Departamento de Estado de
los EE.UU. para "implicaciones potencialmente negativas en política
exterior" tiene un origen similar.
No
es un secreto que los esfuerzos de Tufts por conseguir el Arroz Dorado en el
pasado han estado cubiertos de escándalos, tanto en los EE.UU. como en China,
por sus juicios en los EE.UU. que causaron su condena. En un artículo en The
Chronicle of Higher Education, Tom Bartlett señaló que "No es la primera
vez que se critica la investigación sobre el Arroz Dorado de Tufts". La
Universidad de Tufts ya había hecho lo mismo en Nueva Zelanda y otros países, y
también había intentado realizar precisamente esos estudios en China en años
anteriores, pero se le denegó el permiso. Se descubrió un estudio similar que
se había iniciado en China en 2008 y se le ordenó que se abortara, siendo
entonces estos ensayos y experimentos particulares prohibidos específicamente
por el gobierno nacional de China.
Los
americanos, tanto los investigadores de Tufts como los funcionarios del
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y del ejército, no
introdujeron su Arroz Dorado transgénico en China por los medios habituales. En
su lugar, lo introdujeron de contrabando en el país sin declararlo a los
funcionarios de aduanas chinos. No hace falta ser abogado para reconocer que se
trata de un acto ilegal de cierta magnitud, ya que la importación de semillas y
de la mayoría de los productos alimenticios está fuertemente regulada por todos
los países, y si fueran descubiertos es casi seguro que esas personas serían
encarceladas. Esta no es la conducta normal que uno esperaría de una respetada
universidad americana, ni de un departamento del gobierno de los EE.UU. que
realiza un legítimo ensayo de campo sobre vitaminas.
Los
americanos cocinaron el arroz antes de introducirlo de contrabando en China,
una acción carente de explicación racional, y hasta donde yo sé, Tufts se ha
negado a proporcionar una. Como el arroz debía mezclarse con el arroz normal y
ser consumido por los niños durante los almuerzos escolares, ambas variedades
debían ser cocinadas en el momento, inmediatamente antes de su consumo. Dada la
naturaleza clandestina de todo el asunto, encuentro sólo unas pocas
posibilidades para ello, una de las cuales puede haber sido un intento
cuestionable de evadir la prohibición de China de la importación de productos
modificados genéticamente alegando que el arroz cocido no entra en esta
definición. Una posibilidad más grave -y más probable- es que el arroz haya
sido cocinado para disfrazar material viral u otro material biológico que puede
haberse insertado en el ADN del arroz, y que habría sido fácilmente detectable
en el arroz no cocido pero no tan fácil de detectar en la versión cocida. Una tercera
posibilidad apunta a que para este experimento era necesario un aditivo químico
o biológico en el proceso de cocción, lo que habría sido problemático si se
hubiera tenido que hacer en China en la cocina de la escuela bajo la
observación del personal chino.
Contrariamente
a las afirmaciones de la Universidad de Tufts de que no se había realizado
ningún daño, hubo repetidos informes de niños que sufrieron reacciones al
arroz, como náuseas, malestar estomacal, vómitos y similares, y muchos de ellos
desarrollaron mareos y fiebre durante las pruebas. Una madre informó de que su
hija de 11 años de edad participó en el programa, recibiendo este arroz
transgénico durante 15 días, pero la retiró de las pruebas después de que la
niña desarrollara una fiebre severa en al menos tres ocasiones. Ninguna de
estas reacciones es normal en el caso del arroz no contaminado, y sugiere
firmemente la posibilidad de un patógeno biológico no revelado. También señaló
que los niños fueron sometidos a frecuentes análisis de sangre sin explicación
alguna, siendo informados de que la sangre sería enviada a los EE.UU. para su
análisis. Como más de un grupo de padres preguntaron, "Si es seguro, ¿por
qué tenían que engañarnos en esto?" Además, ¿por qué las muestras de sangre
de los niños fueron sacadas de China (ilegalmente) y enviadas a los EE.UU. para
ser analizadas?
No
hay que indagar mucho para saber que estas reacciones físicas, combinadas con
el secreto desmesurado y la ilegalidad general, tienen todas las
características del suministro a los niños de algún tipo de vacuna sustitutiva
o similar. Dado el grave papel genético que desempeña la vitamina A en el
cuerpo humano, y su papel en el sistema inmunológico humano -o sistema
inmuno-supresor-, encuentro todo esto preocupante. No sé qué pruebas realizó el
CDC de China a estos niños durante su investigación, pero me sorprendería si
las pruebas posteriores no revelaran la existencia de anticuerpos que no
deberían estar presentes. También sería obligatorio examinar si la futura fertilidad
de estas pequeñas víctimas se ha visto comprometida de alguna manera por la
versión del Arroz Dorado del USDA. Es posible que estos niños se hayan quedado
estériles.
•La
Naturaleza Patógena del Experimento de Tufts
·
Las concentraciones reales de arroz dorado eran incluso más bajas que las
declaradas originalmente.
· La
biodisponibilidad de la vitamina A no es posible, ya que su absorción depende
de otros factores que no están contemplados en el arroz dorado.
·El
riesgo para la salud humana e incluso para el medio ambiente circundante.
Hay
un asunto adicional relacionado con la perpetración de este arroz transgénico
en niños de origen chinos, el de la naturaleza patógena inherente de todos los
alimentos modificados genéticamente. El hecho de que el Departamento de
Agricultura de los EE.UU. estuviera tan decidido a hacer repetidos intentos
durante muchos años para llevar a cabo en secreto este experimento con Arroz
Dorado en niños de origen chino y en China, despierta muchas alarmas. Si se tratara
de una simple cuestión de probar un sustituto de las espinacas por su contenido
en vitamina A, no habría necesidad de mantenerlo en secreto ni de
contrabandearlo. El simple hecho de que estos experimentos no se hayan llevado
a cabo abiertamente es prueba suficiente en sí misma de que el USDA estaba
ocultando algo, quizás incluso a los propios investigadores. Y ese
"algo" será casi seguro que sea patógeno. Es aún más preocupante si
consideramos la determinación del USDA de llevar a cabo estos ensayos específicamente
en China y no en ninguna otra nación, lo que lleva inmediatamente a sospechar
que los patógenos eran específicos para la raza.
Dado
todo el secreto, las negaciones y encubrimientos, y el hecho documentado de que
muchos de los niños de origen chino sufrieron reacciones físicas, en algunos
casos bastante graves, lleva a cuestionar el contenido real y la intención del
experimento de Tufts en China. Esta preocupación se ve exacerbada por el hecho
de que el Departamento de Agricultura de los EE.UU. creó y produjo esta cepa
particular e indocumentada de Arroz Dorado en sus propios laboratorios, y
cultivó el propio arroz en sus propias estaciones hidropónicas. Por lo tanto,
no hay documentación ni pruebas de con qué se alimentó exactamente a los niños,
más allá de una vaga afirmación de los investigadores de Tufts de que esa cepa
contenía grandes cantidades de pro-Vitamina A, afirmación que no nos dice
precisamente nada sobre la manipulación genética realizada en las plantas. Una
vez más, dadas las reacciones físicas negativas de los niños a este arroz,
reacciones que serían imposibles con un arroz normal, es razonable teorizar que
los niños fueron alimentados no con una pro-vitamina sino con un pro-patógeno.
Y, dada la sospechosa determinación repetida del USDA de realizar este
experimento específicamente en China y con niños de origen chino (en vez de en
la India con niños indios, o en Japón con niños japoneses), también es
razonable teorizar que el patógeno era específico para la raza.
Uno
de los peligros expresados por muchos científicos es que las diversas cepas de
este Arroz Dorado se elaboraron aparentemente con "técnicas de
modificación genética" "que causan mutaciones incontrolables y otros
daños colaterales al genoma de la planta huésped, con muchos efectos no
deseados y no caracterizados". Más aterradoramente, ISIS escribió que las
secuencias virales "creadas para mejorar la transferencia horizontal de
genes y la recombinación son la principal ruta para crear nuevos patógenos".
Otro artículo de ISIS, titulado “El 'Arroz Dorado', un ejercicio sobre cómo no
hacer ciencia”, afirmaba que la ciencia en cuestión estaba siendo promovida no
para la salud humana sino "para salvar una industria biotecnológica
agrícola en bancarrota tanto moral como financiera", concluyendo que estos
ensayos clínicos de "experimentos no caracterizados, ni aprobados (Arroz
Dorado) en niños... son moralmente inexcusables".
Un
grupo de aclamados biólogos internacionales y otros científicos escribieron una
enérgica carta de protesta al profesor Robert Russell, de la Universidad de
Tufts, declarando parcialmente, "Le escribimos para expresar nuestra
conmoción y denuncia inequívoca de los experimentos realizados por sus colegas
que implican la alimentación de Arroz Dorado genéticamente modificado a (niños
de origen chino)...". Estos ensayos poco éticos y potencialmente
peligrosos DEBEN ser detenidos". (10)
Un comunicado de prensa del
Dr. Brian John de GM Free Cymru declaró que estos ensayos... "están
envueltos en el misterio, e incluso pueden haber sido ilegales ya que el Arroz
Dorado no tiene aprobaciones regulatorias ni en los EE.UU. ni en otros lugares
para su cultivo o uso como alimento. Ni siquiera hay ningún ensayo de
alimentación animal publicado. Los resultados de otras investigaciones están
envueltos en misterio y secreto. Es casi increíble que cualquier prueba de
alimentación humana del Arroz Dorado sea contemplada por la Universidad de
Tufts y las autoridades americanas, ya que esta es una variedad MG que se
reconoce como muy inestable e impredecible en su comportamiento, y que no tiene
autorizaciones para su cultivo o uso como alimento en ningún lugar del mundo.
El uso de niños en estos experimentos es profundamente perturbador, ya que no
están en posición de comprender las implicaciones o los riesgos para su salud a
largo plazo que podrían surgir de comer una variedad MG no probada. Las
cuestiones éticas son aún más perturbadoras... la alimentación de niños
vulnerables y enfermos con un arroz MG y no probado es absolutamente
imperdonable".
En un informe del ISIS, la
agencia escribió que "Un gran peligro inherente a los organismos MG es la
mejora de la transferencia horizontal de genes y la recombinación (que) es
considerablemente peor con las plantas transgénicas como el Arroz Dorado porque
... (proporciona) un vehículo listo para ... la transferencia horizontal de
genes a todas las especies ... incluyendo las células humanas. En general, la
transferencia horizontal de ADN transgénico facilita la creación de nuevos
patógenos. La identificación de (estas) secuencias... plantea dudas sobre si el
uso generalizado... en la modificación genética ha dado lugar realmente a la
creación de un nuevo patógeno para los seres humanos". Una de las
biotecnólogas más respetadas de la India, la Dra. Vandana Shiva, fue ponente en
una conferencia internacional de biotecnología en la que dijo que un
representante de Syngenta le dijo que el objetivo de Syngenta era
"controlar los alimentos" para finales de siglo. (11)
•Negación, Mentiras y
Encubrimiento
Tras la divulgación pública
de su experimento ilegal y antes de la investigación de la CDC de China, la
Universidad de Tufts siguió la pauta americana estándar de negación (como lo
ejemplifica la Universidad de Harvard en Anhui (China), por ejemplo), luego de
repetidas mentiras sobre los hechos, seguidas de la típica ofuscación y
declaraciones erróneas para encubrir sus fallos éticos e ilegalidades. Luego,
como también es típico, cuando finalmente se vio obligado a enfrentarse a las
verdades indiscutibles, Tufts se exoneró y culpó a los chinos por su falta de
ética. (12)
Tufts finalmente admitió que
efectivamente se había utilizado a niños de origen chino como conejillos de
indias en un experimento con alimentos modificados genéticamente sin revelar ni
el hecho ni la naturaleza de su proyecto, y admitió que sus investigadores
"no cumplían" con múltiples reglamentos y requisitos. Se trata de una
afirmación bastante suave, teniendo en cuenta que muchas de sus acciones no
sólo eran poco éticas sino claramente delictivas, pero Tufts "defendió firmemente
su experimento" confesando incluso que "violaba las normas
éticas", aunque su definición de esta violación era que "un
investigador en China rompió las normas" al no informar a los padres
acerca del experimento llevado a cabo ilegalmente con alimentos modificados genéticamente
en sus hijos, y al no obtener el consentimiento. La declaración de Tufts da a
entender claramente -y falsamente- sin afirmarlo que fue un investigador chino
quien cometió esas violaciones.
Fue especialmente
preocupante que Tufts y varios organismos gubernamentales de los EE.UU.
encargados de la investigación, así como todos los medios de comunicación
americanos, no se ocuparan de las evidentes ilegalidades, como el contrabando
en China de alimentos prohibidos modificados genéticamente, todos los
documentos falsificados y las declaraciones falsas, y que además pasaran por
alto con una simple mención el hecho de que los formularios de consentimiento,
en la medida en que existían, habían sido falsificados y/o desfasados, y eran
claramente fraudulentos. Su supuesta investigación ignoró el hecho de que los
investigadores de Tufts mintieron sobre la obtención de la aprobación de las
autoridades chinas necesarias, y descuidaron totalmente la enorme alfombra de
mentiras emitidas en lo que fue indiscutiblemente un encubrimiento vergonzoso.
También ignoraron totalmente el hecho de que su falsedad y su escandalosa
conducta ilegal dejaron al gobierno nacional de China con la responsabilidad de
proporcionar una compensación sustancial a todas las familias enfurecidas
involucradas en este asunto.
Quisiera terminar diciendo que, dadas las repetidas y censurables violaciones éticas por parte de las universidades americanas en China, a ninguna universidad americana se le debería permitir nunca la entrada a China para realizar cualquier tipo de investigación. Todas las universidades e instituciones de investigación de los EE.UU. deben estar prohibidas permanentemente en el país.
*
Los escritos
del Sr. Romanoff se han
traducido a 32 idiomas y sus artículos se han publicado en más de 150 sitios
web de noticias y política en más de 30 países, así como en más de 100
plataformas en inglés. Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario
jubilado. Ha ocupado cargos ejecutivos de alto nivel en empresas de consultoría
internacionales y ha sido propietario de un negocio de importación y
exportación internacional. Ha sido profesor visitante en la Universidad Fudan
de Shanghai, presentando estudios de casos en asuntos internacionales a las
clases superiores del EMBA. El Sr. Romanoff vive en Shanghai y actualmente está
escribiendo una serie de diez libros relacionados generalmente con China y
Occidente. Es uno de los autores que contribuyen a la nueva antología de Cynthia
McKinney “When China Sneezes (Cuando China Estornuda — Cap. 2 — Tratar con Demonios)”.
Su archivo completo puede verse en
https://www.moonofshanghai.com/
y http://www.bluemoonofshanghai.com/.
Puede
ser contactado en: 2186604556@qq.com
*
Notas:
(1) Global Research, 03 de
julio de 2014; Los
alimentos OGM de Monsanto y sus oscuras conexiones con el "Complejo
Industrial Militar"; Steven MacMillan
(2) The Guardian, 19 de
junio de 1999, publicó un artículo titulado "The seeds of wrath (Las
semillas de la ira)", en el que se afirmaba que la semilla transgénica fue
"Desarrollada con la participación y el apoyo del gobierno y del ejército
de los Estados Unidos". https://www.theguardian.com/environment/1999/jun/19/food.food
(3) Tim McGirk; "Gene
Piracy"; Time Magazine; 9 de noviembre de 1998
(4) En febrero de 2016, el
Director de Inteligencia Nacional de los EE.UU., James R. Clapper, al presentar
un testimonio de "Evaluación de la amenaza mundial" ante el Comité de
las Fuerzas Armadas del Senado, afirmó que la edición genética se había
convertido en un peligro mundial para la humanidad y lo incluyó en la sección
de su informe que trata de las armas de destrucción masiva.
(5) EL FRAUDE DEL ARROZ
DORADO - Cuando las relaciones públicas reemplazan a la ciencia; http://online.sfsu.edu/~rone/GEessays/goldenricehoax.html
(6) El Arroz Dorado MG no
ofrece beneficios nutricionales, dice la FDA; Allison Wilson, PhD y Jonathan
Latham, PhD
https://www.independentsciencenews.org/news/gmo-golden-rice-offers-no-nutritional-benefits-says-fda/
(7) Ciencia, 4 de octubre de
2018; www.dailymail.co.uk
(8) El Estudio del Arroz
Dorado violó las reglas éticas, dice Tufts; 17 de septiembre de 2013; http://www.npr.org/sections/thesalt/2013/09/17/223382375/golden-rice-study-violated-ethical-rules-tufts-says
(9) Según el Ministerio de
Salud de China, Tufts cocinó el "arroz dorado" en los Estados Unidos
y llevó el arroz cocido a China el 29 de mayo de 2008, sin la debida
declaración a las autoridades chinas pertinentes. Cuatro días después, Tang y
otros participantes en la investigación volvieron a cocinar el arroz
transgénico y lo mezclaron con arroz ordinario, y lo sirvieron para el almuerzo
de los niños. El equipo de investigación no le dijo a los padres o tutores de
los niños que la prueba utilizaría alimentos transgénicos.
http://news.xinhuanet.com/english/china/2012-12/07/c_132025944.htm
(10) Científicos condenan el
experimento humano con alimentos transgénicos; jueves 19 de febrero de
2009; http://www.scoop.co.nz/stories/WO0902/S00328.htm ; http://www.i-sis.org.uk/SPUCTGM.php
11) Las semillas
genéticamente modificadas y la militarización de los alimentos
https://fpif.org/gm_seeds_and_the_militarization_of_food_-_and_everything_else/
(12) Esta ha sido una
práctica común de los americanos en China. Unos años antes, la Universidad de
Harvard llevó a cabo un estudio aún más fraudulento en China, este
aparentemente llevando a cabo una investigación sobre el asma. Sin embargo,
según los funcionarios de la policía, los investigadores de Harvard
falsificaron todos los documentos de aprobación pertinentes, reclamaron la
aprobación de su estudio a una autoridad médica inexistente, expusieron a
incontables miles de chinos a diversos patógenos potencialmente letales, y
luego recogieron ilegalmente y enviaron de vuelta a los EE.UU. cientos de miles
de frascos de ADN chino. Y en una calumnia verdaderamente despreciable, el
gobierno de los EE.UU. alegó entonces que el ADN fue enviado a EE.UU. debido a
“los riesgos de que el gobierno chino hiciera un mal uso de información
genética sensible”.
Copyright © Larry Romanoff, Moon of Shanghai, Blue Moon of Shanghai, 2021