La Fraudulenta Explotación del ADN Chino porparte de la Universidad de Harvard
Por Larry Romanoff –
17 de Septiembre, 2020
Traducción: PEC
CHINESE
ENGLISH
NEDERLANDS PORTUGUESE SPANISH
En Abril de 2005, Margaret
Sleeboom-Faulkner, de la Universidad de Ámsterdam, publicó un artículo
en PubMed.gov sobre un proyecto de
investigación en China por la Universidad de Harvard que
suscitó la condena internacional por la terrible falta de ética de Harvard por
el robo de ADN chino. (1) (2)
Años después de la finalización de esta investigación,
cuando los detalles se filtraron a los medios de comunicación, las autoridades chinas se enfurecieron al enterarse de que los
americanos habían participado en un turbio proyecto secreto de recogida de ADN
chino. A pesar de que el gobierno chino había prohibido previamente la recogida
o exportación de este tipo de datos, Harvard eludió las prohibiciones y sacó el
ADN de China.
Uno de los líderes de este proyecto fue el
investigador chino de Harvard, Xu Xiping, que con la financiación del gobierno
americano (muy probablemente el proyecto de base de
datos de ADN del ejército) y de la empresa americana Millennium Pharmaceuticals (3) (4), llevó a cabo este estudio en Anhui con Frank Speizer y Scott Weis,
este último un epidemiólogo de Harvard que, al parecer, tenía acceso desde una
fuente desconocida a información sobre unos 60 millones de personas en Anhui. Xu, que procedía de Anhui y aún mantenía contactos allí,
conspiró con Weis y los financiadores para reclutar a miles de voluntarios para
recoger muestras de ADN y de sangre, todo ello desconocido por el gobierno
central de China. Millennium estaba estrechamente relacionada con el
Departamento de Defensa de Estados Unidos y pagó millones de dólares
por el estudio y por sus datos.
•El Experimento de la Universidad de Harvard
Xu y sus colaboradores presentaron "garantías del proyecto" al gobierno americano
para cumplir con todas las normativas sobre investigación con seres humanos,
incluida la de "proporcionar una copia de la
aprobación del IIB (Instituto de Investigación Biomédica) (chino)",
así como los documentos de consentimiento firmados por cada sujeto, e "informar rápidamente al IIB de cualquier lesión u otro
problema imprevisto que entrañase riesgos para los sujetos y demás personas".
Se debía enviar a cada familia una carta explicativa del estudio, en la que se
basaría el formulario de consentimiento.
Xu consiguió la colaboración de funcionarios locales
de bajo nivel de la provincia de Anhui para realizar lo que denominó un estudio
de prevención y control del asma. Los funcionarios debían instruir a los médicos
locales para que llevaran a todos los residentes al centro médico más cercano,
donde recibirían un examen médico gratuito y medicamentos gratuitos para tratar
cualquier afección descubierta.
Se trataba de un complejo experimento médico
que implicaba la exposición a un patógeno potencialmente letal, así como la
recogida y envío a Estados Unidos de cientos de miles de viales de ADN chino,
pero las víctimas no fueron informadas de ninguno de los dos aspectos. La revelación procede de una investigación
realizada en 2003 por Xiong Lei y Wen Chihua, del China Daily, que viajaron a los
lugares de Anhui donde Harvard y Xu llevaron a cabo su estudio, y entrevistaron
a los sujetos locales y a los médicos que participaron. Xiong y Wen informaron: (5)
"Zhang Da'niu,
un agricultor de 55 años que padece asma desde hace más de 20 años, declaró al China Daily que un día se le acercó un funcionario
local que le pidió que se desplazara al hospital local para "un chequeo físico
gratuito", afirmando que también le aseguraron que recibiría medicinas
gratis si se le descubría alguna dolencia. El hombre y su familia acudieron al
hospital como se les había pedido. El médico que le atendió, que no era de la
zona, le pidió a Zhang que abriera la boca y le roció con lo que describió como
"un agente similar a la niebla" de
lo que parecía "un pulverizador antimosquitos". Inmediatamente se vio
incapaz de respirar, perdió el conocimiento y entró en un aparente coma durante
más de ocho horas. Su mujer estaba segura de que había muerto".
Al parecer, los médicos entraron en pánico y le
pusieron una inyección no identificada, pero afirma que no recibió más
tratamiento ni asistencia médica después de recuperar la conciencia, y que
simplemente le dijeron que volviera a casa a pesar de estar débil y
evidentemente bastante enfermo. Los médicos prometieron enviarle medicinas,
pero afirma que nunca llegaron, y su estado de salud es ahora malo y se
deteriora con las estaciones. Zhang afirma que nadie le informó nunca de los
resultados de ningún "chequeo", ni se le comunicó la finalidad de las
muestras de sangre tomadas. Dice que no vio ni firmó ningún formulario de
consentimiento y que no tuvo más conocimiento.
"Uno de los médicos de la aldea dijo que entendía
que el supuesto chequeo formaba parte de un proyecto de investigación para una
universidad americana, y le dijo a China Daily que a él y a sus colegas se les
dijo que notificaran a cualquier aldeano con síntomas asmáticos para que
acudiera al hospital para un examen físico. Afirma que se le dijo que esto era únicamente
en beneficio del paciente y que se ofrecería tratamiento médico gratuito a
quien lo necesitara. Dice que "no dejaba de tener dudas sobre el proyecto,
ya que se trataba de una institución americana", pero afirma que desechó sus
dudas "ya que parecía estar autorizado" por autoridades superiores.
Se le ordenó que elaborara una lista de aldeanos asmáticos y que los llevara a
ellos y a sus familias al centro de salud de la provincia "para la
prevención y el control de la epidemia". Dijo que no fue testigo de
ninguno de los "controles" reales y que no tiene idea de si alguna
vez se produjeron. Dijo que, según su conocimiento, ninguno de los agricultores
fue informado de los procedimientos que iban a encontrar, ni se les dio ninguna
información sobre los resultados de este supuesto examen físico. También afirmó
que nunca vio ningún formulario de consentimiento y que, hasta donde él sabía,
ninguno de los agricultores había visto uno tampoco, y además tanto Zhang como
el médico declararon firmemente que el tema del "consentimiento
informado" o la cumplimentación de cualquier formulario relacionado nunca
se había planteado.
Las víctimas chinas entrevistadas por el China Daily
no demostraron entender nada de este proceso. En concreto, Zhang Da'niu y su
esposa afirmaron no haber visto ni oído hablar nunca de ningún "acuerdo de
consentimiento", ni haber firmado ni escrito nunca ningún tipo de
formulario. Ninguno de los dos tenía idea de que sus muestras de sangre serían
enviadas a Estados Unidos para ser utilizadas en experimentos de investigación
genética. Ninguno había oído hablar de una universidad llamada Harvard. Ninguno
de los dos recibió el "chequeo gratuito" para el que se les dijo que
se presentaran, y ninguno recibió el tratamiento médico "gratuito"
que se les había ofrecido."
Xu y Weiss afirmaron que se envió una carta
explicando el estudio a cada familia elegible, pero no
se ha encontrado ninguna prueba de tales cartas y ningún sujeto ha
confirmado la recepción de dicha carta. Xu también afirmó que todos y cada uno
de los sujetos habían recibido una explicación completa del estudio y, basándose
en ella, habían firmado un formulario de consentimiento voluntario, pero tampoco se ha encontrado ningún registro de dichos formularios.
Además, Xu y sus colegas tenían la obligación ética y legal del gobierno de
EE.UU. de informar sobre las lesiones o los riesgos de los sujetos, pero Zhang
sufrió un colapso instantáneo y permaneció en coma durante más de ocho horas
después de inhalar los productos químicos que se le administraron, y su caso nunca se informó en absoluto, y mucho menos "con
prontitud".
Cuando se le preguntó a Xu si había obtenido la
aprobación oficial china para su estudio, él negó la propiedad o la
responsabilidad, afirmando que era "un proyecto piloto lanzado por
investigadores chinos" en cooperación con el IIB de China, en lugar de
haber sido iniciado por Harvard y Millennium Pharmaceuticals. Sin embargo, según una investigación oficial de la policía china, los
supuestos "investigadores chinos" no existían. Además,
Xu afirmó haber colaborado con el "Comité de Sujetos Humanos Médicos de
Anqing", en Anhui, en julio de 1994, y haber recibido su permiso, pero dicho comité nunca existió. Un funcionario
sanitario local dijo que "nunca había oído hablar de algo así", y
otro funcionario de la Sociedad Médica local afirmó que no
existía, ni había existido nunca, ninguna organización de ese tipo.
Xu y Weiss empezaron a realizar su experimento en
humanos y a recoger ADN, pero cuando sus acciones fueron condenadas públicamente
y sus hechos cuestionados, Xu y Weiss publicaron una retractación, diciendo que
"declararon incorrectamente" que su estudio empezó en julio de 1994,
cuando en realidad empezó en 1995 "después de obtener la aprobación local
del IIB chino". Xu y Weiss comenzaron su
estudio mucho antes de obtener la aprobación ficticia de una organización
inexistente. Otros autores señalaron que en el mismo número de la revista médica
en el que se hizo esta afirmación, también se publicaron
"correcciones" similares para otros siete artículos de investigación
científica escritos por Xu y Weiss, todos ellos retractándose de las fechas
anteriores del inicio real del estudio y volviéndolas a indicar para que
coincidieran con las aparentes posteriores "aprobaciones" del IIB.
Sin embargo, todas las pruebas tangibles indican que
Xu Xiping falsificó documentos, retrasó la fecha de los
formularios y comenzó su recolección sin aprobación, y parece que
nunca existió una aprobación oficial. Parece que todo lo que hizo fue ilegal.
Se han escrito algunos documentos sobre este suceso, por ejemplo, Pomfret &
Nelson, 2000 (6) (7) (8) (9), Tao & Li, 2001, a los que tal vez se quiera
hacer referencia.
•¿Qué Ocurrió Realmente?
Parece ser que Xu se aprovechó de su experiencia y
su posición, de su conocimiento de China y de sus raíces en Anhui, y de la
falta de sofisticación de una provincia pobre y atrasada, para realizar un
estudio médico ilegal y no aprobado, con la razonable expectativa de limitar el
conocimiento de su actividad a los municipios locales, para luego escapar a
Estados Unidos con un tesoro de muestras de sangre y ADN chinos. Todas las
pruebas sugieren que su intención era llevar a cabo esta actividad de forma
privada, sin que lo supieran las autoridades superiores ni el gobierno central
de China. No hay pruebas de que los exámenes médicos o los medicamentos
gratuitos prometidos a los lugareños se proporcionaran realmente; más bien
parece que utilizó esas promesas como cebo para atraer a sus víctimas.
El expediente indica que no se proporcionó a nadie
ninguna medicación, ni siquiera la necesaria para tratar a las víctimas por los
resultados potencialmente mortales de las pruebas. De los hechos disponibles no
se desprende que se realizara o se pretendiera realizar ningún tipo de chequeo
físico real, lo que significa que toda la historia era una mentira.
Aunque no se sabe cómo consiguió Xu que los médicos
que le ayudaron realizaran las pruebas, parece que
estaban probando la eficacia de uno o más patógenos conocidos por causar
violentos ataques de asma, y que Harvard, Xu y otras agencias gubernamentales
americanas correlacionaron posteriormente esas sensibilidades con los tipos de
sangre y las muestras de ADN chinos. Evidentemente, el propósito del spray no identificado era observar el impacto
inmediato en la víctima -en la medida en que no había disposiciones
para el seguimiento del paciente-, pero la gravedad de los comas instantáneos
fue aparentemente inesperada. El único paciente identificado aquí recibió tratamiento
de emergencia y no murió, pero no hay una manera fácil
de saber ahora cuántas emergencias similares ocurrieron realmente, ni si hubo muertes
como resultado de la aplicación de estos patógenos a las víctimas,
ni tampoco el alcance de cualquier impacto a largo plazo.
Dado el atraso de la zona y la falta general de
sofisticación en las zonas rurales de Anhui, es fácilmente posible que se
produjeran muertes, lesiones graves y afecciones médicas crónicas que se
atribuyeran a otras causas o se enmascarasen y enterrasen de otro modo. Es
improbable, desde el punto de vista estadístico, que solo una persona se
encuentre en una situación tan crítica como para entrar inmediatamente en
estado de coma tras la administración de un agente patógeno, si se están
analizando a cientos de miles de individuos. Además, no se localizó a ningún
personal médico chino que hubiera visto realmente las pruebas o "exámenes"
administrados. Dado que Xu y sus colegas no informaron a las autoridades sobre
el caso de Zhang, podemos suponer que todos los demás casos tampoco fueron
denunciados. Y si Xu no informó de un suceso crítico como la inconsciencia
instantánea o el coma, es casi seguro que tendría más motivos para no informar
de sucesos más graves. Parece claro que si Xu no era plenamente consciente del
potencial de muerte o de lesiones graves antes de los efectos en el Sr. Zhang,
sin duda lo fue después, y los hechos disponibles nos dicen que nunca se hizo
ningún seguimiento. Esto también plantea una seria pregunta sobre si las
pruebas se terminaron en ese momento o continuaron, ya que hay
registros de experimentos similares realizados en Georgia, donde las autoridades
rusas acabaron con los experimentos después de que se produjeron muertes.
En su trabajo de investigación, Margaret
Sleeboom escribió que se trataba de una historia perfecta de "cómo un americano se aprovechó de la vulnerabilidad y la
credulidad de una población atrasada en la desolación de la montañosa provincia
de Anhui", y señaló que los argumentos de Xu eran de "los
méritos del proyecto para los pacientes de los países ricos, no para los de
China".
•Negación, Mentiras y Encubrimiento
Cuando la noticia de esta parodia médica se hizo pública,
Xu y Harvard se convirtieron en objeto de investigaciones penales tanto en
Estados Unidos como en China. Pero cuando fue expuesto y cuestionado por sus
actividades, Xu se mostró desafiante, siendo su primera
acción llegar a lo más alto de la infraestructura oficial y exigir que sus críticos
fueran censurados y silenciados. Xu respondió desafiantemente a
las críticas sobre su criminalidad y su espantosa falta de ética, escribiendo a
los funcionarios del gobierno central de China exigiendo para que censuraran
todas las noticias sobre sus experimentos genéticos y que tomaran medidas
oficiales contra sus críticos. (10) (11)
Sleeboom escribió que Xiong
Lei, una importante periodista de la Agencia de Noticias de la Nueva China,
dedicó mucho tiempo al caso de Xu Xiping tratando de defender al
"pueblo" de China. Sus informes llegaron a ser tan
influyentes que Xu vio a Xiong como una amenaza para su investigación y pidió al
Ministerio de Educación que censurara sus informes. También escribió otras
cartas a funcionarios de la Academia China de Ciencias, pidiéndoles que
censuraran las críticas de Xiong a su trabajo. Fueron sus artículos los que
alertaron al gobierno central de China del problema e hicieron que investigaran
a Xu y sus actividades. Xu admitió que había sacado
ilegalmente de China cientos de miles de muestras de sangre y ADN, y que eludía
subrepticiamente las leyes sobre la exportación de esos productos. Sleeboom
escribió que Xu no mostró "ningún sentido de responsabilidad" por sus
acciones, sino que "culpó a personas menos ilustradas, como los médicos
locales".
Cuando se hizo evidente que la reputación tanto de
la Universidad de Harvard como del Instituto Nacional de Salud (INS) de EE.UU. estaba
siendo seriamente dañada por las múltiples acusaciones de delitos y de falta de
ética, y la revelación pública de una creciente letanía de mentiras expuestas
en el encubrimiento, el gobierno de EE.UU. se involucró, pero sólo para crear
un programa de difamación y calumnia para desviar la atención de la
criminalidad de Harvard, de Xu y de Weiss.
En primer lugar, una mujer judía-americana llamada Gwendolyn Zahner, epidemióloga psiquiátrica y
antigua profesora adjunta de la Escuela de Salud Pública de Harvard, presentó una
queja de quince páginas en 1999 ante la Oficina para la Protección de los
Participantes en Investigaciones en Seres Humanos (OHRP), en la que alegaba que
dos epidemiólogos ocupacionales de la escuela se habían
aprovechado de los sujetos de este estudio, y afirmaba que los involuntarios
conejillos de indias participantes habían sido obligados a participar en el
estudio. La OHRP inició una investigación en 1999, que duró hasta principios de
2002, y generó conclusiones condenatorias, la más importante de las cuales fue
que efectivamente se utilizó la coacción para reclutar sujetos para los
experimentos. (12)
Pero las afirmaciones de
Zahner incluían un ataque a la política china de un solo hijo, que calificaba
de "programa eugenésico", y que, según ella, llevaría a
los chinos a utilizar el ADN recogido para identificar y perjudicar a grupos étnicos
no deseados. Zahner afirmó (13) (14) que "las revisiones de los estudios genéticos
no habían sopesado adecuadamente los riesgos de que el gobierno chino hiciera
un mal uso de la información genética sensible", sugiriendo
que Harvard y Xu confiscaron las muestras de ADN chinas porque no se podía
confiar al gobierno chino el ADN de su propio pueblo. Este
calumnioso ataque a la política china de un solo hijo estaba totalmente
injustificado, ya que los funcionarios del gobierno americano afirmaban tener
serias preocupaciones sobre "las leyes eugenésicas de China". La
intención era claramente vincular las despreciables inferencias de Zahner con
la sugerencia de que el gobierno chino, si tuviera el ADN, lo utilizaría de
alguna manera para el exterminio de su propio pueblo.
Esto quizá sea un inciso, pero parece que Zahner impartió más tarde cursos de medicina de grado y de
pregrado como experta extranjera en la Facultad de Medicina de la Unión de Pekín
y en el Instituto del Cáncer de la Academia China de Ciencias Médicas en Pekín. Hay
que preguntarse por el proceso de contratación de las universidades chinas
cuando individuos tan virulentamente antichinos son colocados en altos cargos
de las instituciones educativas de China. Tengo una lista de muchos de estos
supuestos "expertos" extranjeros a los que nunca se les debería haber
dado un visado para China, y que sin embargo son contratados para contaminar a
los estudiantes del país. Nailene Chou Wiest
es otra, que estuvo en la Universidad Sun Yat-Sen. Mi
conclusión es que nadie en China realiza ninguna investigación sobre los
antecedentes o el carácter de los expertos extranjeros que contratan con tanto
ahínco. Semejantes parodias no ocurrirían en ningún otro país.
Pero por culpa de Harvard, la OHRP, Zahner y otros,
las cuestiones importantes fueron así desviadas, la atención de los medios de
comunicación americanos pasó de la falta de ética de Harvard y del engaño y la
criminalidad de Xu y Weis, a las estimaciones de la probabilidad de que el
gobierno chino hiciera un mal uso de la información genética de su propio
pueblo, evocando todos los matices fraudulentos de la Alemania nazi y, por
supuesto, del "holocausto" judío.
Los medios de comunicación occidentales se
apresuraron a afirmar, sin prueba alguna, que los investigadores chinos estaban
tan ansiosos por buscar la cooperación internacional y la financiación
americana que ellos mismos ignoraban todas las cuestiones éticas implicadas,
"especialmente las relativas a la protección de los derechos de los
agricultores objeto de los proyectos". Pero en ninguna parte de sus
declaraciones, ni Harvard, ni el gobierno americano, ni los medios de
comunicación, admitieron el hecho de que este estudio se realizó bajo la
dirección de la Universidad de Harvard, sin el conocimiento, la aprobación o la
supervisión del gobierno chino. Lo cierto es que las autoridades nacionales
chinas no se dieron cuenta de lo ocurrido hasta mucho después de que el
"estudio" estuviera terminado, y esto sólo a partir de la investigación
local del China Daily
•La "Investigación"
Muchos chinos influyentes exigieron un examen y una
revisión internacional del estudio de ADN de Millennium-Harvard y que Xu Xiping
aceptara la responsabilidad de todo lo ocurrido, pero la posibilidad de que se
llevase a cabo dicho examen con la participación de Estados Unidos era cero. Sleeboom escribió que la principal preocupación de Harvard no
era la ética sino su propia reputación, y que los "errores"
éticos de Xu fueron desestimados como un "fallo profesional" y no
como una parodia moral. Harvard no reprendió a Xu por su falta de ética o su
criminalidad, su única acción fue informar a Xu de que "se desvinculara
oficialmente (y a Harvard) de sus demandas a los funcionarios chinos para que
tomaran represalias contra sus críticos".
El 25 de octubre de 2003, la Alianza para la
Protección de la Investigación Humana (AHRP) publicó un artículo sobre este
estudio de Harvard, en el que señalaba que el gobierno de EE.UU. cuenta con un
departamento especializado, la Oficina de Protección de la Investigación Humana
(OHRP), para garantizar el cumplimiento de toda la normativa federal americana
en el ámbito de la investigación con seres humanos. La OHRP está facultada para
investigar a cualquier institución u organismo americano acusado de violar los
principios legales y éticos, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos. La AHRP intentó obtener información sobre la investigación de
la OHRP en este caso de la Universidad de Harvard, pero se le negó la
documentación, por lo que la organización presentó una solicitud de libertad de
información en un tribunal para obtener los detalles que necesitaba. (15) (16) (17) (18) (19) (20) (21) (22) (23) (24)
Se enteraron principalmente de dos cosas. Una fue
que la OHRP inició efectivamente una investigación sobre
Harvard y Xu Xiping y solicitó a Harvard toda la documentación
existente sobre el caso, incluidas las aprobaciones del gobierno chino y los
formularios de consentimiento que Xu y Harvard afirmaban haber completado todos
los sujetos del estudio. La otra cosa que supieron fue que al
recibir la solicitud, la OHRP destruyó inmediatamente todos los documentos
originales con el pretexto de "garantizar la privacidad"
de los sujetos de la prueba. (5) (6) Y, como ahora no existía ninguna documentación, no
se podía realizar ninguna otra investigación. La
OHRP descartó su obligación y se dedicó a cometer más delitos para encubrir la
duplicidad y los delitos originales de Xu y de Harvard. Era más
que evidente que su única consideración era proteger la reputación de Harvard,
y sólo después de que esta reputación se viera seriamente dañada por la enorme
protesta pública internacional, el gobierno finalmente intervino, para destruir
toda evidencia.
Al parecer, los investigadores federales se basaron
casi por completo en Xu, Weis y en sus colegas para obtener información sobre
las violaciones de la ética y la actividad delictiva. La
OHRP no envió personal a China ni entrevistó a ninguno de los sujetos de las
pruebas ni a los funcionarios médicos locales que habrían tenido pleno
conocimiento del estudio de Harvard y de los métodos de Xu Xiping, lo que podría
haber descubierto toda la verdad. No investigó las fuentes de financiación
finales del estudio, ni la exportación ilegal desde China de las muestras de
sangre y ADN. Tampoco abordó la cuestión del intercambio de datos de Harvard
con el almacén de ADN del ejército americano (25) (26). La OHRP afirmó haber llevado a cabo una investigación
de tres años, pero se limitó a alargar ese proceso vacante hasta que la ira del
público se moderó, los recuerdos se desvanecieron y la atención se centró en
otras cosas. Entonces, concluyeron rápidamente que la aureola de Harvard estaba
intacta y barrieron todo el lío bajo la alfombra.
Ya es bien conocido que el Ejército
de los Estados Unidos ha estado recogiendo ADN de todos los americanos, pero
también de los rusos y de otros grupos étnicos, y que Hillary
Clinton, cuando era Secretaria de Estado de los Estados Unidos, dio órdenes a
todo el Servicio Exterior de recoger el ADN y las huellas dactilares de todos
los diplomáticos y dirigentes extranjeros. Pero todo esto se hacía con buenos
propósitos, al servicio de la humanidad. (27) (28) Al mismo tiempo, los medios
de comunicación americanos iniciaron repentinamente una avalancha de
acusaciones de que China estaba recogiendo ADN de sus uigures en Xinjiang y de
otros grupos étnicos minoritarios, con fines nefastos, por supuesto. (29) (30)
A mitad de la investigación de la OHRP sobre
Harvard, la cúpula de la agencia fue sustituida, contratando
el gobierno al acusado para investigar su propio delito. Greg Koski,
que era el antiguo director de Harvard responsable de supervisar el proyecto de
Xu y otros proyectos de investigación con seres humanos, se convirtió en el
nuevo jefe de la OHRP y dirigió personalmente la investigación del programa de
investigación de Xu Xiping. Fue él quien informó a los investigadores federales
de que nadie en Harvard se había comportado mal y que no había necesidad de
ninguna acción correctiva ni contra Xu ni contra Harvard. Koski dejó luego la
OHRP y regresó a Harvard, con la misión cumplida, ya que
Harvard se había investigado a sí misma en busca de delitos y se había
declarado inocente.
Harvard afirmó que dos de sus profesores
viajaron a los centros de investigación de Xu en Anhui para llevar a cabo una
investigación "lo más exhaustiva posible", pero aparentemente (y muy rápidamente) concluyeron
que "las acusaciones de cualquier daño causado a sujetos individuales o de
fraude en la obtención de consentimientos de información no podían ser
corroboradas". Sin embargo, no he podido localizar ninguna prueba de que
el equipo de profesores de Harvard haya ido a China. Harvard afirmó que
una de estas personas fue Troyen Brennan (31) (32), de un hospital universitario de Harvard. Al
parecer, Brennan se negó a ponerse en contacto con los medios de investigación
y se le preguntó -a través de su abogado- si había viajado a China, si hablaba
chino, si realmente se comunicó directamente con alguna de las víctimas en
Anhui, quién fue su traductor, a dónde fue realmente, con quién habló, quién
organizó sus visitas y entrevistas, y cómo se las arregló para confirmar que
los formularios de consentimiento estaban firmados", ya que la OHRP había
destruido los originales. Según los informes, Brennan se negó a responder a
ninguna de las preguntas. Dada la enorme duplicidad
en todo este asunto por parte de todos los participantes americanos, es
ciertamente posible, si no probable, que el viaje de Brennan a China y su
"investigación de los hechos" fueran también fraudulentos o, como los
formularios de consentimiento, inexistentes.
Harvard admitió que todos los frascos de ADN de Xu
habían sido enviados a Harvard y estaban almacenados allí, pero insistió en que
todo se había hecho correctamente. El presidente de Harvard, Lawrence Summers,
afirmó estar "satisfecho" de que la investigación "no haya
revelado ningún daño sustancial", y que "todas las preocupaciones de
procedimiento planteadas se han abordado plenamente". Al final, la
Universidad de Harvard, a través de su representante de relaciones públicas
para el control de daños, Barry R. Bloom, decano de uno de los hospitales
universitarios de Harvard, hizo las siguientes declaraciones: (19)
"Estamos enormemente agradecidos a nuestros
socios colaboradores en China, incluyendo a la Universidad Médica de Anhui y la
Universidad Médica de Pekín, por su paciencia y cooperación a lo largo de los
tres años y medio de esta investigación. Agradecemos a los miembros de la
Administración de Recursos Genéticos Humanos de China su disposición a
compartir sus conocimientos y experiencia con nosotros en este esfuerzo.
Esperamos seguir con nuestra colaboración en China".
"Hemos trabajado con diligencia durante ese
tiempo para examinar todos los aspectos de nuestra investigación con seres
humanos y para hacer muchos cambios que mejorasen nuestros procesos. Nuestros
estudios en China eran de carácter observacional, no ensayos clínicos: No se
probaron medicamentos, dispositivos ni procedimientos. No hubo tratamientos
experimentales. Tal y como esperábamos, la investigación no detectó ningún daño
a los participantes en los estudios. Creemos que, en respuesta a las preguntas
de la OHRP, las mejoras introducidas para perfeccionar nuestra supervisión de
todas las investigaciones con seres humanos, al final, han establecido el tipo
de colaboración profesional respetuosa con la seguridad de nuestras poblaciones
de estudio y con la integridad de nuestros procesos que todos deseamos. Harvard
trata de garantizar el máximo nivel de protección de los seres humanos en todos
sus trabajos y seguirá esforzándose por cumplir esa norma."
"Harvard trata de garantizar el máximo nivel de
protección de los seres humanos en todos sus trabajos". "(Todos) los
participantes dieron su consentimiento voluntario e informado", "ningún
participante resultó perjudicado", y "no se produjeron violaciones
intencionadas en los procedimientos relativos a los seres humanos".
"Los participantes dieron su consentimiento voluntario e informado. Respondieron
a cuestionarios y es posible que llevaran diarios de salud o que se les midiera
la presión arterial o la función pulmonar. Dieron pequeñas muestras de sangre
y/u orina y fueron compensados por los gastos del viaje y por el tiempo de
trabajo perdido. De nuevo, se trataba de estudios sanitarios de observación; no
hubo tratamientos experimentales."
•El Genoma Chino
Una de las principales preocupaciones es que este
tipo de recogida masiva de ADN es precisamente lo que se necesita para diseñar
y producir armas biológicas étnicamente específicas. El
artículo de Sleeboom decía:
"Los proyectos de investigación conjunta
chino-americanos de los años 90 utilizaron a estudiantes y la investigación
conjunta para robar sangre china y descifrar el ADN de la raza china. Este código
proporcionaría información sobre el sistema inmunitario chino, que podría
utilizarse para crear armas genéticas".
Sleeboom señaló que el proyecto del genoma chino es
de especial interés debido en parte a sus grupos minoritarios, pero sobre todo
porque "se cree que algunas de sus poblaciones rurales y grupos étnicos
han permanecido estáticos durante siglos, lo que hace que cada región tenga un
patrón diferente de genes y enfermedades". Numerosas organizaciones están
interesadas en recoger el ADN chino, pero muchos expertos llevan 20 años
advirtiendo de que, como afirmó Sleeboom, "China se
enfrenta a la perspectiva de que los genes de cientos de millones de sus
habitantes se conviertan en recursos inestimables de las empresas farmacéuticas
extranjeras". Y esto nos lleva a nuestro tema actual, en
el que una compañía de las Grandes Farmacéuticas financió un programa de
investigación a través de la Universidad de Harvard, que pretendía obtener
muestras de sangre y ADN de 200 millones de chinos, cuyos resultados residirían
en y serían propiedad de las Grandes Farmacéuticas americanas y del ejército de
los Estados Unidos, sin beneficio alguno para el pueblo chino. Sleeboom escribió
además:
". . todos los chinos zhonghua, que proceden del
río Amarillo y de Changjiang, comparten los mismos genes". Según el
documento, los americanos pensaron que el distrito de Anqing, donde la
movilidad de la población es baja, las relaciones sanguíneas relativamente
estables y la dispensación de medicamentos relativamente baja, no está contaminado
todavía. Esto facilita la experimentación genética con orientales. No sólo se
hicieron experimentos humanos con el ADN de los han y los tibetanos, sino que
también se investigaron las diferencias entre los códigos genéticos orientales
y occidentales."
Xiong Lei, la corresponsal médica de investigación
del China Daily que destapó este caso en China, escribió que a los americanos les gusta citar el Código de Derechos Humanos
de Nuremberg cuando les conviene, pero ignoran el código cuando deciden
violarlo. Escribió que cuando se enteró de que se iba a
celebrar una conferencia internacional sobre bioética en Pekín, propuso al
comité del programa que los sujetos del estudio de Harvard se incluyeran en la
conferencia para que todo el mundo pudiera conocer la verdad. Su propuesta fue
rechazada. Los organizadores de Harvard, la Universidad inglesa de Oxford y
(lamentablemente) la Academia China de Ciencias Sociales, le dijeron que el
propósito de la conferencia era ser "una reunión académica que se centrará
en las cuestiones éticas que surgen en la investigación con seres
humanos", y que "no creemos que sea apropiado invitar a profesionales
no bioéticos a asistir a nuestra conferencia". Xiong concluyó que la
cuestión de la bioética médica debe salir de las garras de los
"profesionales de la bioética" y ponerla en manos de quienes deberían
forzar su aplicación.
Terminó un artículo afirmando que China necesitaba
"poner su propia casa en orden", y con eso estoy de acuerdo de corazón.
También escribió que China debía destinar recursos a la aplicación de los
principios éticos y que debía crearse un tribunal internacional para castigar a
quienes los violaran. Estoy de acuerdo, pero la posibilidad de formar un
tribunal así con dientes es imposible cuando son los propios gobiernos
occidentales y sus organizaciones y corporaciones multinacionales los que
cometen todas las violaciones. EE.UU. nunca aceptaría participar en ningún
organismo que tuviera poder sobre él; basta con pensar en la Corte
Internacional de Justicia mundial o en la Corte Penal Internacional para ver la
verdad de esto. EE.UU. reconoce su autoridad sólo como una herramienta política
contra sus enemigos, nada más.
Ha habido muchas expediciones genéticas poco éticas
e ilegales en China, todas ellas realizadas por americanos, siendo el
"Experimento del arroz dorado" de la Universidad de Tufts otra de
ellas.
*
Los escritos del Sr. Romanoff se han traducido a 30 idiomas y sus artículos se
han publicado en más de 150 sitios web de noticias y política en idiomas
extranjeros en más de 30 países, así como en más de 100 plataformas en inglés.
Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado altos
cargos ejecutivos en empresas de consultoría internacional y ha sido
propietario de un negocio internacional de importación y exportación. Ha sido
profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando casos prácticos
de asuntos internacionales a las clases del último año del EMBA. El Sr.
Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez
libros relacionados generalmente con China y Occidente. Es uno de los autores
que contribuyen a la nueva antología de Cynthia McKinney "When China Sneezes" (Cuando China estornuda),
Cap. 2 "Tratar con Demonios".
Puede verse su archivo completo en
https://www.moonofshanghai.com/ and
http://www.bluemoonofshanghai.com/
Puede contactarse con él en: 2186604556@qq.com
*
Notas:
(1) Margaret Sleeboom, Escuela de Investigación en
Ciencias Sociales, Universidad de Ámsterdam, e Instituto Internacional de
Estudios Asiáticos, Universidad de Leiden, Países Bajoss; Routlege; Taylor
& Francis group; Nueva Genética y Sociedad, Vol. 24, No. 1, April 2005
(3) El caso Harvard de Xu Xiping: ¿explotación del
pueblo, avance científico o robo genético? https://www.congress.gov/106/plaws/publ117/PLAW-106publ117.pdf
(4)https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16552917
(5) https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-64731-9_9
(6) https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-64731-9_9#CR7
(7) https://repository.library.georgetown.edu/handle/10822/940642
(9) Se revela la estructura genética de la población
china Han; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2790583/
(10) http://ohrp.osophs.dhhs.gov/detrm_letrs/YR02/mar02b.pdf
(11) http://ohrp.osophs.dhhs.gov/detrm_letrs/YR02/mar02c.pdf
(12) https://digitalcommons.law.scu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1020&context=scujil
(13) https://science.sciencemag.org/content/296/5565/28.1.full
(14) https://www.thecrimson.com/article/2000/8/4/government-investigates-harvard-medical-research-in/
(15) https://ahrp.org/article-28/
(16) https://ahrp.org/article-30/
(17) http://ahrp.org/harvard-affiliated-gene-studies-in-china-face-federal-inquiry/
(19) http://www.bostonherald.com/news/local_regional/china08012000.htm
(20) http://www.ahrp.org/ethical/foiaBWH.php
(21) http://www.ahrp.org/infomail/03/10/01.php
(22) http://www.ahrp.org/infomail/0302/march312002.htm
(23) http://www.ahrp.org/infomail/0402/april10a2002.htm
(24) https://ahrp.org/china-daily-investigation-challenges-us-genetic-experiments-on-poor-farmers/
(25) https://fas.org/irp/eprint/dod-dna.pdf
(26) https://www.dnamilitary.org/
(27) https://off-guardian.org/2017/11/03/why-is-the-us-air-force-collecting-samples-of-russian-dna/
(28) https://www.theguardian.com/world/2010/nov/28/us-embassy-cables-spying-un
(29) https://www.npr.org/2019/12/07/785804791/uighurs-and-genetic-surveillance-in-china
(30) https://www.nytimes.com/2019/02/21/business/china-xinjiang-uighur-dna-thermo-fisher.html
(31) http://archive.sph.harvard.edu/press-releases/archives/2003-releases/press05302003.html
(32) Brennan escribe con frecuencia artículos sobre
China para la corporación RAND, que se especializa, entre otras cosas, en la
simulación de juegos de guerra convencionales y biológicos con China (como
hicieron con Vietnam - RAND fue la fuente de los "Papeles del Pentágono"
de Ellsberg). Parece que se ha borrado de Internet su papel en la investigación
de Harvard, aunque este siguiente enlace puede seguir activo:
https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm
Copyright
© Larry
Romanoff, Moon of Shanghai,
Blue Moon of Shanghai, 2021