Bernaysy la propaganda – El control de la democracia
Parte
3 de 5
Por Larry Romanoff para
el Saker Blog
21 de febrero de 2021
Traducción: PEC
- Bernays y la Propaganda
EPÍLOGO – Capitán América
– El hombre con dos cerebros – 21 de marzo de 2021
Parte 5 de 5 — La
Propaganda Sigue Sin Cesar – March 11, 2021
Parte 4 de 5 — La
Transición a la Educación y el Comercio – March 01, 2021
Parte 3 de 5 –El
Control de la Democracia – February 21, 2021
Parte 2 de 5 — El
Marketing de la Guerra – February 15, 2021
Parte 1 de 5 —
February 06, 2021
Introdución — Si
América se disuelve… January 31, 2021
A partir de sus experiencias en la formulación,
manipulación y control de la percepción y la opinión pública con el CPI, tanto
Lippman como Bernays escribieron más tarde su abierto desprecio por un
"público maleable e irremediablemente mal informado" en los Estados
Unidos. (1)
Lippmann ya había escrito que el pueblo en una democracia era simplemente
"un rebaño desconcertado" de "forasteros ignorantes y
entrometidos" (2)
que debían mantenerse sólo como "espectadores interesados", para ser
controlados por el "gobierno secreto" de la élite. Llegaron a la
conclusión de que en un sistema electoral multipartidista (una democracia), la
opinión pública debía ser "creada por una inteligencia organizada" y
"maquinada por un gobierno invisible", con el pueblo relegado a la
condición de observador desinformado, situación que ha existido ininterrumpidamente
en los EEUU durante los últimos 95 años. Bernays creía que sólo unos pocos
poseían la visión necesaria de la Gran Imagen para que se les confiara esta
sagrada tarea, y se consideraba a sí mismo como un miembro de ese selecto
grupo.
"A lo largo de su carrera, Bernays fue
totalmente cínico en su manipulación de las masas. Sin tener en cuenta la
importancia personal de sus valores, aspiraciones, emociones y creencias
sinceras, consideraba que no tenían ningún significado más allá de su uso como
herramientas para promover los fines comerciales y políticos de sus
empleadores".
En su libro "Propaganda", (3) (3a)
(4) Bernays
escribió: "Fue, por supuesto, el asombroso éxito de la propaganda durante
la guerra lo que abrió los ojos de los pocos inteligentes en todos los
departamentos de la vida a las posibilidades de reglamentar la mente del
público. Era natural que, una vez terminada la guerra, las personas
inteligentes se preguntaran si no era posible aplicar una técnica similar a los
problemas de la paz. La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y
opiniones organizadas de las masas es un elemento importante en la sociedad
democrática. Los que manipulan este mecanismo invisible de la sociedad
constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder gobernante de
nuestro país."
El proyecto original de Bernays era asegurar la
entrada de los EE.UU. en la guerra europea, pero más tarde se preocupó
principalmente por el afianzamiento de los sistemas gemelos de democracia
electoral y capitalismo sin restricciones que las élites habían creado para su
beneficio, y por su defensa ante el aumento del malestar, la resistencia y la
oposición ideológica. Al descubrir que el rebaño desconcertado no era tan
complaciente como deseaba, Bernays reivindicó la necesidad de aplicar "la
disciplina de la ciencia", es decir, la psicología de la propaganda, al
funcionamiento de la democracia, donde sus ingenieros sociales
"proporcionarían al Estado moderno una base sobre la que podría realizarse
una nueva estabilidad". Esto era lo que Lippmann denominaba la necesidad
de "inteligencia y control de la información" en una democracia,
afirmando que la propaganda "tiene un papel legítimo y deseable que
desempeñar en nuestro sistema democrático". Ambos imaginaron que la
sociedad americana moderna estaba dominada por "un número relativamente
pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales
de las masas". Para Bernays, esto era el "resultado lógico de la
forma en que está organizada nuestra sociedad democrática", sin tener en
cuenta que fueron sus manipuladores europeos los que la organizaron así en
primer lugar.
Lippman y Bernays no eran independientes en su
visión pervertida de la propaganda como una "necesidad" de la
democracia, como tampoco lo eran en el marketing de guerra, sacando sus teorías
e instrucciones de sus amos sionistas en Londres. El sistema electoral
multipartidista no se diseñó e implementó porque fuera la forma de gobierno más
avanzada, sino porque era el único que ofrecía las mayores oportunidades para
corromper a los políticos mediante el control del dinero y para manipular la
opinión pública mediante el control de la prensa. En su libro “The Engineering
of Consent”, (5)
(5a)
Bernays afirmó sin tapujos que "la ingeniería del consentimiento es la
esencia misma del proceso democrático". En otras palabras, la esencia de
una democracia es que unas pocas "personas invisibles" manipulen al
rebaño desconcertado para que crea que tiene el control de un sistema de
gobierno transparente, eligiendo a uno de los dos candidatos preseleccionados
que ya están comprados y pagados por las mismas personas invisibles.
Incluso antes de la guerra, el "gobierno
secreto", es decir, los manipuladores europeos de Lippman y Bernays,
habían reconocido plenamente las posibilidades de control de la población a
gran escala y habían desarrollado sus propias ambiciones de largo alcance en
términos de "control de la democracia", utilizando al gobierno
americano una vez más como herramienta. Su interés no se limitaba únicamente a
la población americana, sino que rápidamente incluyó a gran parte del mundo occidental.
Con Lippman y Bernays como sus agentes, esta gente invisible hizo que el
gobierno americano aplicara los principios de Bernays en naciones de todo el
mundo, añadiendo el Proyecto Mockingbird de la CIA (6)
(7)
(8)
(9)
(10),
la VOA (11)
(12),
Radio Free Europe y Radio Free Asia, Radio Liberty, y mucho más a sus
herramientas de manipulación de las percepciones y creencias de los pueblos de
docenas de naciones. El Departamento de Estado de Estados Unidos, ya totalmente
de acuerdo, afirmó que "la propaganda en el extranjero es
indispensable" para lo que denominó "gestión de la información
pública". También reconocía la necesidad de mantener un secreto absoluto,
afirmando que "si el pueblo americano llegara a tener idea de que la
poderosa maquinaria de propaganda estaba trabajando sobre ellos, el resultado
sería un desastre". Pero la poderosa máquina estaba trabajando sobre
ellos, y continuó hasta un punto que podría haber impresionado incluso a
Bernays.
La historia de la propaganda y su uso para manipular
y controlar la opinión pública en los Estados Unidos, y en las democracias
occidentales en general, es una larga historia que incluye muchos
acontecimientos aparentemente dispares y sin relación entre sí. Un punto de
crisis importante para el control de la democracia americana por parte de las
élites fue la guerra de Vietnam, el único periodo de la historia en el que el
pueblo americano recibió una cobertura mediática precisa de lo que su gobierno
estaba haciendo realmente en otro país. Debido a las horribles revelaciones
sobre la tortura y la brutalidad americanas, las protestas públicas se
extendieron tanto que Estados Unidos estuvo al borde de la anarquía y se volvió
casi ingobernable. Los americanos rompían sus avisos de reclutamiento militar y
huían a Canadá para escapar del servicio militar. Las calles y los campus
universitarios se vieron desbordados por las protestas y los disturbios, al
menos hasta que Nixon ordenó disparar a los estudiantes por la espalda. (13)
(14)
(15)
Eso fue en 1970, pero en 1971, Daniel Ellsberg robó "Los Papeles del
Pentágono" de la corporación RAND donde trabajaba y los filtró a los
medios de comunicación, y eso fue el principio del fin. Tras las consecuencias
políticas y la dimisión de Nixon, el gobierno secreto de Bernays se puso en
marcha y el panorama político americano cambió para siempre.
Una parte importante de esta "sobrecarga
democrática" fue la creación casi inmediata en julio de 1973, por parte de
David Rockefeller, Rothschild y algunos "ciudadanos privados", de un
grupo de expertos con sede en los Estados Unidos llamado "Comisión
Trilateral". (16)
En ese momento, Rockefeller era presidente del Consejo de Relaciones Exteriores
de Rothschild, así como presidente del Chase Manhattan Bank, controlado por
Rothschild. Zbigniew Brzezinski, que fue asesor de política exterior de Obama,
fue "cofundador". La necesidad de formar este grupo se atribuyó
oficialmente a la crisis del petróleo en Oriente Medio, pero se centraron en
una crisis mucho más importante: la de la democracia, que estaba mostrando
claros signos de ir a donde ningún hombre debería ir. En aquel momento, cuando
quedaba un mínimo de prensa libre, el Washington Post publicó un artículo
titulado "Cuidado con la Comisión Trilateral" (17). No
volverían a hacerlo. Cualquier crítica a la Comisión está hoy oficialmente
catalogada por el gobierno americano como "teoría de la conspiración".
(18)
No he podido encontrar ningún informe de la Comisión
Trilateral sobre la crisis del petróleo en Oriente Medio, y parece que su
primer informe importante, publicado por la Universidad de Nueva York en 1975,
sólo dos años después de su formación, se titulaba "La crisis de la
democracia" (19)
(20),
cuyo autor principal era un profesor de Harvard llamado Samuel Huntington.
En el documento, Huntington afirmaba que "la
década de los 60 fue testigo de un aumento del fervor democrático en los
Estados Unidos", con un incremento alarmante de ciudadanos que
participaban en marchas, protestas y manifestaciones, todo ello prueba de
"una reafirmación de la igualdad como objetivo en la vida social,
económica y política", siendo la igualdad algo que ninguna democracia
puede permitirse. Afirmó que "la esencia de la oleada democrática de la
década de 1960 fue un desafío general a los sistemas de autoridad existentes,
públicos y privados. De una forma u otra, se manifestó en la familia, la
universidad, las empresas, las asociaciones públicas y privadas, la política,
la burocracia gubernamental y los servicios militares".
Huntington, que había sido consultor de propaganda
del gobierno de los EE.UU. durante su guerra en Vietnam, se lamentaba además de
que el pueblo llano ya no consideraba a las élites y a los banqueros como
superiores y se sentía poco obligado a obedecer. No hace falta leer mucho entre
líneas para ver que la verdadera queja de Huntington era que las élites ricas,
las del gobierno secreto, estaban siendo atacadas cada vez más por la opinión
pública debido a las revelaciones de grandes abusos de su riqueza y poder. Ya
no se les admiraba y respetaba, ni siquiera se les temía especialmente, sino
que se les despreciaba cada vez más. El pueblo también abandonó la confianza en
su gobierno al darse cuenta de la amplia infiltración en la Casa Blanca y el
Congreso por parte de los "astutos operadores" de Bernays, lo que
condujo, en palabras de Huntington, a "un declive de la autoridad, el
estatus, la influencia y la eficacia de la presidencia".
Huntington llegó a la conclusión de que EE.UU.
sufría de "un exceso de democracia", escribiendo que "el
funcionamiento eficaz de un sistema político democrático suele requerir apatía
y no participación", afirmando que esto era crucial porque eran
precisamente estas cualidades del público las que "permitían que la
democracia funcionara eficazmente". Fiel a sus raíces racistas, identificó
a "los negros" como un grupo que se estaba volviendo "demasiado
democrático" y que representaba un peligro para el sistema político.
Terminó su informe afirmando que "la vulnerabilidad de la democracia,
esencialmente la 'crisis de la democracia', provenía de una sociedad que se
estaba educando y participando”, y que la nación necesitaba "una
existencia más equilibrada" con lo que denominó "límites deseables a
la extensión de la democracia política". En otras palabras, la verdadera
crisis de la democracia era que el pueblo empezaba a creer en la parte del
"gobierno del pueblo, para el pueblo", y no sólo se implicaba
realmente, sino que empezaba a despreciar y a desobedecer a quienes habían
estado dirigiendo el país únicamente para su propio beneficio financiero y
político. Y, por supuesto, la solución fue diseñar una situación social con
menos educación y democracia y con más autoridad del gobierno secreto de las
élites.
La democracia, según Huntington, consistía en la
apariencia pero no en la sustancia, una construcción por la que las astutas
élites seleccionaban candidatos por los que el pueblo podía fingir que votaba,
pero que estarían controlados por sus amos y les obedecerían a ellos. Después
de participar en la "democracia", se espera que la gente vuelva a su
estado normal de apatía y de no participación.
Noam Chomsky también señaló en un artículo que en el
activismo estudiantil de los años 60 y principios de los 70, la nación
aparentemente corría el riesgo de estar demasiado educada, creando la
"crisis de la democracia" de la Comisión Trilateral. En otras
palabras, la ignorancia necesaria para el mantenimiento de un sistema de
gobierno multipartidista corría el riesgo de ser erosionada por los estudiantes
que estaban aprendiendo cosas que el gobierno secreto de Bernays no quería que
aprendieran. "La Comisión, en un informe, denunció la atención prestada a
lo que denominó "grupos con intereses especiales", como las mujeres,
los trabajadores y los estudiantes, que intentaban obtener derechos en el
ámbito político que iban claramente "en contra del interés nacional"
[del 1% más rico]". La Comisión declaró que estaba especialmente
preocupada por las escuelas y universidades que no estaban haciendo su trabajo
de "adoctrinar adecuadamente a los jóvenes" y que "tenemos que
tener más moderación en la democracia". A partir de ahí, el camino a
seguir estaba claro: los jóvenes de los Estados Unidos serían ahora
"debidamente adoctrinados" tanto por el sistema escolar público como por
las universidades, para ser "más moderados", más ignorantes y, sobre
todo, para evitar exigir cosas como la igualdad social y los derechos de los
trabajadores, que iban tan claramente en contra del "interés
nacional" de las élites y de su "gobierno secreto".
Antes de Huntington y del activismo estudiantil de
los años sesenta, teníamos otro experto de renombre en propaganda, política y
fascismo, en la persona de otro judío americano, Harold Lasswell, que ha sido
descrito con admiración como "un destacado politólogo y teórico americano
de la comunicación, especializado en el análisis de la propaganda",
afirmando que Lasswell estaba "clasificado entre la media docena de
innovadores creativos de las ciencias sociales del siglo XX". Su biógrafo,
Almond, afirmó con firmeza que "pocos cuestionarían que [Lasswell] fue el
politólogo más original y productivo de su tiempo". (21) Un gran elogio, que
recuerda al que recibieron Lippman y Bernays, y por las mismas razones.
Incluso antes, a finales de la década de 1930 y
principios de la de 1940, la Universidad de Chicago celebró una serie de
seminarios secretos sobre "comunicación", financiados por la
Fundación Rockefeller, en los que participaron algunos de los investigadores más
destacados en los campos de la "comunicación y la sociología", uno de
los cuales era Lasswell. Al igual que Lippman y Bernays antes que él, y
Huntington y otros después, Lasswell opinaba que la democracia no podía
sostenerse sin una élite con credenciales que diera forma, moldeara y
controlara la opinión pública mediante la propaganda. Afirmaba que si las
élites carecían de la fuerza necesaria para obligar a la obediencia de las
masas, entonces los "gestores sociales" debían recurrir a "toda
una nueva técnica de control, en gran medida a través de la propaganda",
debido a la "ignorancia y superstición de las masas". Afirmaba que la
sociedad no debía sucumbir a los "dogmatismos democráticos de que los
hombres son los mejores jueces de sus propios intereses", porque no lo
eran. Además, "los mejores jueces son las élites, a las que hay que
garantizar, por tanto, los medios para imponer su voluntad, en aras del bien
común". La Fundación Rockefeller y otras fundaciones y think-tanks
han estado ejecutando lentamente este consejo desde hace casi 100 años.
Entre los muchos resultados del trabajo de Lippman y
Bernays estaba la subsunción, inicialmente de la rama ejecutiva y eventualmente
también de la rama legislativa, del gobierno de los EEUU, en un plan global de
los banqueros europeos y americanos y sus intereses corporativos y políticos de
los EEUU. Hoy hablamos abiertamente de que la Casa Blanca y el Congreso de los
Estados Unidos están controlados de forma abrumadora por el lobby judío y sus
corporaciones multinacionales, pero este bosque fue plantado hace 100 años. A
principios del siglo XX ya teníamos un gobierno americano firmemente sometido a
la poderosa influencia de, y efectivamente controlado por, lo que Bernays
denominó el "gobierno secreto", y que era controlado prácticamente de
la misma manera que el rebaño público desconcertado. Durante su campaña
electoral presidencial en 1912, Theodore Roosevelt dijo: "Detrás del
gobierno visible hay un gobierno invisible en el trono que no le debe al pueblo
ninguna lealtad ni reconoce ninguna responsabilidad", (22)
y afirmó que era necesario destruir este gobierno invisible y deshacer la unión
corrupta de los negocios y la política. De nuevo Roosevelt:
"Era natural y tal vez humano que los príncipes
privilegiados de estas nuevas dinastías económicas, sedientos de poder,
alcanzaran el control del propio gobierno. Crearon un nuevo despotismo y lo
envolvieron en los ropajes de la sanción legal. Un pequeño grupo había
concentrado en sus propias manos un control casi total sobre la propiedad de
los demás, el dinero de los demás, el trabajo de los demás y la vida de los
demás. Para demasiados de nosotros la vida ya no era libre; la libertad ya no
era real; los hombres ya no podían perseguir la búsqueda de la felicidad. Estos
monárquicos económicos se quejan de que buscamos derrocar las instituciones de
los Estados Unidos. De lo que realmente se quejan es de que buscamos quitarles
el poder".
Arthur Miller escribió que "Los que formalmente
gobiernan, toman sus señales y mandatos no del electorado como cuerpo, sino de
un pequeño grupo de hombres. Existe aunque se niegue su existencia, y éste es
uno de los secretos del orden social americano, pero uno que no debe
discutirse." Y, como nos dijo Baudelaire, "el mejor truco del diablo
es persuadirte de que no existe". La verdad está a la vista por todas
partes, pero pocos quieren mirar.
Volviendo a Bernays y a su propaganda para salvar la
democracia, y a las versiones promulgadas por sus herederos, había dos
corrientes entremezcladas en ese río. La más importante era que los banqueros e
industriales (en su mayoría extranjeros) recuperaran el control total del
gobierno de los Estados Unidos, especialmente de los sectores económicos,
siendo el primer paso la reparación del flojo control de los propios partidos
políticos y de los políticos que los habitan. Hay un interesante documento
chino que aborda con precisión la profunda influencia judía en el gobierno de
los EE.UU. en ese momento, afirmando: "El Partido Demócrata pertenece a la
familia Morgan, y el Partido Republicano a la familia Rockefeller. Sin embargo,
Rockefeller y Morgan pertenecen a Rothschild". (23) Entonces se
requerían nuevos y amplios esfuerzos para recuperar el control social y
político de la población. Lo que necesitaban era una vacuna, no para proteger
al pueblo americano, sino para infectarlo con una enfermedad incurable
agradablemente llamada "democratización", pero que sería más
fácilmente reconocible como zombificación. Lo consiguieron.
La democracia siempre se había promocionado en
Occidente como la forma de gobierno más perfecta, pero bajo la influencia de
una enorme campaña de propaganda pronto se transformó en el pináculo de la
evolución humana ilustrada, ciertamente en la mente de los americanos, pero en
Occidente en general. Dado que el sistema electoral multipartidista constituía
la base del control externo (extranjero) del gobierno americano, era imperativo
inyectar esta ficción directamente en la psique de los americanos. Lo hicieron
hasta el punto de que la "democracia", con sus miles de significados,
equivale hoy a un pasaje de la Biblia: un mensaje de Dios que, por su
naturaleza, no puede ser cuestionado. Bernays y su gente fueron la fuente de la
convicción profunda y duradera -y patentemente falsa- en cada corazón americano
de que la democracia es un "valor universal". Uno de los mitos más
insensatos y persistentes que esta gente creó fue el cuento de que a medida que
cada pueblo evolucionaba hacia la perfección y la iluminación, su ADN mutaría y
desarrollaría un anhelo divino, quizá genético, por un sistema político
multipartidista. Esta convicción es un completo disparate, sin una pizca de
evidencia histórica o de otro tipo que la respalde, un mito tonto creado para
engañar aún más al rebaño desconcertado.
Pero era necesario mucho más en términos de control
social. Cuando Reagan sustituyó a Carter en 1980, todos los engranajes estaban
en marcha para privar permanentemente a los ciudadanos americanos de todo lo
que no fuera su ya amada "democracia". El asalto de Reagan al público
americano fue totalmente frontal, con Volcker de la FED hundiendo a los EE.UU.
en una de las recesiones más brutales de la historia, haciendo caer los
salarios y la propiedad de la vivienda, destruyendo la acumulación de toda una
vida de bienes personales, aumentando dramáticamente el desempleo, eliminando
los sindicatos casi por completo, y haciendo que toda la nación se sometiera
políticamente por miedo. Curiosamente, cuanto más les empobrecía y castigaba su
preciada democracia, más fuertemente se aferraba a ella el público americano,
que ya no conservaba ningún deseo de igualdad, sino que se limitaba a esperar
la supervivencia. Los ocho años de la presidencia de Reagan fueron algunos de
los más brutales de la historia de los Estados Unidos, pero con el poder de la
propaganda y la complicidad de los medios de comunicación, el pueblo americano
no entendía lo que le estaba ocurriendo. Se aprendieron bien las lecciones de
los años setenta y de la guerra de Vietnam, y el "pueblo invisible"
de Bernays reclamó a los Estados Unidos como colonia, tanto el gobierno como el
pueblo, la reclamación inteligentemente "diseñada por un gobierno
invisible".
Toda la naturaleza maquiavélica de esta propaganda,
su verdadera intención y sus resultados, no serán inmediatamente evidentes para
los lectores de este breve ensayo. El siguiente ensayo de esta breve serie, una
descripción de la posterior transición de los métodos de propaganda de Bernays
a la educación y el comercio, llenará muchas de las lagunas y permitirá a los
lectores conectar más puntos y obtener una imagen más clara de todo el
panorama.
*
• Bernays y la Propaganda
*
- Bernays y la Propaganda
EPÍLOGO – Capitán América
– El hombre con dos cerebros – 21 de marzo de 2021
Parte 5 de 5 — La
Propaganda Sigue Sin Cesar – March 11, 2021
Parte 4 de 5 — La
Transición a la Educación y el Comercio – March 01, 2021
Parte 3 de 5 –El
Control de la Democracia – February 21, 2021
Parte 2 de 5 — El
Marketing de la Guerra – February 15, 2021
Parte 1 de 5 —
February 06, 2021
Introdución — Si
América se disuelve… January 31, 2021
Los escritos
del Sr. Romanoff se han traducido a 30 idiomas y sus artículos se han
publicado en más de 150 sitios web de noticias y política en idiomas
extranjeros en más de 30 países, así como en más de 100 plataformas en inglés.
Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado altos
cargos ejecutivos en empresas de consultoría internacional y ha sido
propietario de un negocio internacional de importación y exportación. Ha sido
profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando estudios de
casos en asuntos internacionales a las clases del último año del EMBA. El Sr.
Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez
libros relacionados generalmente con China y Occidente. Es uno de los autores
que contribuyen a la nueva antología de Cynthia McKinney "When China
Sneezes" (Cuando China Estornuda).
Su archivo completo puede verse en
https://www.moonofshanghai.com/ y
http://www.bluemoonofshanghai.com/
Se puede contactar con él en 2186604556@qq.com
Notas
(1) https://alethonews.com/2012/07/31/progressive-journalisms-legacy-of-deceit/
(2) http://thirdworldtraveler.com/Chomsky/MediaControl_excerpts.html
(3) https://www.amazon.com/Propaganda-Edward-Bernays/dp/0970312598
(3a) https://www.voltairenet.org/IMG/pdf/Bernays_Propaganda_in_english_.pdf
(4) https://archive.org/details/BernaysPropaganda
(5) https://www.amazon.com/Engineering-Consent-Edward-L-Bernays/dp/B0007DOM5E
(5a) https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/1b/The_Engineering_of_Consent_%28essay%29.pdf
(6) https://www.thedailybeast.com/how-the-cia-paid-and-threatened-journalists-to-do-its-work
(7) https://thenewamerican.com/cia-s-mockingbirds-and-ruling-class-journalists/
(8) https://apps.washingtonpost.com/g/documents/local/cia-report-on-project-mockingbird/295/
(9) https://allthatsinteresting.com/operation-mockingbird
(10) https://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/sociopol_mediacontrol03.htm
(12) La VOA rodeó China desde todos los países vecinos,
e incluyendo una presencia masiva en Hong Kong, emitiendo propaganda sediciosa
americana en China (según la plantilla de Bernays) 24 horas al día durante
generaciones. Fracasó, y finalmente fue cerrada en 2019. Además, cuando el
científico taiwanés identificó los 5 haplotipos originales del virus COVID-19 y
demostró que se habían originado en los Estados Unidos, fue la VOA la que acosó
tanto al hombre en Internet que cerró todas sus cuentas en las redes sociales y
se oscureció. Como la democracia es una moneda con una sola cara, a los EE.UU.
le molestó mucho que China Radio International emitiera "programas
favorables a Pekín en más de 30 emisoras americanas, muchas de ellas en las
principales ciudades de los EE.UU.". http://chinaplus.cri.cn/opinion/opedblog/23/20181006/192270.html
(15) http://news.cnr.cn/native/gd/20200606/t20200606_525118936.shtml
(16) http://www.antiwar.com/berkman/trilat.html
(18) http://mail.conspiracy-gov.com/the-new-world-order/trilateral-commission/
(19) https://www.trilateral.org/download/doc/crisis_of_democracy.pdf
(21) https://www.nap.edu/read/1000/chapter/10
(23) The Age of Innovation
2013 Issue 6 95-97 pp. 3 of 1003, The database of scientific and technological
journals of Chinese science and technology; http://www.cqvip.com/QK/70988X/201306/46341293.html
Este
artículo apareció por primera vez en Saker Blog
Copyright © Larry Romanoff, Moon of Shanghai, Blue Moon of Shanghai, 2021