Tuesday, November 9, 2021

SP — LARRY ROMANOFF — Naciones Construidas sobre Mentiras — Cómo se Enriqueció Estados Unidos -- Trabajo y Robo de Salarios --Volumen 1 -- Parte 3



Naciones Construidas sobre Mentiras

Volumen 1 - Cómo se Enriqueció Estados Unidos

Parte 3

     

© Larry Romanoff, Octubre, 2021

Traducción: PEC

Parte 3 - Trabajo y Robo de Salarios

Parte 2 de 6

 

Contenido Parte 3

Breve historia del trabajo en Estados Unidos

El trabajo infantil en Estados Unidos

Robo de salarios

Coca-Cola, Wal-Mart, Apple, Nike, Amazon, Starbucks

La educación en Estados Unidos


Breve Historia sobre el Trabajo en los Estados Unidos


A diferencia de la mayoría de las demás naciones industrializadas, Estados Unidos nunca ha aceptado el concepto de sindicatos, que siempre fueron descritos y denigrados en los medios de comunicación estadounidenses como una especie de socialismo peligroso que explotaría a los trabajadores. Pero siempre fue cierto que era el capitalismo el que explotaba a los trabajadores y el socialismo el que intentaba protegerlos. Gracias a los medios de comunicación, la mayoría de los estadounidenses de hoy en día siguen teniendo esta idea al revés de la realidad. En realidad, al examinar los antecedentes históricos, queda muy claro que ni el gobierno de EE.UU. ni sus empresas han tenido nunca en gran consideración a los trabajadores o a los empleados. Hubo un breve período después de la Segunda Guerra Mundial durante el cual el interés corporativo ilustrado, impulsado por el miedo, produjo un paisaje laboral bastante benigno, pero eso fue sólo una especie de ilusión que se disipó en la década de 1980, cuando tanto el gobierno como el capital volvieron a sus colores originales. A partir de la década de 1980, el número de trabajadores del sector privado industrial con algún tipo de sindicato se redujo en cerca de un 70%, en gran medida por la dureza del clima capitalista y legislativo. La mayoría de los trabajadores estadounidenses todavía querían sindicatos, pero la conspiración antisindical era demasiado poderosa.


Tanto el gobierno como las empresas estadounidenses actuaron para infiltrar a los sindicatos con políticos y otros funcionarios corruptos en un intento de destruirlos desde dentro. Cuando esos intentos fracasaban y los organizadores sindicales daban muestras de tener éxito, eran simplemente asesinados o inculpados y condenados por delitos, y a menudo ejecutados. Durante toda su historia, el gobierno estadounidense ha actuado con absoluto desprecio por la ley, siempre que ésta resultaba inconveniente para los fines que perseguía. Uno de estos propósitos era el aplastamiento del trabajo, donde el gobierno frecuentemente no sólo fabricaba cargos criminales contra los organizadores de los sindicatos sino que los condenaba bajo leyes que nunca habían existido. En un caso famoso, los organizadores sindicales que intentaban crear un sindicato de trabajadores mineros en Pensilvania fueron acusados por el Estado de asesinato y conspiración. Cuando estos cargos no prosperaron, los organizadores y una docena de miembros del sindicato fueron ahorcados por "obstinación".


En febrero de 2015, Sam Mitriani escribió un artículo informativo titulado "La verdadera historia de los orígenes de la policía: Protegiendo y sirviendo a los amos de la sociedad", que reflejaba con precisión los orígenes y aplicaciones del sistema de justicia estadounidense. He aquí un breve resumen editado de sus comentarios.


Esta forma liberal de ver el problema se basa en un malentendido de los orígenes de la policía y de la función para la que fue creada. La policía no fue creada para proteger y servir a la población. No fue creada para detener a la delincuencia, al menos no como lo entiende la mayoría de la gente. Y ciertamente no se creó para promover la justicia. Se creó para proteger la nueva forma de capitalismo asalariado que surgió a mediados y finales del siglo XIX de la amenaza que suponía la clase obrera, descendiente de ese sistema. Antes del siglo XIX, no había fuerzas policiales que pudiéramos reconocer como tales en ningún lugar del mundo. Luego, a medida que las ciudades del Norte crecían y se llenaban de trabajadores asalariados, en su mayoría inmigrantes, separados física y socialmente de la clase dirigente, la élite rica que dirigía los distintos gobiernos municipales contrató a cientos y luego a miles de hombres armados para imponer el orden en los nuevos barrios obreros. Los conflictos de clase agitaron las ciudades estadounidenses de finales del siglo XIX, como Chicago, que sufrió grandes huelgas y disturbios en 1867, 1877, 1886 y 1894. En cada una de estas revueltas, la policía atacó a los huelguistas con extrema violencia. Tras estos movimientos, la policía se presentó cada vez más como una delgada línea azul que protegía a la civilización, es decir, a parte de la élite burguesa de la civilización, del desorden de la clase obrera. Esta ideología se ha reproducido desde entonces, y sigue siendo la base de la ley y la justicia estadounidense en la actualidad, que es una de las razones por las que los ejecutivos de las empresas son prácticamente inmunes a la persecución, incluso de los delitos más atroces, mientras que las clases bajas sufrirán cinco años de prisión por un robo menor o por fumar marihuana.


Nunca hubo una época en la que la policía de las grandes ciudades aplicara "la ley" de forma neutral, ni tampoco una época en la que la propia ley fuera neutral. A lo largo del siglo XIX, en el Norte, la policía arrestaba a la gente por los "delitos" de ser vagabundos y de conducta desordenada, lo que significaba que podían perseguir a cualquiera que consideraran una amenaza para el "orden". En el Sur, posterior a la época de la Gran Depresión, la policía imponía la supremacía blanca y arrestaba a los negros con cargos falsos para introducirlos en los sistemas de trabajo de los convictos. La violencia que ejercía la policía y su separación moral de los que patrullaban no eran consecuencia de la brutalidad de los agentes individuales, sino de políticas cuidadosamente diseñadas para moldear a la policía en una fuerza que pudiera utilizar la violencia para hacer frente a los problemas sociales que acompañaban al desarrollo de una economía de trabajo asalariado. La policía fue creada para utilizar la violencia para reconciliar la democracia electoral con el capitalismo industrial. Hoy en día, son sólo parte del sistema de "justicia penal" que desempeña el mismo papel. Su trabajo básico es imponer el orden entre los que tienen más razones para estar resentidos con el sistema.


Uno de los líderes sindicales estadounidenses más famosos fue Walter Reuther, del sindicato Auto Workers, cuyas opiniones socialistas eran un anatema para los propietarios de General Motors y otros fabricantes de automóviles. En un momento dado, mientras negociaba por la seguridad de los trabajadores y por unos salarios dignos, Reuther fue disparado y gravemente herido en su casa, suceso al que siguieron otros dos intentos de asesinato. A estos les siguió el muy sospechoso accidente de un avión privado en el que viajaba. Reuther sobrevivió a éste, pero finalmente murió en un segundo accidente de avión privado igualmente sospechoso. En el momento de escribir estas líneas, el FBI sigue negándose a publicar cientos de páginas de documentos relacionados con la muerte de Reuther. Aparte de los asesinatos deliberados y las inculpaciones, el gobierno de EEUU, único entre las naciones, tiene una larga y sórdida historia de utilización de su ejército para reprimir y brutalizar a sus propios ciudadanos cada vez que entran en conflicto con los capitalistas que siempre han controlado el Congreso y la Casa Blanca. También ha acumulado una historia de legislación igualmente sórdida diseñada para proteger y aumentar los beneficios de su élite corporativa a expensas del pueblo de la nación.

 

Pero si miramos más atrás, podemos ver las actitudes fundamentales hacia las personas que no pertenecen a la élite, que han estado arraigadas en el ADN capitalista y gubernamental estadounidense desde los primeros días de la República. Antes de finales del siglo XIX, la mayoría de la gente se dedicaba a la agricultura, tenía una pequeña tienda o quizás ejercía un oficio como la carpintería, la herrería o la sastrería, y el resto se ganaba la vida con trabajos ocasionales y temporales. En esa época se produjo un cambio social masivo cuando la industrialización se afianzó definitivamente, y un gran porcentaje de la población emigró a las zonas urbanas en busca de empleo, y por lo tanto pasó de ser agricultor independiente y propietario de microempresas a trabajador dependiente a tiempo completo. En este contexto, tanto en la mente de los capitalistas como de los dirigentes gubernamentales, estos trabajadores y su deseo de obtener salarios dignos eran los enemigos del progreso. Durante ese período, los trabajadores denunciaban casi constantemente y de forma universal su virtual esclavitud salarial y la falta de seguridad laboral, mientras que el gobierno empleaba de forma igualmente universalmente y sin piedad a los militares para garantizar la seguridad, no de los trabajadores sino de los beneficios del capitalismo.


Desde finales del siglo XIX, el ejército estadounidense fue una de las principales herramientas de represión de los trabajadores. En Chicago, en 1894, las tropas estadounidenses pusieron fin a una huelga de trabajadores ferroviarios, abriendo fuego y matando a decenas de trabajadores. La minería en Estados Unidos fue una ocupación extremadamente peligrosa durante siglos, como lo sigue siendo hoy en día, y las huelgas de los trabajadores mineros son especialmente frecuentes. En 1914, las tropas estadounidenses abrieron fuego contra un grupo de trabajadores mineros en huelga en Colorado, poniendo de nuevo fin a la huelga con la muerte de los huelguistas. Un poco más tarde, unos individuos que intentaban organizar un sindicato en una mina de carbón de Pensilvania fueron asesinados a tiros por la dirección de la empresa, que fue absuelta en un breve juicio. Ni siquiera la policía era inmune; en 1919 se puso fin a una huelga policial en Boston cuando se llamó a los militares para que pusieran fin a la huelga de forma violenta, y muchos policías resultaron muertos. Ese mismo año, un organizador laboral de Washington fue capturado, torturado, castrado y luego linchado.


Los militares tampoco eran inmunes. En 1932, cuando la Gran Depresión se agudizó, casi 50.000 veteranos de la Primera Guerra Mundial marcharon a Washington para pedirle al gobierno que les pagara unos años antes las primas de 625 dólares que les habían prometido. Los soldados, la mayoría con sus familias, acamparon en un terreno llano cerca de la capital para despertar la simpatía por su situación, pero la simpatía no llegó. En su lugar, el entonces presidente Hoover envió a la policía, una medida que dio lugar a la brutalidad, la violencia y bastantes muertes. Cuando esto fracasó, Hoover envió al ejército activo para dispersar a los "disidentes", que no habían causado ningún problema, sino sólo una vergüenza para el gobierno. Los militares, dirigidos por el gran general Douglas MacArthur y asistidos por el entonces comandante Dwight Eisenhower (que más tarde se convertiría en presidente de EE.UU.), y el patológicamente conocido George S. Patton, irrumpieron en el campamento, disparando contra los veteranos e inundando el campo con gases lacrimógenos, hiriendo a varios miles de personas y matando a algunos recién nacidos. MacArthur estaba tan decidido a dispersar a sus propios ex soldados que continuó con el ataque incluso después de recibir la orden del Presidente de que cesase. Los veteranos se dispersaron y se quedaron con las manos vacías.


En la década de 1920, los capitalistas estadounidenses y el gobierno ya habían desarrollado planes a escala nacional para controlar a los trabajadores y sus demandas salariales, creando grupos de trabajo cuyo deber era identificar y sabotear a todos los organizadores sindicales y a los críticos del capitalismo y del gobierno. Muchos fueron encarcelados sin cargos y sin acceso a un abogado. Los militares también habían mejorado su eficacia, y en muchas ocasiones utilizaban ahora aviones bombarderos para atacar a los trabajadores en huelga desde el aire. En una gran huelga de mineros en Virginia Occidental en 1921, varios miles de soldados llevaron a cabo una guerra con disparos con unos 5.000 mineros en huelga. Cuando una victoria clara parecía inalcanzable, el gobierno estadounidense envió miles de tropas más y empleó una unidad de guerra química además de bombarderos y aviones de combate. Cuando los huelguistas finalmente se rindieron, los supervivientes fueron acusados de traición y encarcelados. En 1930, cientos de trabajadores agrícolas fueron golpeados y detenidos en California por intentar formar sindicatos, y condenados por "socialismo criminal". Hay muchas docenas de ejemplos, que abarcan muchas décadas, en los que el ejército estadounidense puso fin a las huelgas laborales de forma brutal y violenta, matando a los huelguistas.


No sólo el ejército estadounidense participó en estas atrocidades. Muchas grandes corporaciones apoyaron ejércitos permanentes propios para utilizarlos contra los trabajadores en huelga, siendo John Rockefeller uno de los peores, pero de ninguna manera el único ejemplo. En 1927, los mineros en huelga de una de sus minas en Colorado fueron masacrados por su ejército privado utilizando ametralladoras. Dos años después, en Carolina del Norte, otros grupos de trabajadores textiles en huelga fueron emboscados y asesinados. Unos años más tarde, más de 500.000 trabajadores de fábricas se declararon en huelga en Carolina del Sur, una huelga que fue reprimida con tanta violencia por las fuerzas militares estadounidenses y los ejércitos privados que nadie se atrevió a intentar formar un sindicato durante otros veinte años. En 1935, los trabajadores eléctricos en huelga en una planta de Toledo, Ohio, fueron atacados y asesinados en masa por más de 1.300 soldados estadounidenses, incluyendo ocho batallones de fusiles y tres batallones de ametralladoras. Un año antes, la policía de San Francisco disparó y mató a muchos trabajadores portuarios durante una huelga, disparos tan escandalosos que provocaron una huelga general en toda la región de San Francisco-Oakland. Los medios de comunicación ya hacían de las suyas, afirmando que "agitadores comunistas se habían hecho con el control de la ciudad".


Un acontecimiento especialmente infame, conocido como la Masacre de Ludlow, fue una huelga de mineros del carbón contra la inhumanidad de los propietarios de la familia Rockefeller, uno de los ataques más brutales contra los trabajadores en la historia laboral de Norteamérica. Como telón de fondo, los trabajadores se vieron obligados a trabajar en condiciones extraordinariamente duras y peligrosas, donde los índices de mortalidad eran muy altos y los salarios bajos. Además, los trabajadores no cobraban en efectivo, sino en vales de papel que sólo se podían gastar en la tienda de la empresa, que tenía precios muy elevados. Los trabajadores de la mina consiguieron organizar un sindicato que intentó establecer normas de seguridad y aumentar los salarios en dinero real. Estos problemas de seguridad y salariales ya existían en toda la industria estadounidense desde hacía muchas décadas, pero las élites industriales y el gobierno estaban ya entonces firmemente unidos contra los trabajadores y los pobres.


En este caso, las tensiones alcanzaron un punto álgido cuando un organizador sindical fue asesinado por los gerentes de la mina, lo que dio lugar a una huelga general generalizada contra los intereses mineros de Rockefeller y la instalación del sindicato. Rockefeller, que controlaba gran parte de la región a través de la propiedad de sus minas, se indignó ante las demandas del sindicato y desalojó a todos los mineros de sus casas, propiedad de la empresa, dejándolos a ellos y a sus familias sin hogar en una zona salvaje en medio de un duro invierno, iniciando un programa de siete meses de brutalidad y de represión continuas. Los Rockefeller, al igual que muchas otras grandes empresas estadounidenses de la época, adoptaron una postura asombrosamente agresiva contra los trabajadores en huelga, contratando a cientos de matones armados para acosar, golpear y matar. Rockefeller consiguió coches blindados con ametralladoras para atravesar las zonas de tiendas de campaña donde acampaban los mineros y ametrallarlas con disparos, matando a muchos trabajadores y a sus hijos. Los miembros y organizadores del sindicato fueron secuestrados y golpeados. Cuando el ejército privado resultó insuficiente para acabar con la voluntad de los huelguistas, Rockefeller dispuso que el gobierno enviara a la Guardia Nacional, que continuó con la misma política beligerante y violenta. Finalmente, el gobierno ordenó a los Guardias Nacionales que vaciaran los campamentos de los mineros, lo que hicieron entrando en ellos con una gran potencia de fuego y ametrallando el campamento en una batalla que duró casi 14 horas.


Un minero se acercó al cuartel de la Guardia Nacional para intentar negociar una tregua, pero fue golpeado y llenado de balas. Esa noche, los guardias entraron en el campamento y prendieron fuego a varias tiendas, quemando vivos a muchas mujeres y niños, y matando a tiros a muchos otros que intentaban escapar. Al difundirse la noticia de esta masacre, los trabajadores de todo Estados Unidos iniciaron una huelga nacional, pero al final el poder del dinero y la brutalidad despiadada del gobierno estadounidense fueron supremos, y los trabajadores fracasaron por completo. Nunca se acusó a nadie de los asesinatos ni de otros crímenes.


Rockefeller no era el único capitalista de élite que tenía su propio ejército privado para tratar con sus trabajadores. Cyrus Eaton, propietario de la Republic Steel Company, merece una atención especial, incluso en una nación dominada por despiadados capitalistas criminales, por su tendencia a disparar y matar a cualquiera que intentara formar un sindicato. Su empresa mantenía un arsenal de armas que incluía potencia de fuego de grado militar, además de gases lacrimógenos y otras armas. Durante una huelga, cuando la policía se mostró incapaz de dispersar a los huelguistas con múltiples arrestos, el ejército de Eaton entró con armas, gases lacrimógenos y garrotes, dejando a muchos trabajadores muertos y heridos, muchos de ellos muertos con disparos por la espalda. Ya mencioné la muerte de Walter Reuther, de los Auto Workers, pero su vida anterior fue similar a su final, donde en un caso él y su personal fueron severamente golpeados por el ejército privado de la compañía automotriz Ford. Los Carnegies y otras familias industriales ricas de la élite estadounidense encajan todos en este mismo molde.


La represión en Estados Unidos siempre ha tenido un sabor diferente al de otras naciones. En Estados Unidos, cualquier corporación conchabada con gobierno podía contar con la ayuda del ejército estadounidense para apoyar sus prácticas humanas depredadoras, pero también podían formar su propio ejército privado que operaba con casi total inmunidad cuando trataba con los trabajadores pobres. Para las empresas que no disponían de un ejército, existía una tercera opción, esta infame fuente de brutalidad hacia los trabajadores descontentos era la Agencia de Detectives Pinkerton, que en el apogeo de su poder era la mayor agencia policial de propiedad privada del mundo, empleando a más hombres que el propio ejército estadounidense. Durante ese periodo, las empresas contrataban a la agencia Pinkerton para infiltrarse en los sindicatos, intimidar a los trabajadores y enfrentarse a los huelguistas con violencia de tipo militar. Esta empresa era amargamente odiada por casi todos los que no eran grandes industriales, el alcalde de una ciudad estadounidense describió a los Pinkerton de la siguiente manera: "Son una horda de degolladores, ladrones y asesinos y están al servicio del capital sin escrúpulos para oprimir al trabajador honrado".


Los problemas relacionados con los bajos salarios, la inadecuada o inexistente seguridad de los trabajadores, las largas jornadas de trabajo y la falta de atención médica, especialmente para las lesiones relacionadas con el trabajo, continuaron acumulándose hasta 1945. Durante la Segunda Guerra Mundial, los salarios en Estados Unidos se congelaron mientras los beneficios de las empresas alcanzaban niveles extremadamente altos, situación que creó un intenso rencor y resentimiento entre los trabajadores industriales. Durante ese periodo de 5 años -en el que las huelgas estaban prohibidas debido al esfuerzo bélico-, EE.UU. experimentó más de 14.000 huelgas en las que participaron casi siete millones de trabajadores, principalmente en las industrias minera, del acero y del automóvil. Por lo general, el presidente Roosevelt llamaba al ejército para sofocar por la fuerza estas insurrecciones.


Estos problemas laborales aumentaron después de la guerra, cuando se eliminaron las congelaciones salariales de los tiempos de guerra y las prohibiciones de las huelgas. Los primeros seis meses de 1946 fueron un periodo que el Departamento de Trabajo de EE.UU. denomina ahora "el periodo más concentrado de luchas entre trabajadores y patronos en la historia del país", cuando prácticamente toda la mano de obra de la nación se rebeló finalmente contra décadas de brutalidad e injusticia. Los trabajadores estadounidenses en masa y totalmente llenos de rabia y frustración por su miseria inducida por el sistema, llegaron finalmente al punto de no estar dispuestos a esclavizarse en ocupaciones peligrosas y mal pagadas mientras las corporaciones y sus élites celebraban beneficios estratosféricos y sin precedentes. En enero de ese año, 200.000 trabajadores del sector eléctrico convocaron una huelga, a la que siguieron 100.000 empacadores de carne, y pocos días después, casi un millón de trabajadores del acero protagonizaron la mayor huelga de la historia de EEUU. Rápidamente, varios cientos de miles de mineros del carbón se declararon en huelga e interrumpieron el suministro de electricidad en gran parte del país, seguidos inmediatamente por muchos cientos de miles de trabajadores del ferrocarril y de la industria petrolera. El gobierno estadounidense, fiel a sus raíces, utilizó al ejército para tomar el control de todos estos emplazamientos industriales, y el presidente Truman amenazó públicamente con colgar a estos trabajadores en huelga a los que llamó traidores, y para los que propuso severas sanciones penales. Fue en este ambiente de agitación social sin precedentes donde Walter Reuther encontró finalmente su fin.


Luego, y casi repentinamente, el clima cambió, debido principalmente al temor muy real entre la élite a una segunda revolución americana. Estas circunstancias de resentimiento y revuelta estaban tan extendidas que rápidamente crearon una sociedad tan inestable que se había vuelto ingobernable, con la nación en anarquía y enfrentándose a un inminente colapso económico. Fue esto lo que obligó a revisar el contrato social con nuevas normas que incluían un salario mínimo y una semana laboral regular, junto con salarios regulares y crecientes y la expectativa de un empleo estable y quizás permanente. Con el tiempo se añadieron las vacaciones, la asistencia sanitaria y otras prestaciones. Fue este nuevo contrato social de estabilidad laboral, aumento de los salarios reales y reducción de la disparidad de ingresos, lo que produjo el rendimiento económico superior que experimentó Estados Unidos durante casi cuarenta años. Fue este aumento de la consistencia laboral y de la equidad salarial lo que produjo las enormes mejoras en los salarios, las condiciones de trabajo y la equidad social que permitieron incluso a los trabajadores de las fábricas, por primera vez en la historia, ser propietarios de casas, coches, embarcaciones, y tomar vacaciones con regularidad.


Y quizás lo que es más importante, este enorme ajuste en el contrato social, y el aumento de los salarios, produjo por primera vez en la historia de Estados Unidos un acceso generalizado a la educación superior para los hijos de la clase media e incluso baja, ya que las familias estadounidenses con un salario digno procedente del empleo podían permitirse abandonar los escasos ingresos del trabajo infantil y dejar a sus hijos en la escuela. La gente se llenó de repente de expectativas ilimitadas para el futuro, ya que este enfoque fundamentalmente socialista produjo una economía estadounidense próspera y, al mismo tiempo, desarrollos tecnológicos transformadores. Fueron estos niños nacidos durante y después de la Segunda Guerra Mundial, la primera generación de estadounidenses que creció en un ambiente de esperanza. Fue este contexto el que produjo los resultados de las encuestas, por primera vez en la historia de Estados Unidos, en las que los ciudadanos declaraban tener una esperanza creciente en el futuro y esperaban que la vida de sus hijos fuera mejor que la suya. Ninguno de estos sentimientos existía en ninguna escala antes de esta cuasi-revolución. Sólo la revuelta laboral universal y casi incontrolable, y el miedo genuino a un levantamiento público generalizado y total, produjeron estos cambios sociales masivos que dieron lugar a la creación de la clase media estadounidense. Todo esto fue el resultado de la breve transformación de Estados Unidos de una brutal sociedad capitalista de "libre mercado" a una democracia socialista. Pero eso no iba a durar.


En el típico estilo estadounidense, al verse obligados a abandonar sus pecados, las élites no sólo se atribuyeron el mérito de su nuevo exceso de virtud judeocristiana, sino que empezaron a propagar otro mito histórico con la redefinición repentina de Estados Unidos como la tierra de las oportunidades, y así nació el sueño americano. Todo era propaganda. Los trabajadores estadounidenses pasaron en poco tiempo de ser unos de los trabajadores más maltratados y embrutecidos del planeta a aquellos para los que la vida contenía de repente algo más que desesperanza y monotonía, y la maquinaria propagandística, liderada por Hollywood, se puso inmediatamente en marcha para convencer a los estadounidenses de que las cosas siempre habían sido así, buenas y mejorando. Y no se detuvieron ahí. El Sueño se expandió cada año, dejando rápidamente atrás los pensamientos de valiosos pero aburridos trabajos regulares para ser reemplazados por sueños de riqueza y éxito que no eran posibles en ninguna otra nación. Y, por supuesto, los capitalistas de la élite estaban ocupados en conspirar para aliviar a esta nueva clase media de todo su dinero promoviendo el consumismo y el "nivel de vida", afianzando firmemente la sociedad de consumo como forma de vida. Todo era un engaño generado por una campaña de propaganda masiva perpetrada sobre un público crédulo para sustituir el resentimiento revolucionario contra las élites por una falsa esperanza en un futuro ficticio.


Esta "era dorada del trabajo", el nuevo contrato social y la propaganda que lo acompañaba, no sólo eran un engaño y un mito, sino también una mera distracción temporal mientras las élites se reagrupaban y reconstruían su fuerza política y militar que tan bien les había servido durante tantas décadas anteriores. Las élites y su gobierno secreto nunca estuvieron satisfechos con los sacrificios financieros que habían hecho al compartir el dinero con los campesinos de América, y la situación nunca podría haber durado. Muchos autores e historiadores coinciden hoy en que existe un plan operativo para destripar a la clase media estadounidense. Su conclusión es correcta, pero muchos pasan por alto la idea esencial, que es que el 1% superior no está robando el dinero de la clase media actual, sino que está reclamando lo que siempre había sido suyo. Su generosidad al compartir la riqueza con el campesinado, y crear así la clase media de Estados Unidos, fue una anomalía impuesta a la fuerza que ahora están revirtiendo al recuperar toda esa riqueza que aún reside en las clases media y baja. En términos sencillos, quieren recuperar su dinero. Los planes para acabar con toda esa felicidad campesina y la confianza en el futuro, y para saquear todas esas cuentas bancarias de la clase media, ya se habían hecho durante la década de 1970 y se promulgaron con una venganza cuando la FED de EE.UU. diseñó la salvaje recesión a principios de la década de 1980. Y ese fue el principio del fin. La crisis financiera de 2008, también diseñada por la FED, fue la mitad del proceso. El final aún está por llegar, y el robo de salarios es un método para acelerarlo.


Luego tuvimos a Paul Krugman, en un artículo en el NYT el 2 de marzo de 2015:


"Luego está la historia. Resulta que la sociedad de clase media que teníamos no evolucionó como resultado de las fuerzas impersonales del mercado: fue creada por la acción política, y en un breve período de tiempo. Estados Unidos seguía siendo una sociedad muy desigual en 1940, pero en 1950 se había transformado gracias a una drástica reducción de las disparidades de ingresos, que los economistas Claudia Goldin y Robert Margo denominaron la Gran Compresión. ¿Cómo se produjo esto? Parte de la respuesta es la intervención directa del gobierno, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la autoridad gubernamental para fijar los salarios se utilizó para reducir las diferencias entre los mejor pagados y los peor pagados. En parte, sin duda, fue el fuerte aumento de la sindicalización. Otra parte fue la economía de pleno empleo de los años de la guerra, que creó una demanda muy fuerte de trabajadores y les permitió buscar un salario más alto. Lo importante, sin embargo, es que la Gran Compresión no desapareció tan pronto como terminó la guerra. Por el contrario, el pleno empleo y las políticas favorables a los trabajadores cambiaron las normas salariales, y una fuerte clase media perduró durante más de una generación. Ah, y las décadas posteriores a la guerra también estuvieron marcadas por un crecimiento económico sin precedentes”.

 

Me parece sorprendente que Krugman sea tan ignorante sobre la historia económica de su propio país. No sólo tiene datos erróneos, sino que su comprensión de los acontecimientos parece preadolescente, en el mejor de los casos, y luego termina trivializando con un comentario tonto uno de los acontecimientos económicos más importantes de la historia de Estados Unidos: "Ah, y las décadas posteriores a la guerra también estuvieron marcadas por un crecimiento económico sin precedentes".


James Petras clasifica esta época como La Gran Transformación, cuando el gobierno estadounidense, la FED, los banqueros y las grandes multinacionales dieron su alarmante giro ideológico hacia la extrema derecha. Como se verá más adelante, fue entonces cuando la mano de obra se convirtió en desechable y el contrato social entre empleador y empleado se cortó definitivamente junto con todas las pretensiones de lealtad, pero esta destrucción del contrato social no fue resultado de la recesión. Por el contrario, fue el propósito de la recesión deliberadamente diseñada por Volcker para facilitar la reescritura unilateral del contrato. Es importante entender que la severa contracción económica de 1983 no fue un desastre accidental resultante de las misteriosas fuerzas del mercado; fue deliberadamente diseñada y ejecutada por las élites, por la FED estadounidense y los banqueros judíos europeos dueños de la FED. Paul Volcker, como presidente de la FED y actuando bajo instrucciones, indujo una recesión más salvaje con la intención precisa de reescribir todo el paisaje financiero y corporativo, así como para destruir el contrato social que había existido durante cuarenta años.


Los planes para destruir el contrato social de la posguerra y reconfigurar el panorama económico se estaban elaborando y poniendo en práctica casi inmediatamente después de que se escribiera el contrato. El economista Edwin Dickens examinó los registros de las reuniones del Comité de Mercado Abierto de la FED desde la década de 1950 hasta el presente, y su análisis demostró que las acciones de la FED tenían como objetivo principal beneficiar al 1% superior creando condiciones para que los trabajadores estuvieran más inseguros y, por lo tanto, más conformes en términos de salarios y condiciones de trabajo. Identificó repetidas ocasiones en las que la FED redujo deliberadamente la oferta monetaria y el crédito inmediatamente antes de la expiración de los principales contratos sindicales, con la intención de hacer bajar los salarios y los beneficios durante las inminentes negociaciones. John Maynard Keynes advertía al mundo sobre la FED y otros bancos centrales privados cuando escribió "el objeto de la restricción del crédito es retirar a los empresarios los medios financieros para emplear la mano de obra al nivel existente de salarios y precios... intensificando el desempleo sin límite, hasta que los trabajadores estén dispuestos a aceptar la necesaria reducción de los salarios monetarios bajo la presión de los duros hechos." En otras palabras, guerra de clases. Contrariamente a la propaganda y a la creencia popular, la política de la FED estadounidense nunca ha sido una cuestión de disciplina monetaria, sino de disciplina de clase a través del control del trabajo. Debería ser obvio que la FED ejecutando políticas para mantener el pleno empleo sería contraproducente, ya que sólo serviría para crear un conflicto de clases entre el capital y el trabajo, al menos en el estilo de capitalismo depredador de Estados Unidos. "La Reserva Federal sirve a las necesidades de los poderosos. Su papel es proteger al capital contra los intereses del trabajo. Con el fin de mantener la disciplina laboral, a la Junta de la Reserva Federal se le confía la tarea de mantener un nivel de desempleo lo suficientemente alto como para mantener a los trabajadores temerosos de perder sus puestos de trabajo."


Tras su nombramiento como presidente de la Reserva Federal, Volcker anunció su determinación de acabar con la inflación, pero su verdadera determinación era romper permanentemente la espalda de los trabajadores. Volcker lanzó literalmente una guerra de clases contra las clases trabajadoras medias y bajas de Estados Unidos, con toda la intención de derramar sangre. Sus declaraciones sobre la lucha contra la inflación -que la propia FED provocó, pero que ahora se achacaba al trabajo- eran propaganda destinada únicamente a silenciar a las masas y mantenerlas ignorantes del vil ataque que estaba planeando contra ellas. Su primer acto fue estrangular la oferta monetaria hasta tal extremo que inmediatamente sumió al país en la peor recesión económica desde la Gran Depresión, y sólo se detuvo cuando todo el sistema financiero estadounidense se vio amenazado. Durante toda esta sangría, el único interés de Volcker parecía ser los términos de las demandas y acuerdos de los contratos laborales. Su única determinación era que los salarios bajaran, declarando repetidamente que "El nivel de vida del estadounidense medio tiene que bajar". Las élites corporativas -el 1% superior y los banqueros- echaban cada vez más culpas ficticias a los salarios nacionales, pero lo único que les impulsaba era la codicia por el recuerdo de los beneficios desmedidos del pasado. Business Week identificó inadvertidamente la naturaleza de guerra de clases de las acciones de Volcker cuando declaró en un editorial: "Algunas personas tendrán que conformarse con menos. Sin embargo, será una píldora difícil de tragar para muchos estadounidenses: la idea de hacer con menos para que las grandes empresas puedan tener más". Y esa fue toda la historia.


Michael Mussa, director del departamento de investigación del FMI, elogió mucho el enfoque de Volcker, escribiendo: "La Reserva Federal tenía que demostrar que, cuando se enfrentaba a la dolorosa elección entre mantener una política monetaria estricta para luchar contra la inflación y relajar la política monetaria para combatir la recesión, elegía luchar contra la inflación. En otras palabras, para establecer su credibilidad, la Reserva Federal tuvo que demostrar su voluntad de derramar sangre, mucha sangre, la sangre de otras personas". Y derramar "sangre ajena", lo hizo. Cuando Volcker terminó, millones de puestos de trabajo en el sector de la manufacturización habían desaparecido, los salarios habían caído un 30% o más, y el Medio Oeste industrial nunca se recuperó. Otra flecha en su carcaj fue la desregulación, destinada a bajar aún más los salarios y a quebrar la espalda de los trabajadores estadounidenses. Como escribió un columnista, "Curiosamente, el enemigo previsto de esta guerra -los trabajadores- no se mencionó en este resumen, al igual que los daños colaterales a los agricultores y a los latinoamericanos". ¿Pero qué habían hecho los trabajadores para que el Estado los tratara como enemigos? ¿Eran culpables de algún acto malvado por querer algo más que una miseria?" Cuando Obama comentó en un reciente discurso que "a partir de finales de los años 70, el contrato social comenzó a deshacerse", era plenamente consciente de las causas, pero decidió no exponerlas.


Hubo una vez una divertida serie de dibujos animados en EE.UU. titulada "El Mago de la Id" en la que, en una de las viñetas, unos campesinos pobres abordaban al Rey para preguntarle: "Creíamos que había declarado la guerra a la pobreza", a lo que el Rey respondía: "Lo hice". Los campesinos preguntaron entonces: "¿Por qué seguimos siendo pobres?", a lo que el Rey contestó: "Porque habéis perdido". Y eso refleja perfectamente el inicio de la Gran Transformación de Volcker. Y mientras el proletariado se lamía las heridas y contemplaba su nueva proximidad a la pobreza, la burguesía estadounidense, el 1% superior, tuvo el mismo éxito al reutilizar esos salarios robados para fines más útiles. Esta es la razón por la que el 1% superior acaparó prácticamente todas las ganancias de ingresos y activos desde esa época, y por la que los salarios de los ejecutivos de las empresas pasaron de ser diez veces superiores a los del trabajador medio a varios cientos de veces ese nivel. Los directores generales que antes ganaban 300.000 dólares al año, ahora ganaban 20 millones de dólares, siendo a menudo recompensados más por su incompetencia que por su capacidad. En lo que debería ser una condena impresionante del capitalismo estadounidense, un estudio de Michael Jensen, de la Graduate School of Business de Harvard, demostró que el 95% de los contratos de los directores generales proveían enormes indemnizaciones, incluso para los ejecutivos culpables de fraude o malversación. En un caso típico, tras anunciar que bajo su dirección Merrill Lynch había perdido 8.000 millones de dólares en un trimestre, Stanley O'Neal fue "despedido" con más de 160 millones de dólares en acciones, opciones y otras prestaciones de jubilación. Y Warren Buffett dijo a sus accionistas: "Ser despedido puede producir un día de pago particularmente abundante para un director general. De hecho, puede "ganar" más en ese solo día, mientras limpia su escritorio, que un trabajador estadounidense en toda su vida limpiando retretes. Olvídese de la vieja máxima de que nada triunfa como el éxito: Hoy en día, en la suite ejecutiva, la regla todo-prevalente es que nada tiene tanto éxito como el fracaso".


Hasta finales de la década de 1970, los estadounidenses tenían una vida mejor, ya que su comodidad y seguridad financiera habían aumentado considerablemente, y los ingresos familiares se habían duplicado o triplicado desde la agitación revolucionaria de 1946. Luego, gracias a la FED estadounidense y a sus amigos y propietarios, la fiesta se acabó. Los salarios cayeron, los ingresos de los hogares se redujeron, la prosperidad se evaporó lentamente, y tanto la clase media estadounidense como el sueño americano estaban en vías de extinción. Pocos se dieron cuenta entonces de que la recesión de Volcker no era una anomalía temporal como habían parecido otras recesiones; ésta era un asalto permanente y continuo. John Kennedy era famoso por decir que la marea creciente levanta todos los barcos, pero, como alguien escribió, esta vez "un número creciente de barcos han estado encadenados al fondo". Y eso ha resultado ser cierto. Desde entonces, la productividad ha aumentado notablemente, mientras que los salarios han permanecido estancados e incluso han disminuido. Los buenos puestos de trabajo han desaparecido cada vez más para ser sustituidos por empleos mal pagados. Los beneficios se han recortado drásticamente y el empleo se ha vuelto mucho menos seguro. Comenzó con la destrucción del trabajo y la desregulación, continuó con la globalización y la subcontratación, y avanzó hacia la financiarización y lo que llamamos "Wal-Martización" y la economía de TaskRabbit*: la sustitución del empleo bien remunerado a tiempo completo por la pobreza a tiempo parcial. A principios de la década de 1980, el Tratado de Detroit había sido derogado unilateralmente y la edad de oro del trabajo había llegado a su fin.


"Si los ataques de Volcker y Carter a los sindicatos fueron indirectos, los de Reagan fueron totalmente frontales. En las elecciones de 1980, el sindicato de controladores aéreos fue una de las pocas organizaciones laborales que apoyaron la candidatura de Reagan. Sin embargo, no pudieron llegar a un acuerdo con el gobierno, y cuando optaron por la huelga, violando la ley federal, Reagan los despidió a todos. La represión sindical de Reagan fue rápidamente emulada por muchos empleadores del sector privado". Y de hecho, prácticamente todas las grandes empresas siguieron el ejemplo de Reagan forzando deliberadamente las huelgas como herramienta para destruir sus sindicatos. Como señaló un autor, "la era de la prosperidad ampliamente compartida había terminado". Al igual que la lealtad corporativa. A principios de la década de 1980, una encuesta del Conference Board reveló que la mayoría de los ejecutivos estaban de acuerdo en la importancia de la lealtad de los empleados y en que ésta debía ser recompensada, pero sólo diez años después, sólo el 5% mantenía esta opinión. Jack Welch, director general de GE, fue citado diciendo: "La lealtad a una empresa no tiene sentido", y dejó claro que en el futuro su empresa recompensaría sólo a los accionistas y no a los empleados. Bajo Reagan, la desregulación de los mercados corporativos y laborales pretendía facilitar la destrucción de lo que podemos llamar el contrato social de "trabajo para toda la vida" y eliminar por completo los sindicatos del paisaje. Facilitó la transición hacia la externalización y la desindustrialización final de la economía estadounidense, además de debilitar gravemente la base de poder de la izquierda política. Todo esto tenía como único objetivo resucitar el paisaje laboral esclavista de los años 20 y anteriores, para convertir el mercado de trabajo estadounidense en una sociedad sin poder de empleados por contrato, con trabajos esporádicos, de empleados de TaskRabbit.


En 2013 Robert Kuttner escribió un artículo reflexivo e inteligente titulado “La Economía TaskRabbit”, en el que describía la patética situación laboral de Estados Unidos en la actualidad, la difícil situación de quizás 40 millones de estadounidenses que se han visto reducidos a trabajos a tiempo parcial, casuales, ocasionales y esporádicos para poder sobrevivir. En su artículo incluía esta frase "Mientras tratamos de averiguar por qué Estados Unidos se está convirtiendo en una economía de empleo cada vez más ocasional y cómo invertir esta tendencia, más vale que acertemos con las respuestas a estas preguntas". Lo siento por el Sr. Kuttner; mira, pero no ve. A pesar de todos los hechos a los que se enfrenta, sigue queriendo creer que esta destrucción del trabajo en Estados Unidos fue una especie de desafortunado accidente que su gobierno y sus políticos quieren reparar desesperadamente. Pero la verdad es que no quieren repararlo. Ellos lo causaron. Ellos lo provocaron. Querían que ocurriera, para devolver el trabajo y el capital estadounidenses a la condición de antes de la guerra; las recesiones inducidas por la FED, quizás especialmente las de 1983 y 2008, estaban destinadas a facilitar esta reversión. Esta transformación aún no se ha completado; hay más por venir.

 

Basta con echar un vistazo a la historia para darse cuenta de que los cambios han sido demasiado drásticos y generalizados como para que hayan sido el resultado natural de una simple recesión económica. Casi tan pronto como llegó la recesión y millones de personas perdieron sus empleos y sus hogares, las grandes empresas, como si tuvieran una orden, se lanzaron al proceso de despedir repentinamente a millones de empleados y volver a contratarlos como trabajadores por contrato. Esto no fue accidental, ni resultado de las dificultades económicas y la necesidad; era parte del plan para volver al estado de las relaciones capital-trabajo y la disparidad de ingresos de antes de la guerra. Y tuvo éxito. El 1% superior ha acaparado prácticamente todas las ganancias de ingresos desde 1980, mientras que al menos la mitad de la clase media se ha empobrecido y ha descendido a la clase baja, con una disparidad de ingresos planificada en América hoy en día aproximadamente equivalente a la de muchas naciones de América Central y del Sur. Un columnista expuso perfectamente la situación cuando escribió: "Sólo si la supresión del poder del trabajo forma parte de la ecuación puede explicarse el declive general de los buenos empleos en los últimos 35 años. Sólo si se tiene en cuenta la disminución del poder de los trabajadores se puede entender por qué las empresas estadounidenses, que disponen de más de 1,5 billones de dólares en efectivo no gastados, han utilizado esos fondos para recomprar acciones y aumentar los dividendos, pero casi universalmente no han considerado siquiera la posibilidad de aumentar los salarios de sus trabajadores". Su evaluación es 100% correcta.


Los psicólogos saben que el temor -el miedo anticipado a un acontecimiento- puede producir más ansiedad, y si se prolonga, puede ser incluso más perjudicial que el propio acontecimiento. También saben que la pérdida de un trabajo es una de las experiencias más dañinas para la psique humana, a menudo peor que un divorcio o la pérdida de un miembro. En estos últimos casos, la psique se recupera, aunque sea lentamente, y las víctimas vuelven a la normalidad. Pero el desempleo conlleva más flechas con las que herir, siendo una de ellas la degradación del estatus social y financiero. Los cónyuges y los hijos suelen sufrir una angustia emocional desgarradora al perder su nivel de vida y el nivel de consumo que habían disfrutado. Esto es especialmente cierto en la sociedad cristiana, moralista y sentenciosa de Estados Unidos, donde se idolatra a los "ganadores" y se desprecia a los "perdedores". Richard Layard, un economista británico muy respetado, escribió que el desempleo era un problema muy especial que "duele tanto después de uno o dos años de desempleo como al principio". Lo que esto significa es que si los trabajadores tienen en general un miedo -un temor- a quedarse sin trabajo, cualquier descenso en las tasas de empleo acallará probablemente su descontento. Se vuelven maleables y obedientes, sin quejarse.


Y, por supuesto, este conocimiento psicológico no escapó a la atención de la FED de EE.UU., y constituyó un pilar de la política económica de EE.UU. cuando Alan Greenspan era presidente de la FED, hablando de lo que él llamaba el "trabajador traumatizado", refiriéndose no a los desempleados sino a los que tienen miedo al desempleo. Como informó Robert Woodward, Greenspan consideraba que el trabajador traumatizado era "alguien que sentía inseguridad laboral en la cambiante economía y, por tanto, se resignaba a aceptar menores aumentos salariales". Había hablado con líderes empresariales que decían que sus trabajadores no se agitaban y temían que puede que sus habilidades que no fueran comercializables si se veían obligados a cambiar de trabajo".


En un testimonio ante el Congreso de los Estados Unidos, Greenspan dijo sin rodeos que "la tasa de aumento salarial siguió siendo notablemente inferior a lo que las relaciones históricas con las condiciones del mercado laboral habrían predicho. La contención atípica de los aumentos salariales es evidente desde hace unos años y parece ser consecuencia principalmente de una mayor inseguridad de los trabajadores." Fue debido a este miedo y al consiguiente desmantelamiento del empleo estadounidense que los salarios se estancaron, y que tanto los beneficios empresariales como la desigualdad de ingresos se dispararon a tales alturas en EE.UU., de forma muy parecida a lo que ocurrió a principios del siglo XX y durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los salarios se congelaron mientras los beneficios empresariales no lo hicieron. Por supuesto, Greenspan no estaba ciego ante las causas del enorme aumento de la disparidad de ingresos, pero evasivo y deshonesto como siempre, afirmó que "No hay nada que la política monetaria pueda hacer para abordar eso, y está fuera del alcance, en lo que a mí respecta, de los temas que tratamos." Por supuesto, eso era una gran mentira, ya que no sólo la FED era la principal responsable de la disparidad de ingresos, sino que creó deliberadamente las condiciones para que se produjera. La disparidad masiva de ingresos en América no fue un accidente. Fue un plan. De hecho, fue exactamente el mismo plan que George Kennan esbozó en 1948 para los Estados Unidos frente a Asia y el mundo, con los frutos del plan de disparidad de ingresos internacional de Kennan fluyendo precisamente a la misma gente -el mismo 1%- como los frutos nacionales de los planes de Volcker y Greenspan. Y al igual que en el siglo anterior a la década de 1940, el gobierno estadounidense, impulsado por el compromiso con el 1% superior, utiliza su poder militar para suprimir la disensión. Hoy he traído a la luz a las fuerzas policiales ligeras y al Departamento de Seguridad Nacional en lugar de a los militares regulares, y a Occupy Wall Street en lugar de a los mineros del carbón en huelga, pero todo lo demás es lo mismo.


En esta nueva carrera hacia abajo, algunas partes de los Estados Unidos ya han vuelto con éxito a las idénticas situaciones laborales que existían allí hace 100 o más años, siendo las granjas corporativas de Florida un ejemplo típico. La agricultura de Florida, dominada por enormes empresas agroindustriales, es una industria multimillonaria que requiere mucha mano de obra y se basa en la explotación más despiadada de los trabajadores nacionales y extranjeros. La jornada comienza a las 4:30 de la mañana e incluye al menos diez horas de trabajo bajo un calor de más de 30 grados, con un trabajo agotador y la exposición a niveles peligrosamente altos de pesticidas. Los trabajadores deben pagar 50 dólares por noche para dormir en campamentos de esclavos infestados de cucarachas y deben pagar elevados precios por la comida y otros productos esenciales; trabajan bajo la supervisión de guardias armados y no se les permite salir. Muchos de estos campos están rodeados de altas vallas coronadas con alambre de espino, como en las cárceles, y muchos han sido azotados, violados y amenazados de muerte si intentan abandonar los campos. Esta industria es, por supuesto, ilegal, pero está muy extendida y es ignorada por el gobierno estadounidense. También se ve exacerbada por empresas como Wal-Mart y las grandes cadenas de supermercados, que utilizan despiadadamente su poder de compra para rebajar los salarios y destruir las condiciones de trabajo. Con circunstancias como estas que existen en tantas partes de los EE.UU. hoy en día, no tenemos ninguna duda sobre los términos del nuevo contrato social en la América de hoy.


Para que no quede sin mencionar, Estados Unidos no ha sido el único país en el que el gobierno estadounidense haya empleado estas tácticas en el pasado y todavía las emplea libremente en la actualidad. Estados Unidos ha enviado a menudo a sus militares a invadir otras naciones con el pretexto de defender la democracia o "proteger los intereses estadounidenses", pero en realidad ha utilizado a los militares estadounidenses para sofocar violentamente las huelgas en las empresas estadounidenses en toda América Central y del Sur, así como en Asia, e incluso en China. En otro lugar he incluido una lista de intervenciones militares estadounidenses, que contiene las razones oficiales de cada una de ellas, enumerando causas como "proteger los intereses estadounidenses, reprimir la huelga de protesta general de los civiles, combatir a los civiles durante las protestas antiestadounidenses, reprimir las protestas empresariales antiestadounidenses, controlar a los civiles antiestadounidenses, guerra contra los civiles para proteger al dictador". Todo esto y más eran esfuerzos puramente comerciales, con el 1% superior utilizando el poder público del ejército de los EE.UU. como una herramienta privada, para imponer brutalmente lo que era efectivamente el trabajo esclavo de las empresas estadounidenses propiedad de estas mismas personas en docenas de naciones. Ya he escrito sobre las afirmaciones del general Smedley Butler de que él y sus marines estadounidenses estuvieron ocupados durante décadas actuando como gánsteres asesinos para el capitalismo estadounidense y sus banqueros. A esto se refería. Fue por esta razón por la que Estados Unidos comenzó a suministrar a sus cerca de 50 brutales dictadores-marioneta armas de alta calidad y entrenamiento para la represión de civiles, para ahorrarle al ejército estadounidense el gasto y la molestia de invadir repetidamente esas naciones para sofocar las protestas laborales civiles contra la inhumanidad de las multinacionales estadounidenses y los banqueros internacionales. Esta es una forma más en la que Estados Unidos se ha enriquecido: utilizando su ejército para imponer una virtual esclavitud a las poblaciones trabajadoras de docenas de naciones pobres. Cuando escribí antes que Estados Unidos "canibalizó" gran parte del mundo, esas palabras no fueron elegidas a la ligera.

 

El Trabajo Infantil en América



Mineros: Vista de la trituradora Ewen de la Pennsylvania Coal Co. El polvo era tan denso a veces que oscurecía la vista. Este polvo penetraba en lo más recóndito de los pulmones de los muchachos. Una especie de negrero se coloca a veces sobre los muchachos, empujándolos o pateándolos para que obedezcan. South Pittston, Pensilvania. 

Crédito de la imagen: https://rarehistoricalphotos.com/child-laborers-newsboys-1910/


Muchas formas de trabajo infantil, incluyendo el contrato de servidumbre y la esclavitud infantil, han existido a lo largo de la historia de Estados Unidos hasta un pasado reciente, pero se generalizaron y organizaron a medida que la industrialización llevó a las familias a las fábricas y talleres de las zonas urbanas. Los propietarios de las fábricas solían preferir a los niños porque eran más baratos, más manejables y menos propensos a la huelga. Los niños constituían alrededor del 25% de la mano de obra manufacturera del noreste en proceso de industrialización, y del 40% al 50% en las fábricas de algodón y lana.


La Revolución Industrial, tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, dio lugar al sistema de fábricas que William Blake calificó como "esos oscuros molinos satánicos" que explotaban y oprimían a niños de hasta seis años. Esos niños solían estar encerrados en las fábricas durante dieciséis horas al día y sufrían terriblemente. Los niños estaban constantemente expuestos a productos químicos industriales tóxicos y a metales pesados, lo que les provocaba pérdida de visión, parálisis, enfermedades mentales y la muerte. Los que llegaban tarde al trabajo o tenían una productividad insuficiente recibían con frecuencia fuertes palizas. Su falta de madurez y experiencia, unida a una maquinaria lamentablemente primitiva e insegura, y fomentada por el más cruel desdén de los propietarios, dio como resultado innumerables cientos de miles de pequeños cuerpos destrozados. Todos los días, manos y brazos de niños quedaban atrapados en la maquinaria y eran arrancados. "A las niñas pequeñas a menudo se les enganchaba el pelo en la maquinaria y se les arrancaba el cuero cabelludo desde la frente hasta la nuca". Casi siempre, estos niños que resultaban heridos o lisiados en las fábricas, eran sencillamente arrojados al exterior y se les dejaba morir en las calles a causa de sus heridas. Como le gustaba decir a John Foster Dulles, "Sólo hay dos tipos de personas en el mundo: Los cristianos que creen en el capitalismo, y los de otro tipo".


A finales del siglo XIX y principios del XX, muchos individuos y grupos sociales intentaron presionar al gobierno estadounidense para que regulara o prohibiera los peores excesos del trabajo infantil, normalmente sin éxito. Incluso en las pocas ocasiones en que se aprobó una ley sobre el trabajo infantil, ésta fue inmediatamente anulada. En 1916, el Congreso aprobó la Ley Keating-Owen como un primer intento de controlar el trabajo infantil al prohibir el transporte interestatal de productos elaborados en fábricas que empleaban a niños, y restringió la jornada laboral a ocho horas. El Tribunal Supremo de EE.UU. no tardó en declarar la ley "inconstitucional". El Congreso aprobó entonces una segunda ley que gravaba fuertemente los beneficios de las fábricas que empleaban niños, pero el tribunal, presionado por la Drexel Furniture Company, también declaró rápidamente esta ley inconstitucional. Muchos grupos de mujeres presionaron a Roosevelt para que pusiera fin a las tragedias del trabajo infantil, pero Roosevelt fue una vez más fiel a sus raíces elitistas y no estaba interesado por la reforma laboral. Sólo justo antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial se aprobaron nuevas leyes laborales que contenían algunas restricciones para el trabajo infantil. La mayoría de los historiadores económicos han llegado a la conclusión de que el principal factor para la reducción del trabajo infantil no fue la legislación laboral, sino el aumento de los ingresos que permitió a las familias mantener a sus hijos fuera de la fuerza de trabajo y enviarlos a la escuela en su lugar. En otras palabras, el gobierno de EE.UU., controlado por su "gente invisible", no hizo nada para prevenir o incluso aliviar las miserias del trabajo infantil, esta farsa sólo cesó por una reducción no planificada de la pobreza que fue a su vez provocada por el temor a otra revolución americana.


Los barones del robo estadounidenses se resintieron amargamente de estas restricciones, y fieles a sus raíces judeocristianas, recurrieron a Dios y a la religión para defender sus beneficios. Afirmaban que la falta de trabajo convertiría a los niños en herramientas ociosas del diablo y destruiría su iniciativa y autosuficiencia. Muchas de estas empresas cooperaron en el montaje de una gran campaña de propaganda en la que se instaba a todos los estadounidenses a aceptar su "solemne responsabilidad ante el país" para garantizar que nunca se permitiera la aprobación de leyes sobre el trabajo infantil, alegando su intención de "salvar a los jóvenes de todas las generaciones futuras de la decadencia moral y física bajo el dominio del mismísimo diablo".


A pesar de todo el ruido hipócrita que hace el Departamento de Estado de EE.UU. sobre el trabajo infantil en las Américas o en Asia, el trabajo infantil sigue siendo aún común en EE.UU. hoy en día. Kruse y Mahony realizaron recientemente un estudio exhaustivo sobre el trabajo infantil actual en EE.UU. y estimaron que, como mínimo, muchos cientos de miles de menores son empleados al año, al menos algunos en ocupaciones peligrosas, trabajando más de 100 millones de horas al año y cobrando casi 600 millones de dólares. Las explotaciones agrícolas familiares siempre han aprovechado la mano de obra de la familia, e incluso los más jóvenes contribuyendo con el esfuerzo que eran capaces de hacer. La mano de obra era escasa y cara, y a menudo era necesaria una familia numerosa para garantizar el suministro de mano de obra. Pero las explotaciones familiares no son el problema que nos ocupa. Según las estimaciones actuales, alrededor del 10% de los trabajadores agrícolas de Estados Unidos son niños, la mayoría empleados en la industria, y pocos de ellos trabajan en explotaciones familiares. La mayoría de las explotaciones agrícolas de Estados Unidos son propiedad de grandes empresas agrícolas que están muy mecanizadas y emplean grandes cantidades de pesticidas y otros productos químicos. Los niños que trabajan en estas granjas industriales suelen tener tan sólo siete u ocho años y pueden trabajar entre 14 y 16 horas al día, siete días a la semana. Sólo reciben breves descansos para comer y ni siquiera disponen de aseos o de agua potable. El salario mínimo federal es de 7,50 dólares por hora, pero a estos niños se les suele pagar tan sólo 2 dólares.


Uno pensaría que cualquier conocimiento de esta historia pasada sería suficiente para producirle repulsión a cualquier la idea de utilizar a niños pequeños como trabajadores, pero aparentemente no. En 2011, la senadora estadounidense Jane Cunningham, de Missouri, propuso la derogación total de todas las leyes sobre trabajo infantil, al menos en su estado, permitiendo que incluso los niños pequeños volvieran a las fábricas. Reveladoramente, su propuesta de ley eliminaría toda autoridad gubernamental para inspeccionar los lugares que emplean niños o para obligarlos a mantener registros de empleo. Su afirmación es que esta ley "flexibilizaría una prohibición demasiado amplia del trabajo infantil", y fingió hipócritamente que sólo quería "legalizar el cuidado de los niños". Cuando esta mujer fue ampliamente atacada por su repugnante propuesta, culpó de la "histeria" a la "desinformación y la política".

 

Robo de Salarios


La teoría económica de la esclavitud continúa hoy en día en una práctica que ahora denominamos "robo de salarios". He aquí el resto de la historia. Durante 2014, el New York Times y otros medios de comunicación publicaron varios artículos sobre lo que ahora se denomina robo de salarios, la práctica empresarial de pagar de menos al personal, que da señales de convertirse en una epidemia en Estados Unidos y que hoy afecta a los trabajadores de cuello blanco mejor pagados, así como a los empleados por hora. Los métodos y tácticas parecen estar limitados sólo por la imaginación de los empresarios, pero incluyen pagar por debajo del salario mínimo legislado, obligar al personal a trabajar horas extra, negarse a pagar las horas extras y robar las propinas del personal de los restaurantes. Al parecer, muchos empresarios exigen al personal que firme tarjetas de control de horas en blanco y luego introducen cifras falsas de las horas trabajadas. En un caso denunciado, Google, Apple, Intel y Adobe se vieron envueltos en una gran demanda antimonopolio por haberse confabulado en un plan para no contratar al personal de los demás, con lo que se redujeron gravemente los salarios de los ingenieros y otros empleados mejor pagados de todo Silicon Valley, que afirman haber sido estafados con 3.000 millones de dólares en salarios perdidos.


Varios departamentos gubernamentales de muchos estados y ciudades de Estados Unidos han recuperado decenas de millones de dólares para algunos grupos de trabajadores, pero las autoridades afirman que estas recuperaciones son una parte minúscula del total existente, y que el robo de salarios puede ser el mayor delito financiero continuado del país, que parece aumentar cada año. En muchas empresas e industrias, los trabajadores declaran que se les obligó a trabajar hasta 90 días seguidos, a menudo durante 70 horas a la semana, sin pagarles las horas extras. Muchas empresas, entre ellas Fedex, afirman que sus empleados son en realidad de contratistas independientes y, por tanto, no tienen derecho a las horas extraordinarias ni, en muchos casos, a las prestaciones legales. McDonalds y Wal-Mart aparecen de forma destacada en algunas de estas demandas, pero la práctica está muy extendida en Estados Unidos. En otro editorial de 2014, el New York Times escribía que el crecimiento del empleo en EE.UU. era tan lento que la mayoría de los economistas afirmaban que "se necesitaría hasta 2021 para reemplazar los puestos de trabajo que se perdieron o que nunca se crearon en la recesión", una situación social trágica, especialmente si se tiene en cuenta que los beneficios de las empresas estaban en su punto más alto y que muchas de ellas contaban con enormes reservas de efectivo. La productividad ha aumentado sustancialmente mientras que los salarios, de hecho, han disminuido, una condición que no ha sido causada por las "fuerzas del mercado" en ningún sentido, sino más bien por un plan para aumentar los beneficios a cualquier precio.


Tras la salvaje recesión inducida por la FED a principios de la década de 1980, los gobiernos occidentales, los banqueros internacionales y sus corporaciones multinacionales se confabularon para reescribir el contrato social, tras lo cual el robo de salarios se volvió desenfrenado y el ataque a la clase media ya no se ocultó. Como ejemplo de los muchos que podría citar, una empresa regional de telecomunicaciones de Canadá despidió sin previo aviso a unas 3.500 personas, el 30% de su plantilla. La empresa volvió a contratar a más de 3.000 de ellos en el trimestre siguiente, pero sólo como trabajadores por contrato, con recortes salariales del 10% al 20%. Sin embargo, además de la reducción salarial, la empresa ya no se hacía cargo de las vacaciones pagadas ni de los días festivos legales, ni de las bajas por enfermedad ni de los costes de formación. La empresa ya no era legalmente responsable de proporcionar las prestaciones legales y, por tanto, evitaba los costes de las pensiones, la asistencia sanitaria, el seguro de desempleo y mucho más. De un plumazo, la empresa redujo su factura salarial total en un 50% o más, y esta enorme suma a los beneficios corporativos extraídos enteramente de los bolsillos de los empleados.


Literalmente, miles de empresas hicieron lo mismo con al menos una parte de su personal, siendo ésta una de las principales razones por las que los beneficios corporativos se dispararon tras la recesión y una de las principales razones por las que las empresas occidentales están hoy sentadas sobre una pila de efectivo combinada de billones de dólares. Esta avalancha de empresas que se apresuran a contratar mano de obra (y a subcontratarla) fue un asalto no disimulado a la clase media, con el único resultado posible (y por tanto una clara intención) de empobrecer al 90% inferior y absorber todos los ingresos para la sala de juntas. Y por supuesto, este fue de hecho el resultado. Desde finales de los años 70 y principios de los 80, los ingresos reales en Estados Unidos (y en otras naciones occidentales) han permanecido estáticos después de la inflación, lo que significa que no ha habido aumentos salariales efectivos durante unos 40 años. Antes de este tiempo, los salarios habían aumentado constantemente con la productividad, este patrón era tan consistente que los economistas lo enseñaban como una ley natural. Pero los banqueros y los industriales derogaron esta ley en algún momento a finales de la década de 1970, y los salarios reales no han aumentado desde entonces a pesar de que la productividad de EE.UU. había aumentado casi todos los años. Esto se debió en gran parte a la desregulación de la industria financiera en Estados Unidos, que permitió no sólo farsas como la de 2008, sino que abrió las puertas al desvío de la riqueza de los trabajadores y de las empresas a las manos del 1% más rico.


Las empresas de trabajo temporal pueden cubrir una necesidad en el mercado laboral de un país, ya que a menudo ocurre que las empresas de muchos sectores requieren mano de obra adicional durante los periodos de vacaciones o de alta demanda estacional. Los directivos de las empresas las aprecian porque con una sola llamada telefónica pueden conseguir el número necesario de trabajadores para un día, una semana o un mes. Pero los altos ejecutivos de las multinacionales estadounidenses los aprecian por otras razones, la principal de las cuales es que estos trabajadores temporales, por definición, sólo cobran una tarifa por hora, a menudo el salario mínimo legal, pero, lo que es aún más importante, no tienen derecho a la serie de prestaciones legales que incluyen la asistencia sanitaria, las pensiones, el seguro de desempleo, los periodos de preaviso de despido legislados, las bajas por embarazo y enfermedad, y muchos otros requisitos similares. Muchas de las disposiciones legales sólo se aplican al personal fijo, por lo que puede verse la tentación. Esta práctica laboral estadounidense ha atraído cada vez más la atención de los gobiernos de muchos países: la alarmante tendencia a subcontratar personal permanente a tiempo completo a agencias de trabajo temporal, principalmente para evitar el coste de pagar las prestaciones legales, pero también para eludir la responsabilidad de una serie de otras acciones que, de otro modo, serían ilegales. Coca-Cola es famosa por esta práctica estadounidense. En muchos países, tanto occidentales como no, es ilegal contratar personal fijo a tiempo completo a través de empresas de trabajo temporal o emplear mano de obra subcontratada para otros puestos que no sean temporales. Pero si se cuenta con un abogado inteligente que juegue con las normas, se puede encontrar la manera de fingir que se trata realmente de empleados "temporales", y se les puede pagar mucho menos, evitando toda responsabilidad por sus prestaciones sociales y legales.


Citando un artículo del Huffington Post, (Les Leopold; 27/10/2015) 'El robo de salarios llega a los Estados Unidos', El Instituto de Política Económica (EPI) proporcionó una estimación nacional: "El robo salarial anual total de los trabajadores de primera línea en las industrias de bajos salarios en las tres ciudades se acercó a 3 mil millones de dólares. Si estos resultados en Nueva York, Chicago y Los Ángeles son generalizables al resto de la mano de obra estadounidense de bajos salarios, que son 30 millones, el robo de salarios está costando a los trabajadores más de 50.000 millones de dólares al año". Y esta conclusión se refiere sólo a los trabajadores de bajos salarios como los dependientes de Wal-Mart, el personal de las cadenas de comida rápida y similares; no incluye las pérdidas de la clase media que serían casi infinitamente mayores. Se trata de un capitalismo de libre mercado que opera en una nación no regulada, donde la inmensa destrucción social es obvia para cualquiera que mire. El rasgo más revelador es que la antes amplia clase media estadounidense ha desaparecido en su mayor parte, y más de la mitad de ella se deslizó precipitadamente hacia la clase baja durante 2007-2008, cuando toda la clase media estadounidense sufrió una pérdida media del 50% de sus activos totales. Desde entonces han descendido muchos más que antes eran clase media, una condición que parece permanente, creciente e irreversible. Uno de los métodos cada vez más utilizados para afianzar esta condición social es la externalización o reclasificación del personal como trabajadores por contrato o temporales, despojándose las empresas de todo signo de responsabilidad social.


Muchas empresas sobrepasan los límites de otras maneras, una de las cuales fue la famosa garantía de Apple de "evasión de la garantía", en la que la empresa cobraba regularmente a los clientes chinos alrededor del 50% del coste original de un dispositivo, por reparaciones en garantía que se suponían gratuitas. La empresa también hacía que las reparaciones fueran tan difíciles y largas de obtener en las tiendas de Apple que muchos clientes pagaban sus propias reparaciones en otras tiendas. Así que, con suerte, el "robo salarial" puede extenderse incluso a los clientes de una empresa. Muchas empresas hacen algo parecido al evitar las retiradas de productos, siendo la industria del automóvil durante décadas notoria por ello, otra forma de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas. Tenemos los ejemplos clásicos del Ford Pinto, del famoso interruptor de encendido de General Motors, de los airbags de Takata y de las transmisiones defectuosas de Volkswagen en China, en todos los casos relacionados con productos mal diseñados que podrían matar a mucha gente pero que eran caros de arreglar. Me gustaría señalar aquí que en toda la actividad de fusiones y adquisiciones que leemos, la rentabilidad de la empresa que se adquiere es sólo una parte de la ecuación, y quizás sólo una pequeña parte. La razón es que, además del posible robo de salarios del propio personal de la empresa, hay un fondo mucho más grande de salarios para saquear, el de la cadena de suministros de la empresa. Dado que el robo de salarios es una fuente tan importante de beneficios empresariales hoy en día, cuanto más larga sea la cadena de suministros de una empresa y más personas estén empleadas en esa cadena, mayor será el potencial de beneficios. Apple es un ejemplo ideal, porque la empresa tiene una larga cadena de suministros con un millón y medio o dos millones de trabajadores, todos cuyos paquetes salariales pueden ser saqueados, y esta fue la fuente de prácticamente todos los enormes beneficios de Apple. Dudo mucho que sin este robo masivo de salarios Apple hubiera tenido beneficios.


Hay otros dos aspectos de este robo a los trabajadores, uno es el síndrome de Wal-Mart de oposición violenta a los sindicatos, que ha afectado cada vez más a la América corporativa a todos los niveles y que deja a la gran mayoría de los trabajadores sin defensores y sin otra solución que las demandas colectivas que rara vez tienen éxito. La otra es también una especialidad de Wal-Mart. En EE.UU., Canadá y otros países occidentales, un trabajo a tiempo completo se define generalmente como uno que consiste en 40 horas semanales, nivel en el que los empleadores deben proporcionar una gama completa de beneficios que incluye atención médica, pensiones, seguro de desempleo y otros elementos. Wal-Mart define "tiempo completo" como 35 horas, con lo que evita todo el coste de estas prestaciones legales que normalmente suponen al menos el 30% de los costes laborales. Quizá no haya indicación más clara que ésta de la destrucción planificada del contrato social que era la base de la clase media estadounidense y el único contribuyente al aumento del nivel de vida. El sueño americano está verdaderamente muerto.


Otra práctica, la de las prácticas no remuneradas, surgió tras el colapso financiero de 2007 y se ha acelerado de forma alarmante en muchos sectores de Estados Unidos. Con un mercado laboral estancado y pocas oportunidades de empleo para los nuevos graduados universitarios en Estados Unidos, un número sorprendente de grandes empresas conocidas han recurrido a estos trabajadores no remunerados para cubrir puestos de trabajo vacantes. La normativa que regula las prácticas es explícita pero se ignora. Por ley, los becarios deben recibir formación en habilidades laborales, pero esto parece no ocurrir casi nunca, y los casos en los que un becario consigue realmente un trabajo tras el periodo de prácticas podrían contarse con los dedos de una mano. Según muchos medios de comunicación e informes gubernamentales, el número de recién licenciados en estos puestos no remunerados se cuenta por millones, por lo que muchos han formado sociedades de prácticas para compartir sus experiencias.


Muchos de estos jóvenes trabajan hasta un año sin cobrar, para ser despedidos al final, lo que indica claramente que nunca ha existido la posibilidad de un trabajo a tiempo completo. Todo esto es un indicio más de la guerra de clases que existe hoy en día en EEUU, una prueba de la destrucción del contrato social y de la continua marginación del trabajo. Todo indica que esta situación seguirá acelerándose. Dado que la economía estadounidense, después de casi diez años, no ha mostrado signos de recuperación, existen pocas esperanzas de mejora y, de hecho, este destrozo del trabajo se ha convertido en una especie de movimiento social que sigue cobrando impulso y que bien podría convertirse en la norma aceptable. Es interesante observar que el famoso (o infame, por sus prácticas de "tierra quemada") General Sherman, un líder de la guerra civil estadounidense, escribió a finales de 1800 que "pronto llegará una contienda armada entre el Capital y el Trabajo. No se opondrán con palabras, argumentos y votos, sino con disparos y proyectiles, pólvora y cañones. Las clases mejores están cansadas de los aullidos insensatos de los estratos inferiores, y pretenden detenerlos".


Las multinacionales norteamericanas están exportando con entusiasmo sus patológicas prácticas laborales a otras naciones, dejando a las autoridades gubernamentales luchando por moderar los daños y crear una legislación adecuada para hacer frente a esta inesperada avalancha. Al igual que en EE.UU., sus estafas de robo de salarios parecen estar limitadas sólo por su imaginación. Una de las prácticas laborales más comunes e injustas entre las empresas estadounidenses en China es realizar la contratación en las ciudades más pequeñas del centro del país, donde los niveles salariales son comparativamente bajos, y luego colocar a los nuevos contratados en los centros más grandes, como Shanghai o Guangzhou, donde los costes de vida (y los salarios) son mucho más altos. Otra práctica estadounidense en China que ha atraído cada vez más la atención del gobierno es la subcontratación de personal permanente a tiempo completo a agencias de trabajo temporal, principalmente para evitar el coste de pagar las prestaciones legales. Coca-Cola es famosa por esta práctica, ya que algunos de sus empleados "temporales" llevan diez o más años en el mismo puesto. Un empleado de Coca-Cola relató que, justo antes de que entrara en vigor la nueva legislación laboral china, "nos convocaron a una reunión... sin previo aviso, y nos dijeron que iban a externalizar nuestros puestos de trabajo y entregarnos a un tercero. Ya no seríamos empleados de Coca-Cola".


También se les informó de que sus ingresos se habían reducido a la mitad tras el traslado a la agencia de terceros. Schering-Plough, filial de la estadounidense Merck Pharma, hizo lo mismo, y en un momento dado despidió a todo su personal en Shanghai y lo trasladó a una agencia de trabajo temporal con una supuesta reducción del 70% del salario. Naturalmente, la mayoría del personal renunció, pero la empresa persistió. Muchas empresas han adoptado estrategias similares en un intento de reducir los sueldos y salarios a un nivel de subsistencia, evitando al mismo tiempo el pago de prestaciones legales (legisladas) como la asistencia sanitaria y el seguro de desempleo. El procedimiento habitual de las multinacionales estadounidenses en muchos países es despedir a todos sus empleados y entregarlos a una empresa de trabajo temporal. El personal sigue trabajando en el mismo lugar para la misma empresa, haciendo los mismos trabajos, pero ya no son empleados de la empresa, siendo ahora contratados por la empresa de trabajo temporal que paga salarios mucho más bajos y por ley no es responsable de las prestaciones legales, reduciendo así la factura laboral hasta en un 50%. La práctica de proporcionar mano de obra permanente a través de agencias de trabajo temporal es ilegal en la mayoría de los países, ya que es obviamente una estafa, pero muchas empresas ignoran las leyes. Si se juega con las reglas, se puede encontrar la manera de fingir que se trata realmente de empleados "temporales", y se les puede pagar mucho menos evitando toda responsabilidad por su bienestar y prestaciones, y su maltrato.


Las empresas americanas de comida rápida como KFC, McDonald's y Pizza Hut llevan muchos años pagando incorregiblemente a su personal sólo el 60% del salario mínimo legislado, alegando repetidamente leyes poco claras y repitiendo frustrantemente estas ilegalidades en miles de locales a pesar de las órdenes judiciales y las multas. Hemos leído sobre Apple, Nike y otras empresas estadounidenses que subcontratan su fabricación con márgenes tan estrechos que garantizan salarios de hambre a millones de trabajadores en toda Asia. La empresa estadounidense P&G ha sido acusada en repetidas ocasiones de obligar a su personal temporal a trabajar jornadas de 12 horas sin pago de horas extras, y de ejercer una fuerte presión sobre el gobierno nacional de China en contra del establecimiento de normas laborales mínimas. La Cámara de Comercio estadounidense, AmCham, una de las organizaciones más estrictamente antisociales del mundo, es conocida por hacer lo mismo. Mientras tanto, las ONG estadounidenses como Human Rights Watch regañan a Nike o a Coca-Cola por utilizar lo que llaman "mano de obra esclava", mientras Nike y Coca-Cola fingen que no tenían ni idea pero que lo comprobarán inmediatamente. Y así ha continuado la historia durante generaciones.


Yum, KFC, Pizza Hut y McDonald's son tan conocidos como Coca-Cola por encontrar todas las formas posibles de pagar menos a sus empleados. Esto es especialmente cierto, y especialmente irritante, en China, donde KFC obtiene la mitad de sus beneficios mundiales con un volumen de ventas que es la mitad del de Estados Unidos. El personal a tiempo parcial está especialmente explotado, ya que tanto KFC como McDonald's sólo pagan el 60% del salario mínimo de China, y se empeñan en culpar a la "falta de claridad de la normativa" mientras siguen violando las leyes. Los críticos estadounidenses se quejan de que las empresas de EE.UU. son señaladas por este tipo de atención mediática, pero el hecho es que las empresas estadounidenses llegaron a China presumiendo de sus altos estándares y su alta calidad, de emplear las "mejores prácticas internacionales" y de ser generalmente superiores en todos los aspectos, y luego demostraron ser las menos honestas y más depredadoras de todas las empresas.


Y no sólo Coca-Cola, Apple y Nike se aprovechan de los indefensos. La mayoría de las empresas estadounidenses hacen lo mismo, incluidas muchas que generalmente se consideran de cara limpia, empresas como P&G, Disney, Mattel, todas las cuales proclaman la inocencia y la virginidad mientras las drásticas situaciones laborales no cesan. Una gran variedad de juguetes estadounidenses fabricados y promocionados en China, como Fisher Price, Barbie, Toy Story, los coches Matchbox, Thomas the Tank Engine, Hot Wheels, Transformers, Cars 2, se producen en circunstancias similares. Un representante de la SACOM declaró: "Los consumidores nunca podrían esperar que los encantadores juguetes que alegran a los niños se fabriquen en condiciones tan deplorables", y pidió al público en general que transmitiera en términos gráficos la repugnancia de sus acciones a estas empresas estadounidenses, y que exigiera medidas correctivas. También recomendaron a los padres que se negaran a comprar cualquiera de estos productos de marca estadounidense hasta que estas empresas aceptaran la responsabilidad de sus acciones y adoptaran prácticas laborales humanas. Y en una respuesta verdaderamente ofensiva, la llamada "Fundación para el Cuidado del Consejo Internacional de la Industria del Juguete", apología de la industria juguetera estadounidense, dijo: "... nos negamos a aceptar las declaraciones sensacionalistas y mediáticas de cualquier grupo... La pura verdad es que los trabajadores de muchas fábricas de juguetes en China están mejor ahora que antes ..." Mentiras tan grandes deberían ser castigadas con la flagelación pública.


Las violaciones laborales cometidas por las empresas estadounidenses son legión, y consisten no sólo en una mezquindad institucionalizada, sino en una astucia que yo calificaría de patológica. A menudo se obliga a los empleados a firmar un documento "voluntario" en el que aceptan trabajar mucho más allá de las horas extraordinarias máximas legisladas, y a menudo sin remuneración. El personal ha testificado con frecuencia que se les obliga (e incluso se les ofrece dinero) a mentir y dar respuestas engañosas en las auditorías de las fábricas por parte de los funcionarios del gobierno, y se les amenaza con castigos severos por no hacerlo. Una investigación descubrió que los empleados que fabricaban productos estadounidenses trabajaban seis días a la semana, con hasta 288 horas al mes, y en muchos otros casos una semana obligatoria de siete días durante los periodos de máxima actividad, y que las empresas pagaban muy por debajo del salario mínimo. Los investigadores afirmaron que los empleados que habían intentado concienciar sobre los abusos e inspirar a sus compañeros para que lucharan por sus derechos, fueron despedidos inmediatamente. Sacom continuó: "Mattel, Walmart y Disney, las renombradas empresas jugueteras, siempre afirman que cumplen estrictamente las leyes locales y se adhieren a sus respectivos códigos de conducta. Las rampantes violaciones en Sturdy Products, que incluyen horas extras excesivas, salarios arbitrarios, multas punitivas injustas, trabajo infantil y negligencia en la salud laboral, demuestran que las promesas son declaraciones vacías. No hay ningún mecanismo de cumplimiento efectivo ni remedios para los trabajadores". Y sin embargo, al igual que Apple y Nike, estas empresas obtienen beneficios de estos mismos productos por valor de cientos de millones de dólares.


Las empresas estadounidenses son famosas en todo el mundo por presionar a los gobiernos locales para que no establezcan normas sanitarias, laborales, medioambientales o de otro tipo que puedan interferir en su rentabilidad, recurriendo a menudo al poder político del Departamento de Estado para intimidar a los gobiernos locales para que flexibilicen las normas o eviten el enjuiciamiento de los ejecutivos de las empresas estadounidenses. Los ejecutivos y la dirección de Coca-Cola, en particular, presionan a los gobiernos de todo el mundo para intentar impedir o desbaratar la legislación laboral y salarial, además de presionar e interferir en las leyes medioambientales. Estos problemas existen en todas las naciones, pero los países subdesarrollados son los más afectados por una legislación inadecuada y por el poder de presión política y de soborno de estas empresas. No han faltado informes de que los ejecutivos de Coca Cola, como práctica comercial habitual, suelen sobornar a funcionarios y políticos locales para que pasen por alto las infracciones y les den una sanción efectiva para infringir las leyes. Los ejecutivos de P&G han sido acusados en repetidas ocasiones por las organizaciones sindicales de violaciones laborales, como obligar a los empleados "temporales" a trabajar 12 horas diarias, y los ejecutivos de la empresa merecen ser expuestos y condenados públicamente por su presión sobre los funcionarios del gobierno chino en contra del establecimiento de normas laborales mínimas en China. Starbucks, en el Reino Unido, fue objeto de una tormenta mediática que reveló una asombrosa ira contenida dirigida a la empresa por su propio personal, que implicaba cambios obligatorios en sus contratos de trabajo que reducirían o eliminarían muchos de los beneficios del personal, incluyendo las pausas para el almuerzo y la eliminación de los días de enfermedad del personal y las prestaciones por maternidad. Los trabajadores afirman que se les presentó un nuevo contrato y se les ordenó firmarlo o ser despedidos.

 

Coca-Cola


Los ejecutivos y la gerencia de Coca-Cola han sido acusados durante mucho tiempo de maltratar a los trabajadores en sus plantas embotelladoras, de pagar mal a los empleados, de obligar a hacer muchas horas extras no pagadas, de golpear a los empleados que reclaman sus salarios, y de recurrir a menudo a la extorsión, a las amenazas físicas y de otro tipo, e incluso al asesinato, para evitar que los empleados formen sindicatos para protegerse. Los representantes de Coca-Cola en Centroamérica tienen fama de contratar sicarios para matar a cualquiera que intente formar un sindicato en una planta de Coca-Cola. Y al igual que en China, la empresa no reconoce ninguna responsabilidad por las acciones de sus "agentes". Las pruebas de estas afirmaciones existen en muchos países, incluida China. Si quiere algo que le abra los ojos, haga una búsqueda en Internet con la frase "embotellar coca cola y derramar sangre". Por una buena razón, Coca-Cola es una de las cuatro empresas más boicoteadas del mundo. Sudamérica y Centroamérica se encuentran entre las peores zonas, recogidas en un libro que Mark Thomas publicó en 2009, titulado "Eructar al diablo: Aventuras globales con Coca-Cola".


En El Salvador, además de abusar de los trabajadores, Coke ha estado explotando a los niños utilizándolos para trabajos peligrosos en los campos de caña de azúcar. Este asunto fue documentado por primera vez por Human Rights Watch, con algunas imágenes devastadoras mostradas en un documental de la BBC. En Estados Unidos, Coca-Cola se ha visto expuesta a numerosas demandas por discriminación racial en relación con los salarios, los ascensos y las evaluaciones de rendimiento. El New York Daily News informó de una demanda en la que el personal afirmaba que trabajar para Coca-Cola era como estar en un "pozo negro de discriminación racial". La empresa también ha sido objeto de litigios por robo de salarios, con una importante demanda colectiva en la que se afirmaba que la dirección de la empresa se negaba a pagar las horas extraordinarias, entre otras infracciones laborales. Hace unos años, la empresa se vio obligada a pagar casi 200 millones de dólares en el mayor acuerdo de la historia de Estados Unidos por violaciones de discriminación racial.


En 2001, Human Rights Watch y United Auto Workers presentaron una demanda en Miami contra la empresa Coca-Cola y varios de sus socios colombianos por una serie de asesinatos de dirigentes sindicales y por llevar a cabo "una campaña continua de intimidación, terror y asesinato". Los ejecutivos de Coca-Cola en Colombia han sido acusados de "prácticas laborales ilegales desenfrenadas, técnicas de intimidación, despidos injustos y ataques físicos". En la demanda, el sindicato afirmaba que al menos seis de sus dirigentes habían sido asesinados por escuadrones de la muerte, que, según afirma, trabajaban en secreto para los directivos de las plantas locales de Coca-Cola. Este problema no es nuevo. Hace más de 20 años, los dirigentes sindicales se quejaron a los altos ejecutivos de Coca-Cola de que los directores de sus plantas empleaban a escuadrones de la muerte. En una ocasión, unos asesinos a sueldo mataron a tiros al dirigente sindical durante las negociaciones del contrato y luego incendiaron el local del sindicato para intentar matar a todos los trabajadores. Cuando esto fracasó, los asesinos volvieron a la fábrica de Coca-Cola, reunieron a todos los trabajadores a punta de pistola y les ordenaron que o renunciaban al sindicato o los mataban.


Todos los trabajadores dimitieron. Hay otro hecho que merece la pena destacar: La demanda antes mencionada se presentó contra la empresa Coca-Cola y sus embotelladores y socios en Colombia, pero, en otro recordatorio de la independencia de los tribunales y el poder judicial de EE.UU., y como testimonio de que EE.UU. sigue el "estado de derecho", el Departamento de Estado de EE.UU. y el Departamento de Justicia intervinieron en el caso y convencieron al juez para que liberara a Coca-Cola de la demanda, permitiéndole proceder sólo contra los socios colombianos. Y para que se aprecie plenamente, no sólo el alcance del apoyo recibido por los ejecutivos de Coca-Cola para estos asesinatos de líderes sindicales por parte de escuadrones de la muerte, sino también una apreciación de la profundidad de la depravación de los empresarios estadounidenses en general, escuchen al Presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos: "¿Por qué debemos preocuparnos por los escuadrones de la muerte? Se están cargando... a nuestros enemigos. Yo les daría más poder. Diablos, les daría algunos cartuchos si pudiera, y a todos los demás también ... ¿Por qué debemos criticarlos? Escuadrón de la muerte, estoy a favor". Siéntase libre de sacar las conclusiones que crea oportunas.


Un columnista escribió que los ejecutivos de Coca-Cola tienen "un historial laboral que avergüenza incluso a la mayoría de las empresas multinacionales". En Guatemala y Colombia, existen pruebas fehacientes de que la empresa Coca-Cola ha apoyado activamente los asesinatos de activistas sindicales por parte de los paramilitares en las plantas embotelladoras gestionadas por sus filiales y contratistas a lo largo de los años. En México, El Salvador y otros países también ha habido amplias acusaciones de que la empresa utiliza la fuerza de los paramilitares para impedir la sindicalización y mantener a los empleados a raya." Los ejecutivos de Coca-Cola dijeron que no podían ser considerados responsables de los asesinatos porque las plantas no estaban directamente bajo su control, pero el sindicato declaró que "Coke tiene [una] inversión financiera en las embotelladoras y tiene una relación de trabajo con ellas." Un abogado de alto nivel del Fondo Internacional de Derechos Laborales dijo: "No hay duda de que Coca-Cola conocía y se beneficiaba de la represión sistemática de los derechos sindicales en sus plantas embotelladoras en Colombia..." En ese momento, la portavoz de Coca-Cola, Lori Billingsley, negó que la empresa Coca-Cola empleara escuadrones de la muerte para impedir la formación de sindicatos, y dijo que las acusaciones legales presentadas por el sindicato "son completamente falsas y no son más que un esfuerzo descarado para generar publicidad utilizando el nombre de nuestra empresa". Pero estos hechos generaron una amplia campaña de "Boicot a Coca-Cola" que de todos modos le obligó a la empresa a pagar 10 millones de dólares.


De todas partes del mundo surgen historias de horror sobre el abuso de los trabajadores por parte de la dirección de Coca-Cola. En 2013 o 2014, hubo un gran escándalo reportado en la prensa mexicana de que Coca-Cola obligó a todos sus empleados a renunciar a sus puestos de trabajo -muchos de ellos a punta de pistola- porque acordaron formar un sindicato. Los empleados fueron recontratados al día siguiente, pero ya no eran miembros del sindicato y era poco probable que llegaran a serlo. En aquel momento, el presidente de México era el antiguo presidente de Coca-Cola. Es interesante que las noticias sobre esta extorsión criminal inundaron los medios de comunicación mexicanos, pero luego desaparecieron totalmente en uno o dos días. No se puede encontrar en ningún sitio web de Estados Unidos, Google no tiene registro de ello, e incluso los sitios de noticias originales de México lo perdieron. Eso es influencia. Los estadounidenses se quejan de la censura de China, pero es mucho peor en los Estados Unidos porque todos estos eventos están totalmente censurados y los estadounidenses no saben lo que no saben.


En Turquía, los trabajadores de una planta embotelladora de Coca-Cola en Estambul fueron despedidos de inmediato por haberse afiliado a un sindicato, por lo que organizaron una huelga pacífica de brazos caídos frente a las oficinas principales de Coca-Cola, muchos de ellos con sus cónyuges e hijos, e hicieron que los dirigentes sindicales se reunieran con los ejecutivos de la empresa para organizar su reincorporación. Sin embargo, mientras los directivos de Coca-Cola se reunían con los líderes sindicales, ordenaron a la policía antidisturbios turca que atacara a los trabajadores, dejando a cientos de personas gravemente golpeadas y requiriendo hospitalización. Hay demandas pendientes. Los directivos de Coca-Cola hicieron lo mismo en la India, al menos en varias ocasiones en las que se llamó a la policía para que reprimiera brutalmente las manifestaciones públicas contra la empresa Coca-Cola. En un caso, 500 personas se manifestaron a las puertas de una fábrica de Coca-Cola para exigir el cierre de la planta, y fueron atacadas por una enorme horda de guardias de seguridad de Coca-Cola ayudados por la policía local. Se ha leído sobre el uso persistente de "mano de obra" subcontratada por parte de Citibank en Indonesia, en este caso utilizando matones y matonas para intimidar a los clientes morosos mediante la aplicación de violencia física, y en al menos un caso golpeando a un cliente hasta la muerte. Coca-Cola está esencialmente cortada por el mismo patrón, e incluso utiliza la misma marca de matones y matonas, con la diferencia principal de que las palizas no se llevan a cabo en las instalaciones de Coca-Cola para mantener a los ejecutivos de la empresa un paso más lejos de la horca. Hay muchas empresas multinacionales estadounidenses que encajan en este molde.

 

Wal-Mart


En EE.UU. y Canadá, y en la mayoría de los países occidentales, el empleo "a tiempo completo" significa normalmente una semana de 40 horas, y para sus trabajadores a tiempo completo, las empresas deben proporcionar y pagar una gama completa de beneficios legales que incluyen el seguro de desempleo, las pensiones, la atención médica, etc. Sin embargo, los informes indican que Wal-Mart, en todas sus sedes, sólo proporciona 30 o 35 horas de empleo semanal, mientras que sigue refiriéndose inexactamente a estos puestos de trabajo (y al personal) como de jornada completa, algo que, por supuesto, no es así. La ventaja para Wal-Mart de proporcionar menos de las horas mínimas legisladas es que legalmente estos empleados se clasifican oficialmente como "a tiempo parcial" y por lo tanto no tienen derecho a beneficios. Dado que estos requisitos legales suponen un coste adicional del 30% al 35% de la nómina que la empresa evita, este inmenso robo salarial se suma a los beneficios empresariales. Wal-Mart también tiende a pagar sólo el salario mínimo legal, o lo menos posible en cada localidad. Para muchas personas, esto está por debajo del nivel de pobreza, lo que significa que el personal de Wal-Mart llamado "a tiempo completo" debe depender de los cupones de alimentos, Medicaid y la asistencia social del gobierno estadounidense para sobrevivir. Wal-Mart también tiene la costumbre de tomar represalias contra los trabajadores que se atreven a denunciar, ya que muchos gerentes de tiendas y otros miembros del personal declararon que sus horas de trabajo se habían recortado drásticamente después de presentar quejas sobre la empresa.


Wal-Mart empezó con una sola tienda en Rogers (Arkansas) en 1962 y se expandió rápidamente hasta convertirse en una cadena de tiendas. En aquella época, el salario mínimo federal de EE.UU. era de 1,15 dólares por hora, pero Sam Walton pagaba a su personal sólo la mitad de esa cantidad. Cuando se enfrentó al gobierno, Walton argumentó que la ley sólo se aplicaba a las empresas con más de 50 empleados y afirmó que cada una de sus tiendas era una entidad comercial independiente. El Departamento de Justicia y los tribunales rechazaron la explicación autocomplaciente de Walton y se le impuso una fuerte multa por violar la ley federal. Pero eso no detuvo a Walton en su descabellada determinación de asegurarse de que su personal cobrara lo menos posible en cualquier circunstancia. En las operaciones de venta al por menor, los costes de las nóminas suelen rondar entre el 10% y el 12% de las ventas, pero los directores de las tiendas de Wal-Mart -si quieren seguir siendo directores- se ven obligados a mantener los gastos de las nóminas en torno al 5,5%, y rara vez más. En los casos en los que Wal-Mart se ve sometido a una presión política extrema o de otro tipo para aumentar los salarios, la empresa subcontrata a sus empleados a las llamadas agencias de trabajo temporal, con lo que se reducen aún más los salarios y se evita de nuevo el pago de cualquier prestación legal. Sam Walton, sus sucesores y todos los ejecutivos de la empresa se oponen violentamente a los sindicatos porque obligarían a la empresa a pagar salarios más altos y a proporcionar prestaciones, y la empresa ha tenido un gran éxito en impedir su formación. Un informe de los medios de comunicación señaló que "cuando los carniceros de un establecimiento de Texas votaron a favor de [formar un] sindicato, Wal-Mart eliminó el departamento de carne en esa tienda y en todas las demás tiendas de Texas y los seis estados circundantes".


En un caso en Canadá, en el que la empresa no pudo evitar que los empleados formaran un sindicato en una tienda recién inaugurada, Wal-Mart cerró inmediatamente la tienda, alegando "malas ventas". En ambos casos, el mensaje era claro: forma un sindicato y pierdes tu trabajo. Después de ser testigo de la destrucción social infligida por los métodos inhumanos de Wal-Mart en las zonas rurales de Estados Unidos, la empresa había sido bloqueada por los políticos y los sindicatos para abrir tiendas en las zonas urbanas del país. Por ello, fue una sorpresa que Washington DC accediera a permitir la construcción de cinco tiendas Wal-Mart (a pesar de la poderosa objeción de la mayoría del público), con la condición de que la empresa abriera dos de esas tiendas en los distritos pobres de la ciudad, donde escasea el comercio minorista. Wal-Mart construyó tres tiendas en zonas acomodadas, pero luego incumplió el acuerdo y se marchó, alegando que no serían rentables. En privado, los miembros del gobierno de la ciudad declararon que los ejecutivos de Wal-Mart les confiaron que las nuevas leyes propuestas para aumentar el salario mínimo de la ciudad "impondrían efectivamente un enorme impuesto" a la empresa. Los legisladores de la ciudad propusieron además legislar un horario mínimo para el personal a tiempo completo y exigir a los empresarios de DC que proporcionasen bajas médicas. Dado que la biblia de los beneficios de Wal-Mart consiste casi exclusivamente en el robo de salarios, la empresa violó un acuerdo legal y aparentemente amenazó con cerrar sus tres nuevas tiendas si la ciudad seguía adelante con su legislación sobre el salario mínimo. Considere a la luz de esto, las afirmaciones de los ejecutivos de Wal-Mart de que se adhieren a todas las regulaciones laborales en las jurisdicciones en las que la empresa opera.


Uno de los resultados de esta política es que la entrada de Wal-Mart en una nueva zona expulsa a todos los competidores con salarios más altos, lo que obliga al cierre de tiendas o a la quiebra y al abandono del territorio, o les obliga a bajar sus salarios al nivel de Wal-Mart o incluso por debajo, para poder sobrevivir. El efecto evidente es que la presencia de la empresa hace bajar todos los salarios de la región en pocos años, efecto que no se limita a la comercialización de comestibles o al comercio minorista. Se han hecho muchos estudios para demostrar adecuadamente este punto. Parte de la razón por la que este efecto "Wal-Mart" está tan extendido se debe a que la empresa controla una parte tan importante del panorama de la venta al por menor y de los comestibles en EE.UU., lo que le permite forzar reducciones de precios de los proveedores en toda su cadena de suministro, con el resultado de que los fabricantes y distribuidores se ven obligados a reducir sus propios salarios para seguir siendo solventes, y muchos se ven obligados a trasladar la fabricación a lugares de menor coste en otros países. Así, el efecto neto de la aparición de un Wal-Mart en una zona es el empobrecimiento de todo el paisaje por la destrucción de empleos bien remunerados.


En su publicidad, Wal-Mart presume de sus bajos precios, pero éstos tienen un alto coste para los proveedores y un coste aún mayor para su personal. La empresa es famosa por enviar equipos de contables y expertos en eficiencia a una fábrica (no sólo en EE.UU., sino en fábricas de China y otros países), para buscar cualquier cambio o mejora posible en un proceso de fabricación para que una fábrica pueda producir productos para Wal-Mart a un coste menor. Pero la fábrica no se beneficia de estos costes de fabricación más bajos; todos ellos deben repercutirse a Wal-Mart. La empresa tiene la reputación de golpear a los proveedores con un palo para obtener cada décima de céntimo de reducción en el precio, empujando a los proveedores contra la pared, forzando márgenes de beneficio que son muy estrechos, y asegurando que ningún proveedor de Wal-Mart podrá pagar jamás salarios decentes a sus trabajadores. Al final, cualquier persona que dependa de Wal-Mart, ya sea para obtener puestos de trabajo o pedidos, tendrá pocas probabilidades de salir de la pobreza, ya que las prácticas de la empresa inevitablemente borran todos los beneficios en todas las partes de la cadena de suministro, y los aspiran a los bolsillos de Wal-Mart.


El modelo de funcionamiento de la empresa está inteligentemente (yo diría que diabólicamente) diseñado para lograr precisamente este resultado: extraer hasta el último céntimo de beneficio en toda la cadena de suministro, cadena que incluye a los proveedores de materias primas a un fabricante, a la empresa de fabricación, a las empresas de envío y transporte, a las empresas de logística, a los manipuladores de mercancías en el extranjero, al personal de los almacenes, y a docenas de otras categorías invisibles. El resultado final no es sólo aspirar todos los beneficios al banco de Wal-Mart, sino empobrecer a todos los empleados de cualquier parte de esa cadena. Es un tributo al poder de las grandes corporaciones en Estados Unidos, y a la influencia que tienen en el gobierno, que a Wal-Mart se le haya permitido operar de esta manera durante tanto tiempo.


Ya hablé en otra ocasión de las tasas de estantería y de almacenamiento, que se cobran una sola vez por la aceptación de un producto en las tiendas, además de un elevado alquiler mensual por metro cuadrado de espacio asignado en las estanterías. Wal-Mart ha hecho gala de un ingenio excepcional para aumentar estas tarifas. Por un lado, la empresa ha empezado a cobrar a sus proveedores por "almacenar sus mercancías" en los almacenes de Wal-Mart -después de la compra- y a pagar "tasas" adicionales por los productos que "pasan" por los almacenes de la empresa, todo ello además de verse obligados a esperar períodos más largos para cobrar, aparentemente hasta 180 días en algunos casos. Y al mismo tiempo, Wal-Mart exige a estos mismos proveedores precios aún más bajos. La versión de Wal-Mart, según un artículo del WSJ, es que "todos los cambios que pedimos a los proveedores son para ser fieles a nuestro modelo de negocio y a los precios bajos de todos los días". El artículo no se molestó en insistir en la naturaleza precisa de ese modelo de negocio al que la empresa estaba siendo "fiel". El mismo artículo señalaba que Wal-Mart también exigía a los proveedores que bajaran sus precios inmediatamente en los productos fabricados en otros países si el tipo de cambio cambiaba; estos ajustes de precios presumiblemente se producen en una sola dirección.


Sin embargo, Wal-Mart sobrepasa tanto los límites de lo razonable que, al menos en EE.UU., el Departamento de Justicia ha presentado con frecuencia cargos penales por robo de salarios, y muchos grupos de empleados y otras personas han iniciado demandas colectivas, todas las cuales han dado lugar a importantes sanciones, aunque no lo suficientemente grandes como para cambiar las prácticas de la empresa. En los últimos años, la empresa pagó casi 650 millones de dólares para resolver 63 demandas en las que se acusaba a la empresa de negarse a pagar las horas extraordinarias, de obligar al personal a trabajar durante los descansos o a trabajar más allá de sus turnos habituales, así como de otros tipos de robo salarial. Al mismo tiempo, Wal-Mart se enfrentó a otras 76 demandas colectivas similares en tribunales de todo el país. En otro caso, la empresa pagó 40 millones de dólares por negarse a pagar las horas extraordinarias, negar a los empleados los descansos y manipular las hojas de asistencia. Un poco antes, Walmart pagó 40 millones de dólares en salarios atrasados a 85.000 trabajadores, por negar a los trabajadores descansos y comidas, negarse a pagar las horas extras y manipular las hojas de tiempo para rebajar el sueldo de los empleados. muchos de ellos directivos a los que se les negaron las horas extras. Luego, Wal-Mart pagó 11 millones de dólares por contratar a cientos de inmigrantes ilegales para limpiar sus tiendas, alegando la empresa que desconocía que los contratistas empleaban a inmigrantes ilegales. Al mismo tiempo, Wal-Mart pagó 55 millones de dólares por reducir el tiempo de descanso de los trabajadores y por hacer horas extras no registradas. Un poco antes, Wal-Mart pagó unos 35 millones de dólares en salarios atrasados a miles de empleados durante los cinco años anteriores. Más o menos al mismo tiempo, los trabajadores ganaron una indemnización de 80 millones de dólares en una demanda colectiva por trabajar fuera de horario, y luego ganaron otros 65 millones de dólares por daños y perjuicios.


Las prácticas laborales y de fijación de precios de Wal-Mart se extienden a China, tanto por su abastecimiento de productos como por su presencia minorista en el país. La incesante demanda de precios más bajos de los proveedores en China obliga inevitablemente a esas empresas a recortar los salarios, creando "talleres de explotación de Wal-Mart" en todo el país. En repetidos casos, los funcionarios han descubierto que estos proveedores pagan por debajo del salario mínimo, retienen la paga al personal que no cumple los objetivos de ventas, se niegan a pagar las horas extraordinarias y mucho más. En muchos casos, se pide al personal que mienta a los auditores del gobierno. Por supuesto, los ejecutivos de Wal-Mart son plenamente conscientes de las condiciones que crean, pero llevan más de 50 años creándolas en Estados Unidos y hasta ahora no han mostrado ninguna preocupación. Un consultor de la industria minorista dijo sobre los ejecutivos de Wal-Mart "Cuando se les pregunta por la legislación laboral, suelen decir que [siguen] las leyes de la jurisdicción en la que operan, pero también está claro, cuando dicen eso, que dan mucha importancia a dar forma a las leyes de las jurisdicciones en las que operan". Esto último es un problema grave con todas las multinacionales estadounidenses en China y en cualquier otra nación, ya que utilizarán todo el poder del gobierno de EE.UU. para intentar forzar la transferencia de sus depravadas "normas" a cualquier otra nación, mientras hacen todo lo posible para obstruir que los gobiernos nacionales tomen medidas contra ellas, ya sea por robo de salarios o por cualquier otra actividad delictiva.

 

Apple


A pesar de su bonita cara y sus atractivos productos, Apple tiene algunas de las prácticas laborales más deplorables de cualquier multinacional estadounidense. Anteriormente escribí que la verdadera innovación de Steve Jobs fue encontrar una empresa -Foxconn- que construyera un campo de concentración con un millón de empleados donde pudiera fabricar y ensamblar iPhones mientras el millón de jóvenes trabajadores vivía al borde de la inanición. También señalé que Apple estaba sentada sobre una pila de efectivo de 150.000 millones de dólares (que luego aumentó a 200.000 millones), pero toda esa pila de efectivo fue robada a los trabajadores que fabricaban los productos de Apple. Si Steve Jobs hubiera pagado a esos empleados algo parecido a un salario digno, la pila de efectivo de Apple sería cero. Steve Jobs quería que Apple fuera rentable, con un margen de alrededor del 40%, pero los beneficios de Apple no provenían del diseño y la venta de productos geniales; provenían del robo de los salarios de los jóvenes más vulnerables de la sociedad que necesitaban un trabajo y un comienzo en la vida. Para tener éxito en su búsqueda, Jobs primero tenía que asegurarse de que ellos fracasaran en la suya. Y lo hizo. Incluso en un informe interno de la empresa, Apple admitió las condiciones de "explotación" dentro de las fábricas que fabrican y ensamblan sus productos, admitiendo que al menos 55 de sus 102 fábricas hacían trabajar al personal más de 60 horas a la semana, que sólo el 65% pagaba los salarios mínimos legales o las prestaciones reglamentarias, y que 24 fábricas no pagaban nada parecido al salario mínimo de China. La presión ejercida sobre estos jóvenes para conseguir una mayor productividad era realmente desmesurada, y decenas de jóvenes se suicidaron, hecho que no pasó desapercibido ni para Steve Jobs ni para Tim Cook, pero que no dio lugar a ninguna acción. Una organización de derechos humanos acusó a Foxconn de tener una dirección "inhumana y agresiva", sin que los ejecutivos de Foxconn ni de Apple estuvieran disponibles para hacer comentarios.

 

Nike


Poca gente parece saber que Nike, junto con Nestlé, Coca-Cola y McDonald's, son las cuatro empresas más boicoteadas del mundo, yo diría que por buenas razones. Una de esas razones es el síndrome de los talleres de explotación por el que Apple es tan famosa. Un sitio web llamado '123HelpMe.com' publicó un artículo el 8 de septiembre de 2012, titulado "Conocer la fuerza de tu poder de compra", en el que se hacían las siguientes observaciones:


"Nike lleva luchando contra un boicot a sus productos desde 1996, cuando una revista estadounidense mostró una fotografía de un joven paquistaní cosiendo un balón de fútbol Nike. Un año después, la imagen de la empresa sufrió un nuevo golpe cuando un informe reveló que los trabajadores de las fábricas contratadas en Vietnam estaban expuestos a humos tóxicos hasta 177 veces el límite legal del país. A finales de la década, cuando el movimiento antiglobalización empezaba a ser noticia por sus protestas en las reuniones de la OMC en todo el mundo, el boicot a las tiendas de Nike estaba causando graves daños. Fuentes informativas fiables expusieron públicamente las pésimas condiciones de trabajo de las personas empleadas por los contratistas que fabricaban los productos de Nike en Indonesia, Haití y Vietnam. La asociación de Nike con la explotación de los trabajadores del tercer mundo alimentó un boicot mundial a sus productos. Muchas publicaciones -el New York Times, el Washington Post, el Sydney Morning Herald, la revista Life- informaron sobre el trato injusto que reciben los trabajadores que fabrican los productos de Nike. Hay informes sobre niños que cosen balones de fútbol por 60 centavos al día, trabajadores que son golpeados, acosados sexualmente, que se desploman de agotamiento, que son despedidos por tomarse una licencia por enfermedad, que trabajan en condiciones peligrosas, que reciben un salario inferior al que se puede vivir, y la lista continúa".


Otro sitio web llamado "viet.net", especializado en Nike en Vietnam, escribió lo siguiente:


"Tienes que cumplir con la cuota antes de poder irte a casa. Ella se lo echó en cara a todos los 15 jefes de equipo por turnos, desde el primero hasta el decimoquinto... El dolor físico no duró mucho, pero el dolor que siento en mi corazón nunca desaparecerá". Las declaraciones anteriores fueron realizadas por Thuy y Lap, dos trabajadoras de una planta de Nike en Vietnam, según informó la CBS en octubre de 1996. Por muy perturbadores que fueran esos comentarios, resultaron ser sólo un rasguño en la superficie de una realidad mucho más horrenda, confirmada, cuantificada y plenamente documentada en un informe de marzo de 1997 realizado por Vietnam Labor Watch durante su visita a Vietnam. La valentía de Thuy y Lap al enfrentarse a los talleres de explotación de Nike contribuyó a desencadenar un movimiento mundial. En 1998, Phil Knight prometió cambiar las prácticas laborales de Nike en Asia. Observamos algunas mejoras, pero gran parte del plan de acción de Phil Knight no eran más que promesas vacías. Poco después, las dos mujeres fueron despedidas por hablar con un periodista. A pesar de su imagen progresista en Estados Unidos, Nike es una empresa muy diferente en Vietnam y en otras operaciones de manufacturización en Asia.

Los informes sobre abusos físicos, abusos sexuales, sueldos por debajo del salario mínimo y sistemas de cuotas agotadoras son confirmados por CBS News, el New York Times, USA Today, Wall Street Journal, AP, Reuters, así como por otras organizaciones no gubernamentales y sin ánimo de lucro. Nike sigue tratando su problema laboral como un asunto de relaciones públicas. A puerta cerrada, Nike continúa con su objetivo de sabotear cualquier organización laboral que se interponga en su camino. Para desbaratar la cooperación entre los grupos sindicales estadounidenses y las organizaciones sindicales de Vietnam, Nike envió una carta "privada" a un alto funcionario del gobierno de Vietnam en la que acusaba a los activistas sindicales estadounidenses de albergar una agenda secreta "para cambiar el gobierno de Vietnam". Un poco más tarde, Nike aceptó finalmente pagar más de un millón de dólares en concepto de horas extraordinarias a casi 5.000 trabajadores en Indonesia, lo que, según el sitio web vietnamita, reflejaba más de 500.000 horas extraordinarias no pagadas durante dos años.

 

Amazon


Al igual que Wal-Mart, Amazon promete precios bajos a los consumidores, pero en cambio se las arregla para extraer la mayor parte de sus beneficios de los proveedores, eliminando finalmente la posibilidad de una competencia efectiva entre la hambrienta manada, un resultado generado totalmente por una posición de monopolio en el mercado. Wal-Mart cobra altas tarifas por la colocación en los estantes y Amazon hace algo similar, con exigencias cada vez más extraordinarias, utilizando su poder de marketing para engullir casi todos los beneficios de la industria editorial. Mientras que Wal-Mart extorsiona a los proveedores para realizar promociones, Amazon extorsiona a los editores para que paguen a un fondo de desarrollo de marketing, absorbiendo otro 5% o 10% de sus beneficios. Amazon se ha convertido en una empresa especialmente desagradable, que ya no está interesada en ganar dinero simplemente prestando un servicio, sino que se ha vuelto cada vez más depredadora. Hace unos años, la empresa puso en marcha lo que denominó "Proyecto Gacela", que sus abogados llamaron "Programa de Negociación para Pequeños Editores", pero que aparentemente tomó su nombre de una gacela perseguida por un guepardo, es decir, como presa. El poder de un comprador monopolista casi no tiene límites, lo que le permite imponer cualquier condición o exigencia a sus proveedores. Jeff Bezos y sus ejecutivos en Amazon están haciendo precisamente lo mismo que Wal-Mart y todas las demás multinacionales estadounidenses, utilizando su poder de mercado para empobrecer a toda la cadena de suministro y aspirar todo el dinero a sus propios bolsillos. Y una vez que los beneficios de la cadena de suministro desaparecen, los siguientes en desaparecer son los sueldos y los salarios de toda esa cadena.


Franklin Foer escribió un artículo en el New Republic, titulado "Hay que parar a Amazon", en el que señalaba que muchos autores, y muchos en el negocio editorial, han expresado su preocupación por que la aparentemente insaciable codicia de Amazon, combinada con su aparentemente ilimitado desprecio por sus proveedores, acabe destruyendo los anticipos que las editoriales pagan a sus escritores, eliminando así a muchos autores del mercado. Escribió que "los anticipos hacen económicamente viable que un escritor se comprometa a trabajar durante años en un proyecto", y lo que es más importante, que "ese dinero por adelantado es el pilar económico sobre el que descansan los libros de calidad, el gran baluarte contra el amateurismo". Tiene mucha razón, por supuesto. Foer también expuso el hecho de que Amazon, al igual que la mayoría de las grandes empresas estadounidenses, es asombrosamente depredadora, dispuesta a invertir enormes sumas para destruir a sus competidores potenciales, escribiendo que Amazon "tiene un historial de destrucción de empresas jóvenes, como Zappos y Diapers.com, justo cuando empiezan a plantear un desafío competitivo. Utiliza sus riquezas para rebajar los precios de sus oponentes -Amazon estaba dispuesto a perder 100 millones de dólares en tres meses en su intento de perjudicar a Diapers.com- y luego, una vez que ha agotado los recursos de sus enemigos, los compra y se marcha aún más fuerte".

 

Starbucks


Starbucks sigue gran parte de este patrón, aunque rara vez lo leemos en los medios de comunicación. Se ha informado de que la empresa es odiada por su propio personal en EE.UU. por muchas de sus prácticas comerciales, incluida la política de cerrar una tienda muy tarde por la noche y volver a abrirla sólo unas horas más tarde. Las prácticas de personal de Starbucks se han descrito como particularmente severas, con horarios y condiciones de trabajo que fluctúan salvajemente de una semana a otra o de un mes a otro, impidiendo de hecho una vida normal. El personal de todo Estados Unidos se queja amargamente de que sólo se les paga el salario mínimo y se les envía a casa si las ventas son bajas. Los medios de comunicación informan de que la situación se ha deteriorado hasta el punto de que la retención del personal se ha vuelto extraordinariamente difícil. Ante la fuerte desaprobación de los padres estadounidenses por el empleo en Starbucks, la empresa puso en marcha lo que se denominó un "foro familiar", en el que invitaban a los padres de estos jóvenes a escuchar "historias de éxito" de chicos que "ascendieron en su carrera" y se convirtieron en directivos. No se informó de si los padres estaban encantados con la perspectiva de que sus hijos pasaran diez años para ascender por una escalera de dos peldaños. En el Reino Unido, los medios de comunicación revelaron aún más rabia contenida dirigida a la empresa por su propio personal, la más reciente relacionada con los cambios obligatorios en sus contratos de trabajo que reducirían o eliminarían muchos de los beneficios del personal, incluidos los descansos para comer, la eliminación de los días por enfermedad del personal y las prestaciones por maternidad. Los empleados afirman que se les presentó un nuevo contrato y se les ordenó que firmaran o serían despedidos. Curiosamente, también se informó al personal de que se despediría inmediatamente a cualquiera que hablara del escándalo actual sobre la evasión fiscal de Starbucks en el Reino Unido. Los investigadores de la Manchester Business School afirmaron en un informe de los medios de comunicación que Starbucks estaba "sufriendo una implosión de su reputación", no sólo de cara al público, sino también internamente con su propio personal, combinación que inevitablemente sienta las bases para un grave declive empresarial.

 

La Educación Americana


Las universidades norteamericanas, que han sido financiadas casi por completo y cuya dirección está formada en gran parte por financieros en lugar de académicos, no han hecho más que copiar las teorías de maximización de beneficios que aprendieron en la escuela de negocios: la forma más rápida de enriquecerse es tener trabajadores sin oficio mientras se aumentan las tasas. Los sistemas de enseñanza primaria y secundaria están empezando a seguir el mismo camino. Peor aún, con el énfasis cada vez más extremo en las finanzas y los beneficios, la mayoría de las principales universidades de EE.UU. están suprimiendo los profesores titulares (y profesionales) a tiempo completo y recurriendo a profesores contratados a tiempo parcial con una formación mínima, que cobran unos 2.000 dólares por curso y ganan poco más de 20.000 dólares al año, poco más que un trabajo a tiempo completo en McDonald's. Y los que están a tiempo completo están más interesados en publicar artículos para mantener su empleo que en enseñar. La rotación es alta, ya que estos puestos no son claramente una carrera profesional. Una parte importante del modelo de negocio educativo de Estados Unidos, lo que Raj Mehta denominó "modelo innovador de gobernanza para la educación superior" de Harvard, implica lo que es esencialmente la contratación de trabajadores temporales y a tiempo parcial, como los llamados "asociados" de Wal-Mart. Estos "profesores" no son miembros del personal académico a tiempo completo, sino trabajadores contratados con un estatus de empleo inseguro y que no tienen derecho a ningún beneficio, reduciendo así los costes de la nómina docente en un 75% y la calidad de la educación en aproximadamente el mismo porcentaje. Todo esto va de maximización de beneficios, también conocida como codicia ciega.


Los estudiantes de hoy en día en las universidades estadounidenses están recibiendo su "educación" de estudiantes de posgrado no cualificados, de 25 años, que ganan menos de 20.000 dólares al año, pero están pagando tasas de matrícula basadas en la instrucción por experimentados profesores de doctorado que ganan 150.000 dólares. Se ha informado de manera fiable que el 70% de los profesores e instructores universitarios en los EE.UU. son estos profesores adjuntos temporales, a tiempo parcial, con bajos niveles de educación, ninguna instrucción en enseñanza, y poca o ninguna experiencia, a pesar de que las tasas de matrícula están aumentando constantemente cada año. Dado que a estos supuestos profesores se les da la mayoría de las clases de pregrado, esto significa que el 80% o más de todos los estudiantes universitarios están en esta posición. En marzo de 2015, el Washington Post publicó un artículo de una joven que había sido una de estas "profesoras adjuntas" en Washington DC, en el que afirmaba que impartía hasta cinco clases cada semestre en cuatro universidades diferentes durante jornadas que a menudo duraban 13 horas, en un trabajo que no ofrecía "ninguna seguridad laboral ni acceso a beneficios, y salarios significativamente más bajos que los del profesorado normal". Dijo que, al cabo de dos años, ya no podía tolerar el estrés y el agotamiento, y dejó el ámbito educativo para trabajar como editora.


Este modelo ha sido adoptado de las multinacionales estadounidenses como forma de reducir los costes laborales y aumentar el servilismo laboral y, como señaló Noam Chomsky, forma parte del asalto general a la clase media. Este modelo centrado en lo que podemos llamar "empleo inseguro" es un elemento básico en la sociedad estadounidense. Escribió: "Cuando Alan Greenspan testificaba ante el Congreso en 1997 sobre las maravillas de la economía... dijo directamente que una de las bases de su éxito económico era imponer lo que él llamaba "mayor inseguridad en los trabajadores". Si los trabajadores están más inseguros, eso es muy "saludable" para la sociedad, porque... no preguntarán por los salarios, no irán a la huelga, no pedirán beneficios; servirán a los amos alegre y pasivamente. Y eso es óptimo para la salud económica de las empresas". Y, por supuesto, la forma de trasladar esta inseguridad a las universidades es no garantizando el empleo, recurriendo a estudiantes de posgrado y a otras personas contratadas apenas cualificadas para llevar la carga docente a una décima parte del coste de los profesores titulares. Este enfoque, por supuesto, también proporciona a las universidades estadounidenses "flexibilidad" laboral, lo que significa que no hay restricciones para despedir al personal. De nuevo Chomsky: "(permite) la transferencia de fondos a otros fines distintos de la educación. Los costes, por supuesto, corren a cargo de los estudiantes. Pero es una característica habitual de una sociedad dirigida por empresas transferir los costes al pueblo. Es perjudicial para la educación, pero la educación no es su objetivo".


Este proceso de destruir literalmente el sistema educativo ha ido cobrando fuerza en los Estados Unidos durante décadas, y sólo ahora aparece plenamente cuando ya se ha obtenido suficiente apoyo legislativo y judicial, y ahora está firmemente establecido también en los sistemas de las escuelas públicas. Dado el enorme impulso que se ha dado en Estados Unidos a la privatización de las escuelas primarias y secundarias, estos mismos profesores "Wal-Mart" pronto llenarán también todos los niveles educativos inferiores. En una sentencia histórica dictada en California en junio de 2014, los tribunales anularon la titularidad de los profesores y otras leyes que les proporcionaban seguridad laboral. Una educadora llamada Michelle Rhee, que había sido rectora de escuelas públicas en Washington DC durante algunos años, escribió que el fallo "representa una clara victoria para todos los niños de las escuelas públicas de California ... y para la profesión docente en su conjunto." Continuó afirmando que su propósito al encabezar este fallo judicial era "elevar la profesión docente" y que el fallo era "un homenaje a los profesores". No sé cómo, pero no puedo imaginar mayores mentiras. En este caso, alguien tiene que seguir el dinero, especialmente el dinero que hay detrás de la organización de Rhee, llamada ridículamente "StudentsFirst" (Los Estudiantes Primero). Esta traición educativa es especialmente desastrosa, porque en Estados Unidos ya se producía una rotación del 100% de los profesores cada cinco años, un ritmo que ahora se acelerará con toda seguridad.


Pero no perdamos el punto principal, que es que las universidades, y ahora los sistemas escolares, se dedican al robo de salarios a escala masiva. Se han financiado hasta el punto de que su función principal es recaudar dinero e invertir los fondos de dotación, centrándose en los beneficios financieros en lugar de en la educación, y despojando los salarios en cada paso de la cadena para canalizar todo el dinero hacia la parte superior. Y en este caso, sin propósito aparente. Si una universidad no existe para educar, ¿para qué existe? Muchas universidades norteamericanas, pero usando Harvard como ejemplo, tienen fondos de dotación tan grandes que la totalidad de las matrículas de un año son absolutamente triviales en comparación con el tamaño y los ingresos de sus fondos de dotación. Todas podrían permitirse el lujo de ofrecer matrículas gratuitas sin ni siquiera notar la leve caída de ingresos, pero persisten en sangrar a los estudiantes con tasas más altas cada año mientras extraen las máximas concesiones salariales de los profesores y del personal.

 


* (N.T.) TaskRabbit es un mercado estadounidense en línea y móvil que combina la mano de obra independiente con la demanda local, lo que permite a los consumidores encontrar ayuda inmediata con las tareas cotidianas, incluidas la limpieza, la mudanza, la entrega y el trabajo de mantenimiento. (Wikipedia)

*

Los escritos del Sr. Romanoffse han traducido a 32 idiomas y sus artículos se han publicado en más de 150 sitios web de noticias y política en más de 30 países, así como en más de 100 plataformas en inglés. Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado cargos ejecutivos de alto nivel en empresas de consultoría internacionales y ha sido propietario de un negocio de importación y exportación internacional. Ha sido profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando estudios de casos en asuntos internacionales a las clases superiores del EMBA. El Sr. Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez libros relacionados generalmente con China y Occidente. Es uno de los autores que contribuyen a la nueva antología de Cynthia McKinney “When China Sneezes (Cuando China Estornuda — Cap. 2 — Tratar con Demonios)”.

Su archivo completo puede verse en https://www.moonofshanghai.com/ y http://www.bluemoonofshanghai.com/.

Puede ser contactado en: 2186604556@qq.com

*

NOTES

Reference links Part 3 How the US became rich


Sam Mitriani – The True History of the Origins of Police
(1) 
https://www.alternet.org/2015/02/true-history-origins-police-protecting-and-serving-masters-society/

Walter Reuther – assassination attempts

(2) https://en.wikipedia.org/wiki/Walter_Reuther

(3) https://fornology.blogspot.com/2015/10/walter-p-reuther-assassination-attempt.html

(4) https://www.freep.com/in-depth/money/cars/2020/05/08/uaw-walter-reuther-workers-rights/3084539001/

FBI still refuses to release documents on Walter Reuther’s death.

(5) https://thirdworldtraveler.com/Parenti/Walter_Reuther_DT.html

Protecting Capitalism

(6) https://tarbell.org/2017/11/no-uncle-sam-cant-negotiate-lower-drug-prices/

Railway strike Chicago 1894

(7) https://libcom.org/history/articles/pullman-railway-strike-chicago-1894

(8) https://speakoutsocialists.org/the-significance-of-the-pullman-strike-of-1894/

(9) https://www.journals.uchicago.edu/doi/pdf/10.1086/250782

1914, US troops opened fire on a group of striking mine workers in Colorado

(10) https://www.du.edu/ludlow/working.html#:~:text=Shortly%20after%20dawn%20on%20April%2020%2C%201914%20Colorado,later%20the%20camp%20was%20in%20ruins%20%28figure%202%29.

labor union in Pennsylvania coal mine shot and killed by the company management

(11) http://www.illinoislaborhistory.org/labor-history-articles/fannie-sellens

1919 police strike in Boston

(12) https://www.history.com/this-day-in-history/the-boston-police-department-goes-on-strike

(13) https://libcom.org/history/short-history-boston-police-strike-1919

1919 labor organiser in Washington was captured, tortured, castrated and then lynched.

(14) https://popularresistance.org/class-war-violence-centralia-1919/

1932 50,000 WWI veterans marched to Washington to collect $625 government bonuses

(15) https://www.warhistoryonline.com/war-articles/bonus-army-veterans.html

(16) https://www.nps.gov/articles/bonus-expeditionary-forces-march-on-washington.htm

(17) Ibid

miners’ strikeWest Virginia in 1921, shooting war with about 5,000 striking miners.

(18) http://libcom.org/history/west-virginias-mine-wars-1920-1921

Bombing miners

(19) https://www.wvencyclopedia.org/articles/1825

(20) https://expatalachians.com/biplanes-over-blair-calling-in-the-air-force-for-the-mine-wars

1930, farm workers beaten and arrested in California for attempting to form unions

(21) https://mtwsfh.blogspot.com/2008/09/1929-1930-crash-of-29-federal-reserve.html

(22) https://www.history.com/topics/mexico/cesar-chavez

1927, striking miners Colorado massacred Rockefeller private army one of the worst, but by no means the only example. In  
at one of his mines in were by his private army using machine guns.

(23) https://libcom.org/history/1927-colorado-miners-strike-and-columbine-mine-massacre

(24) https://www.jstor.org/stable/4492179

(25) https://history.denverlibrary.org/news/remembering-colorados-coal-wars

1929 North Carolina, striking textile workers murdered

(26) https://www.workers.org/2019/03/41513/

500,000 mill workers strike in South Carolina, violently suppressed US military

(27) https://www.encyclopedia.com/history/encyclopedias-almanacs-transcripts-and-maps/millworkers-strike

(28) https://libcom.org/history/us-national-textile-workers-strike-1934-jeremy-brecher

(29) https://www.workers.org/2012/08/3450/

1935, striking electrical workers Toledo, Ohio killed US troops

(30) https://parallelnarratives.com/toledo-electric-auto-lite-strike-1934/

(31) https://en.wikipedia.org/wiki/Auto-Lite_strike

1930 San Francisco dock workers strike killed many

(32) http://picturethis.museumca.org/timeline/depression-era-1930s/political-protest/info

(33) https://www.counterpunch.org/2014/07/02/the-strike-that-shook-san-francisco-and-rocked-the-pacific-coast/

Ludlow massacre

(34) https://www.history.com/this-day-in-history/militia-slaughters-strikers-at-ludlow-colorado

(35) https://medium.com/lessons-from-history/how-the-rockefeller-family-organized-the-ludlow-massacre-5db320606657

(36) https://www.youtube.com/watch?v=26H9QPVITTw

(37) https://libcom.org/history/1914-the-ludlow-massacre

(38) https://coloradoencyclopedia.org/article/ludlow-massacre

(39) https://military.wikia.org/wiki/Ludlow_Massacre

(40) https://www.pbs.org/wgbh/americanexperience/features/rockefellers-ludlow/

Rockefeller private army

(41) https://www.marxists.org/history/usa/parties/spusa/1914/0900-debs-gunmenminers.pdf

Cyrus Eaton Republic Steel Company private army

(42) https://chicagology.com/notorious-chicago/1937steelriot/

(43) https://ohiohistorycentral.org/w/Republic_Steel_Company

(44) https://nvdatabase.swarthmore.edu/content/united-states-steelworkers-strike-contract-and-union-recognition-1937

Ford auto company private military beat walter reuther

(45) https://www.britishpathe.com/video/VLVAGLF764FRURUSXERM66ZUOX6G-USA-UNITED-AUTO-WORKERS-STRIKE-FORD-WALTER-REUTHER-AND-HENRY/query/FORD+WORKERS

(46) https://popularresistance.org/how-the-ford-motor-company-won-a-battle-and-lost-ground/

Carnegie private military

(47) https://timeline.com/dale-carnegie-militia-battle-striking-workers-c0fdc8a75527

(48) https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1162526

Pinkerton Detective Agency

(49) https://www.grunge.com/316708/the-untold-truth-of-the-pinkerton-national-detective-agency/

(50) https://www.infobloom.com/what-was-the-pinkerton-detective-agency.htm

(51) https://thrillingdetective.com/2018/09/10/allan-j-pinkerton-and-the-pinkerton-detective-agency/

“the most concentrated period of labor-management strife in the country’s history”

(52) https://libcom.org/history/world-war-ii-post-war-strike-wave

(53) https://socialistworker.org/2014/06/03/ups-and-the-outlaw-strike

(54) https://mtwsfh.wordpress.com/2009/03/01/1946-stealing-a-hundred-billion-dollars-the-mafia-finances-tricky-dick-rewarding-war-criminals-and-it-aint-over-yet-for-the-master-race/

Truman threatened to hang striking workers

(55) https://www.trumanlibrary.gov/education/presidential-inquiries/steel-strike-1952

(56) https://www.history.com/this-day-in-history/truman-orders-army-to-seize-control-of-railroads

(57) https://sciemce.com/25320732/president-threatened-striking-workers-prevent-crippling

Paul Krugman, iNYT on March 2, 2015: “Then there’s history. ..the middle-class society

(58) https://www.nytimes.com/2015/03/02/opinion/paul-krugman-walmarts-visible-hand.html

James Petras The Great Transformation

(59) https://www.europereloaded.com/the-great-transformation-from-the-welfare-state-to-the-imperial-police-state/#:~:text=%20The%20Great%20Transformation%3A%20From%20the%20Welfare%20State,end%20of%20World%20War%20II%20to…%20More%20

Paul Volcker savage recession

(60) https://theweek.com/articles/618964/forgotten-recession-that-irrevocably-damaged-american-economy

(61) https://www.wsws.org/en/articles/2019/12/11/pers-d11.html

(62) https://jacobinmag.com/2019/12/paul-adolph-volcker-obituary-federal-reserve-chair

(63) https://mattstoller.substack.com/p/corporate-power-protests-and-the

Keynes “the object of credit restriction is to withdraw from employers the financial means to employ labor

(64) https://monthlyreview.org/2012/04/01/sado-monetarism/

Volcker – “The standard of living of the average American has to decline”

(65) https://www.nytimes.com/1979/10/18/archives/volcker-asserts-us-must-trim-living-standard-warns-of-inflation.html

(66) https://prospect.org/economy/paul-volcker-without-tears/

(67) https://medium.com/@timbarker_2092/a-note-on-paul-volcker-and-the-standard-of-living-d262f7f83b51#:~:text=In%20many%20of%20these%20histories%2C%20Volcker%20is%20quoted,ambigui%20t%20y%20about%20just%20what%20he%20said.

Business Week “Some people will have to do with less”.

(68) https://graypantherssf.igc.org/hartrudman.htm

Michael Mussa, IMF “The Federal Reserve had to show that when faced with the painful choice between maintaining a tight monetary policy to fight inflation

(69) https://monthlyreview.org/2012/04/01/sado-monetarism/

Michael Jensen of Harvard’s Graduate School of Business showed that 95% of all CEO contracts provided enormous severance packages

(70) https://www.newsweek.com/2017/04/14/harvard-business-school-financial-crisis-economics-578378.html

Merrill Lynch Stanley O’Neal ‘terminated’ with more than $160 million

(71) https://www.thestreet.com/investing/stocks/oneal-skates-with-160-million-10387295

Warren Buffett “Getting fired can produce a particularly bountiful payday for a CEO.

(72) https://www.mlrpc.com/articles/executive-compensation-much-much/

“If Volcker’s and Carter’s attacks on unions were indirect, Reagan’s were altogether frontal.

(73) https://www.usw.org/blog/2014/age-of-crushing-anxiety-how-the-bottom-fell-out-in-america

2013 Robert Kuttner article The Task Rabbit Economy

(74) https://prospect.org/power/task-rabbit-economy/

“Only if the suppression of labor’s power is made part of the equation can the overall decline in good jobs over the past 35 years be explained.

(75) https://prospect.org/article/40-year-slump-d2/

Alan Greenspan the “traumatized worker”

(76) https://prospect.org/article/40-year-slump-d2/

Florida agriculture ruthless exploitation of domestic and foreign workers.

(77) http://rinf.com/alt-news/breaking-news/poverty-and-slave-labor-in-floridas-corporate-farms-ruthless-exploitation-of-migrant-workers/

Child labor in America

(78) https://www.bls.gov/opub/mlr/2017/article/history-of-child-labor-in-the-united-states-part-1.htm

(79) https://rarehistoricalphotos.com/child-labor-america/

(80) https://laborcenter.uiowa.edu/special-projects/child-labor-public-education-project/about-child-labor/child-labor-us-history

(81) https://www.history.com/topics/industrial-revolution/child-labor

(82) https://www.history.com/news/child-labor-lewis-hine-photos

(83) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1381923/#:~:text=Across%20the%20United%20States%2C%20child%20labor%20accounts%20for,hazardous%20areas%20of%20employment%20for%20children%20and%20adolescents.

(84) https://www.projectcensored.org/3-child-labor-in-the-us-is-worse-today-than-during-the-1930s/

2011 US Senator Jane Cunningham from Missouri proposed the total repeal of all child-labor laws

(85) https://www.riverfronttimes.com/newsblog/2011/03/16/bill-to-repeal-missouris-child-labor-law-is-dead

(86) https://www.dailykos.com/stories/2011/02/14/944683/-Missouri-State-Senator-Jane-Cunningham-wants-to-repeal-child-labor-regulations

NYT wage theft

(87) https://www.nytimes.com/2020/09/03/business/economy/wage-theft-recession.html

(88) https://www.nytimes.com/2014/09/01/business/more-workers-are-claiming-wage-theft.html

(89) https://www.nytimes.com/2014/04/22/opinion/wage-theft-across-the-board.html

(90) https://zububrothers.com/2021/10/26/were-losing-everything-amazons-automated-hr-system-commits-wage-theft-on-massive-scale/

Apple’s “warranty-avoidance” warranties charge Chinese customers 50% of the original cost of a phone

(91) https://www.hardwarezone.com.sg/tech-news-apple-apologizes-chinese-consumers-over-warranty-policy

(92) https://bkreader.com/2019/06/28/apple-sales-in-china-projected-to-fall-50-this-year/

unpaid internships

(93) https://www.allaboutcareers.com/internships/unpaid-internships/

(94) https://greenlining.org/blog-category/2020/unpaid-internships/

bottling coke and spilling blood

(95) http://www.killercoke.org/downloads/spilling-blood-11_11_03.pdf

Mark Thomas 2009, “Belching Out the Devil:

(96) https://www.amazon.ca/Belching-Out-Devil-Adventures-Coca-Cola/dp/B00NPMQPTK

New York Daily News Coca-Cola a “cesspool of racial discrimination”.

(97) https://www.nydailynews.com/news/crime/coke-not-16-workers-sue-call-giant-cesspool-racial-discrimination-article-1.1041197

President of the American Chamber of Commerce: “Why should we worry about the death squads?

(98) http://www.thirdworldtraveler.com/Haiti/Quotations_Uses_Haiti.html

Franklin Foer New Republic ‘Amazon Must Be Stopped’

(99) https://newrepublic.com/article/119769/amazons-monopoly-must-be-broken-radical-plan-tech-giant

70% of college professors and instructors in the US are these contract, part time, temporary adjunct teachers

(100) https://www.aft.org/sites/default/files/adjuncts_qualityworklife2020.pdf

(101) https://www.insidehighered.com/news/2018/10/12/about-three-quarters-all-faculty-positions-are-tenure-track-according-new-aaup

 

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What part will your country play in World War III?

By Larry Romanoff, May 27, 2021

The true origins of the two World Wars have been deleted from all our history books and replaced with mythology. Neither War was started (or desired) by Germany, but both at the instigation of a group of European Zionist Jews with the stated intent of the total destruction of Germany. The documentation is overwhelming and the evidence undeniable. (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) (11)

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